Rusia y Turquía cierran tres puestos de control en Siria
30 de marzo de 2021
La acción de los grupos rebeldes sirios hizo que ambos países optaran por esperar hasta que se estabilice la situación, para luego abrir los corredores acordados.
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Rusia y Turquía decidieron cerrar partir tres puestos de control en Siria -dos en Idlib y uno en Alepo- debido a los ataques de los rebeldes sirios. La medida se mantendrá hasta que se estabilice la situación en la zona.
"A partir del 30 de marzo el trabajo de los mencionados puestos será temporalmente clausurado hasta la estabilización de la situación y la creación de las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de los civiles", informó el Centro de Reconciliación ruso en Siria en un comunicado.
El Ministerio de Defensa de Rusia precisó que se trata de los puestos de Saraqeb y Miznas en Idlib y de Abu Azeidin en Alepo. El cierre llega apenas una semana después que Rusia y Turquía anunciaran la apertura de estos tres puntos de cruce para "poner fin al aislamiento" y el bloqueo de los civiles.
De acuerdo con Moscú, esta iniciativa fue propuesta por Rusia, aliada de Damasco, y aceptada por Turquía, que apoya a los rebeldes sirios.
Según el subdirector del centro de reconciliación, Alexandr Kárpov, estos puestos de control estaban listos desde febrero pasado, pero "las actividades de los grupos armados ilegales" que operan en la región obligaron a postergar su apertura. Mientras ahora, "las organizaciones terroristas en territorios bajo control de las fuerzas turcas realizan ataques provocativos y bloquean la circulación de las personas y de los transportes en los corredores de salida", agregó.
Idlib, declarada zona de distensión por Rusia y Turquía, es el último bastión de la oposición siria y está prácticamente controlada por el Organismo de Liberación del Levante, que incluye a la exfilial siria de Al Qaeda antiguamente denominada Frente al Nusra, además de facciones apoyadas por Turquía.
mn (EFE, AFP)
Idlib, Siria: un desastre humanitario
El ejército sirio, apoyado por Rusia, está bombardeando la región de Idlib, en el norte del país. Los refugiados huyen hacia la frontera turca. La ONU advirtió sobre un inminente "baño de sangre".
Imagen: picture-alliance/AA/E. Hacioglu
En pleno escape
El tráfico es fuerte en las carreteras que se dirigen al norte a través de la región de Idlib, hacia la frontera turca. Los soldados del régimen de Al Assad avanzan desde el sur y el este, asistidos por sus aliados rusos e iraníes. Algunos grupos rebeldes sirios son apoyados por Turquía, que también tiene sus propios soldados en la región. Pero la gente común solo quiere llegar a un lugar seguro.
Imagen: Reuters7K. Ashawi
"El horror se ha multiplicado"
Casi 1 millón de personas han sido desplazadas desde diciembre. Según el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, "el horror se ha multiplicado" en las últimas semanas. Las líneas del frente se están cerrando y están provocando grandes movimientos de personas en solo unos pocos días. Al Assad quiere expulsar a la población civil de Idlib y se moviliza para capturar este último bastión rebelde.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Bombardeada a pedazos
Maaret Al Numan y sus alrededores han sido en particular gravemente afectados por los ataques. La ciudad ha sido bombardeada a pedazos y está prácticamente desierta. La importante carretera M5 pasa por aquí, desde Damasco, a través de Alepo, y hasta la frontera turca. La mayoría de los que huyen intentan llegar a Turquía, pero la frontera está cerrada.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Said
Esperando en la frontera
Alrededor de 100 personas, incluidos 35 niños, murieron en los bombardeos solo en las primeras dos semanas de febrero, según la ONU, que ha denunciado el "desprecio flagrante por la vida y la seguridad de los civiles". La familia de la foto huyó a la frontera turca hace meses. Están viviendo en el campo de refugiados de Kafr Lusin y se aferran a la esperanza de que Turquía los deje entrar.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Medio millón de niños en emergencia
Se estima que alrededor de la mitad de las casi 1 millón de personas que han huido son niños. Del resto, la mayoría son mujeres. No hay suficientes albergues en la frontera turca para todos y muchos refugiados viven en tiendas de campaña. Los campos a menudo se levantan a toda prisa y están muy hacinados. La gente duerme en las puertas y en pedazos de cartón, a veces a temperaturas bajo cero.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Alimento y medicinas escasas
Los que han podido encontrar una tienda de campaña la comparten con hasta una docena de familiares. La medicina se está acabando en muchos de los campamentos, y los alimentos básicos y la ropa también están escaseando. Los médicos informan que muchos niños sufren de malnutrición, algunos incluso mueren de hambre. El frío también está pasando factura: algunas personas se han congelado hasta morir.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Refugio en una escuela
Muchos niños en la región ya no pueden ir a la escuela, por lo que algunos edificios escolares han sido reutilizados. La escuela de la foto fue convertida en un refugio. Incluso los campos de refugiados son a veces blanco de los bombardeos.
Imagen: Getty Images/B. Kara
Tratando de alcanzar la seguridad
La ruta ilegal a través de la frontera con Turquía es costosa y casi nadie puede pagarla. Los contrabandistas están cobrando a las personas hasta 1.800 euros. Los que se atreven a intentarlo arriesgan sus vidas: los guardias fronterizos turcos tienen cámaras térmicas para ayudarlos a detectar las personas que intentan cruzar. Y a veces disparan a los refugiados que intentan escalar el muro.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Buscando dignidad
La ONU ha dicho que la situación en Idlib podría ser el mayor desastre humanitario del siglo XXI. Nadie sabe si habrá o no un alto el fuego. A los refugiados no les importa quién ponga fin a la guerra, solo quieren una vida con seguridad y dignidad para ellos y sus hijos. Una cumbre entre Turquía, Rusia, Francia y Alemania, prevista para el 5 de marzo, está ahora en peligro.