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Rusia y América Latina: una iniciativa más comercial que militar

Mirra Banchón6 de agosto de 2008

Rusia busca intensificar sus relaciones con Cuba. ¿Qué tipo de relaciones? ¿Significan éstas un regreso a la Guerra Fría? ¿Qué representa Venezuela para Rusia? DW-WORLD analiza el tema con el politólogo Gerhard Mangott.

"Cuba no es para Rusia lo que era en 1962"Imagen: AP

Muchos opinan que no cabe esperar una nueva crisis cubana. ¿Cómo ve usted la situación después de las últimas declaraciones del presidente Putin en el sentido de que quiere remozar las relaciones con Cuba?

Lo único que dijo el presidente Putin en la reunión del Consejo de Gobierno fue que empresa rusa debe remozar sus relaciones comerciales con Cuba. Durante la visita del señor Petruschev en Cuba se vendió aviones Tupolev y hay otras iniciativas. Esta iniciativa se inscribe en una ofensiva general hacia América Latina de la política exterior económica rusa. No es nada nuevo. Lo de las declaraciones de ayer que podría tomarse como una dimensión militar, son las declaraciones del señor Ivaschov, que antes dirigía la Sección Internacional de la cartera de Defensa. Desde aquel entonces, Ivaschov era ya en aquel entonces un halcón bastante radical, motivo por el cual el mismo Putin lo separó del ministerio.

Una crisis cubana que se tradujera en una confrontación entre Estados Unidos y Rusia no se avisora. Por dos motivos: porque Cuba no tiene interés en una cooperación de este tipo. Esto escuchó también Petruschev de Raúl Castro cuando estuvo en La Habana, pues Cuba tiene ahora otras prioridades en su política exterior. Entre ellas, la normalización de las relaciones con Estados Unidos y la normalización de las relaciones con la Unión Europea. Es decir, no está entre los intereses cubanos ponerle trabas a sus intereses tácticos por una relación militar más estrecha con Rusia.

¿Qué interés puede tener Rusia?

Lo único sería la reactivación de la base de Lourdes, que Putin cerró en 2001. Eso es algo que requeriría un esfuerzo técnico y económico considerable, y es poco probable que Cuba lo permita.

Militarmente, además, Cuba no tiene sentido para Rusia. Hace dos semanas se discutía el estacionamiento de aviones de combate, los Tupolev 60 y los Tupolev 95. Si se instala estos bombarderos, para su protección se requiere una considerable presencia de ejército y aviación. Una inversión económica inmensa. Además estos bombarderos tienen una fase de despegue muy larga; al dar la orden de despegue, para los estadounidenses no representa ningún problema el destruirlos en el mismo suelo.

Militarmente, no se veo venir una crisis cubana, porque Cuba militarmente no es tan interesante y porque Cuba no tiene interés en que tal cooperación dañe sus relaciones con Estados Unidos -cuya mejoría espera- y con la Unión Europea -que están en franca mejoría.

¿Cuál fue el punto de inflexión en las relaciones Cuba-Rusia que han llevado a la isla caribeña a no tener interés en una relación militar con Rusia?

El cambio de Fidel a Raúl Castro. Fidel seguía una política más pragmática. Otro factor fue cuando –por iniciativa de Putin-, Rusia cerró la base de Lourdes; el gobierno cubano no fue consultado para nada. Para Cuba esto representó una situación muy difícil, pues se trataba de 200 millones de dólares anuales, una suma enorme.

Eso creó una tensión latente entre ambas, una tensión que ahora vuelve a surgir cuando Rusia, unilateralmente, anuncia estacionamiento de bombarderos sin consultarla. Más atrás aún, hace 20 años Rusia dejó plantada a Cuba cuando Gorbaschov recortó la ayuda a Cuba drásticamente; en los años 90 Rusia no hizo nada por Cuba, que se vio obligada a arreglárselas sola. Y comenzó el alejamiento. Es decir, Cuba no es para Rusia lo que era en 1962.

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"Rusia no quiere concentrar sus relaciones con América Latina en el suministro de armas"Imagen: picture-alliance/dpa

¿En qué consiste la ofensiva rusa hacia América Latina?

