DW: Acaba de anunciarse que la Asamblea Nacional de Venezuela y la oposición política reciben el Premio Sájarov 2017. Ustedes como plataforma de la sociedad civil han estado luchando por este premio desde hace varios años. ¿Qué se siente?

Patricia Betancourt: Indiscutiblemente se siente alegría. Pero es una alegría un tanto amarga. Porque la situación política venezolana está en un momento de descomposición. VenEuropa lleva años luchando y haciendo lobby para que los activistas venezolanos y las víctimas de las violaciones a los derechos humanos se ganaran este premio… Sin embargo, la situación que estamos pasando de desconfianza después de las elecciones a gobernadores hace que esta premio lo recibamos con una mezcla de alegría y de tristeza.

Desconfianza, ¿por qué?

La clase política opositora en Venezuela tras el terrible fracaso en las elecciones de gobernadores ha quedado mal con los ciudadanos. Sus estrategias han quedado en entredicho, pues han servido para que el oficialismo gane más terreno. A pesar de la llamada de los ciudadanos, el 16 de julio, a poner como condición que se cambiara el CNE antes de ir a elecciones. Los dirigentes de la oposición no respetaron eso. 

No obstante, la oposición que, en su opinión, los ha traicionado no se encuentra entre los que recibirían el Premio Sájarov. El premio está dirigido a Julio Borges, de la deshabilitada Asamblea Nacional, y ciertos presos políticos que no han aceptado la nueva Asamblea Nacional Constituyente

El problema con la Asamblea Nacional es que aceptó que se llevaran a cabo esta elección de gobernadores, lo cual era una carrera al suicidio. Ahora en el mismo edificio conviven dos Asambleas. El hecho de haber aceptado que se hicieran las elecciones de gobernadores le da más poder a la Asamblea Nacional Constituyente, ilegalmente constituida por el régimen que a la Asamblea por la que los ciudadanos votamos masivamente. 

Premiar a la Asamblea en este momento no deja de ser para nosotros una alegría, pero llega en un momento en que la ciudadanía no lo recibe de la misma manera que si hubiese sido hace un año.

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Una nominada anterior al Premio Sájarov ha desaparecido de la lista de los premiados: María Corina Machado. ¿Cómo se entiende esto?

María Corina representa a ese grupo de políticos que no estuvo de acuerdo con que se llevaran a cabo las elecciones de gobernadores, tal como estaban planteadas. Creo que están premiando a la Asamblea Nacional. Y María Corina está deshabilitada por el gobierno. Ponen a Julio Borges porque es el presidente de la Asamblea Nacional. Si hubiese sido hace un año, habría sido dirigido a Henry Ramos Allup, que entonces era presidente de la Asamblea, hoy un personaje muy controvertido. Después están los presos. Por eso, en esta nominación, no tendría por qué estar ella.

¿Cree que este Premio Sájarov a la Asamblea Nacional, a la oposición venezolana  y a los presos políticos, va a cohesionar otra vez a la oposición? 

Esto es lo que los venezolanos llamamos "un arroz con mango”. Aquí hay dos fracciones muy distintas: le están dando premio a los dos lados. Dándole premio a la Asamblea Nacional -que ostenta el poder que le fue otorgado por la ciudadanía- se premia también a los chavistas, que aunque se retiraron para irse a la Asamblea Nacional Constituyente, también fueron elegidos. No hay una claridad en la redacción del premio Sájarov que diga: a la Asamblea Nacional conformada por la oposición. Por otro lado están los presos políticos, como Antonio Ledezma, que no estuvo de acuerdo con las elecciones.

Por eso hay amargura y felicidad al mismo tiempo. ¿Quién no se va a alegrar de que le den el premio a Andrea González y a Yon Goicochea? Ambos son dos presos políticos europeos por los que hemos luchado mucho. 

Por todo esto, quiero  entender que incluyeron a la Asamblea para que la Venezuela democrática ganara el premio. Así lo entendemos, así lo aceptamos, y de esa manera nos alegramos.

Autora: Mirra Banchón (EL)