Rusia tiene con América Latina una relación muy débil en cuanto a comercio exterior, casi inexistente. Y eso se quiere cambiar, por ello durante los últimos 3 años en el marco de visitas de alto rango se ha perseguido a través de protección de inversiones o de doble imposición crear el marco propicio para relaciones económicas. Rusia no quiere concentrar sus relaciones comerciales con ese continente en el suministro de armas, como en el caso reciente caso de Venezuela. Una tercera dimensión es el petróleo y el gas: Rusia tiene mucho interés en que sus compañías petroleras tengan una mayor presencia en el ámbito de los derechos de producción y en la tecnología de extracción. Es una iniciativa comercial ambiciosa.

No tiene nada que ver con empeoramiento de relaciones con Estados Unidos, sino con una decisión cabal de crear relaciones donde no había nada. La visita en Cuba tuvo un significado simbólico, por haber sido aliadas, pero de hecho no fue más que abrir puertas para mejorar las condiciones para la industria rusa.

¿Cuán probable es que se acepte la oferta del presidente Chávez de utilizar a Venezuela como base militar rusa?

Es absolutamente improbable. Chávez, en los últimos años, siempre ha vuelto a intentar sacar de Rusia declaraciones críticas hacia los Estados Unidos, a crear una especie de hermandad revolucionaria. La diplomacia rusa no lo vio con buenos ojos, sobre todo porque se pretende intensificar las relaciones comerciales. Y sí, en el ramo militar y técnico, las relaciones con Venezuela interesan, pero Rusia no quiere verse envuelta en sus juegos políticos. Unirse a ella a través de bases militares, políticamente es contraproducente.

Se espera una respuesta rusa al estacionamiento en Europa del Este del escudo antimisiles de Estados Unidos. ¿Cuál sería ésta?

La respuesta más probable será el estacionamiento de armamento nuclear en Kaliningrado, y en submarinos. No sería sólo la respuesta más probable sino la más sensata. No representaría la ruptura de ningún tratado acerca de armamento, sino darle la espalda a un acuerdo logrado entre Gorbatchov y George Bush. Si Moscú lleva ahora armamento nuclear estratégico a Kaliningrado, este acuerdo político se rompe de alguna manera este acuerdo.

¿Y qué consecuencias tendría para Estados Unidos, Rusia y para Europa?

Mientras más armamento estratégico se estacione en territorio europeo, mayor es la posibilidad militar en un espacio reducido. Pero lo que es más importante, crece la posibilidad de que Rusia rescinda el contrato sobre la destrucción de armamento de mediano alcance, el IFF de 1987: ambas partes iban a destruir los misiles de un alcance entre 500 y 5000 kilómetros. Rusia ha expresado ya varias veces sus dudas acerca de este Tratado. Creo posible que lo rescinda el Tratado, si se estaciona el escudo. Rusia empezaría a construir otra vez misiles de mediano alcance. Y con ello, el gran perdedor de esto es Europa, pues tanto misiles de mediano alcance como armamento estratégico nuclear están dirigidos a Europa. Claro que no se espera que se llegue a una crisis de este calibre, pero es una señal muy negativa que se esté perdiendo todo lo logrado en cuanto a estructuras de control de armamento y desarme.

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"Una Guerra Fría, no. A Rusia no le interesa; a Estados Unidos tampoco"Imagen: AP

Es decir, ¿una nueva Guerra Fría?

No, no una Guerra Fría, porque los medios a disposición no serían los mismos. Por eso, Rusia habla de una reacción asimétrica –el posicionamiento del armamento estratégico tiene un costo limitado, los misiles de mediano alcance tampoco. No serían tantos como en los años 80.

Sería además muy tonto de Rusia dejarse arrastrar a una especie de carrera armamentista. Con relativamente pocos medios, sin embargo, puede apostar por reacciones que no son agradables. Pero una Guerra Fría en el sentido de una espiral armamentista o una confrontación ideológica como la de capitalismo versus comunismo, eso no habrá. A Rusia no le interesa y a Estados Unidos tampoco.

Pero representa un peso y un daño potencial para Europa. Debería pensarse si en realidad tiene sentido este escudo, porque no se sabe si Irán alguna vez dispondrá de esos misiles y en caso de que los tenga si el escudo funcionaría. ¿Vale la pena entonces poner en juego las relaciones con Rusia. Mi postura personal es que estratégicamente, se trata de una decisión equivocada, porque los costos políticos son muy mayores que la utilidad militar.

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