Síndrome Post Polio: hacen falta terapias especiales
Gudrun Heise (EL/VT)28 de octubre de 2015
Pacientes se muestran felices por haber superado paulatinamente síntomas de parálisis en la infancia. Pero enfermedades como la poliomielitis pueden regresar debido a la sobrecarga de los nervios sanos.
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El llamado Síndrome Post Polio (SPP) afecta a pacientes que hace décadas padecieron la enfermedad y mediante tratamientos lograron distintos grados de recuperación. En principio, la poliomielitis es un mal que afecta a los nervios hasta que se produce parálisis. Las funciones faltantes son asumidas, en el mejor de los casos, por otros nervios, de tal modo que durante largos períodos es posible ver una mejoría en los pacientes. Pero en algún punto puede producirse una sobrecarga, dice Axel Ruetz, del Centro para la Atención de Polio en Coblenza.
“Esto significa que se vuelva a presentar parálisis. Los pacientes que han intentado superar la enfermedad y que han logrado mejorías, luego de 40 años vuelven a ponerse mal. Y entonces vuelven a pasar por lo que ya habían vivido. Esto es el Síndrome Post Polio”, dice.
Un mundo sin polio
La poliomielitis es transmitida por el virus del polio. El contagio se produce a través de la boca o la nariz. Incluso gotas minúsculas pueden propagar el virus, pero también a través del contacto. De la boca, el germen patógeno pasa al tracto gastrointestinal y, finalmente, a los conductos sanguíneos. La parálisis causada por la polio es típicamente diagonal: afecta por ejemplo a la pierna derecha y el brazo izquierdo, o a la pierna izquierda y el brazo derecho.
Pero la mayoría de las personas infectadas con el virus del polio, cerca del 90 por ciento, no presentan síntomas. Llevan el virus en el organismo, pero ni siquiera se dan cuenta de ello. Son inmunes. Pero hay diferentes tipos de gérmenes patógenos. Una de las protecciones más efectivas es la inyección. Desde los años 60, se aplica este tipo de medicamento a niños. Alemania está libre de polio desde 1998, lo mismo que otros países europeos. Pero en otras partes del mundo siguen presentándose nuevas infecciones, dice Ruetz: “Sobre todo resurge en África y Asia, en países como Pakistán, Afganistán e India. En este último aún hay casos, pese a que el país fue declarado en 2000 libre de polio por la OMS”.
Un retroceso indeseado
Muchos de quienes alguna vez padecieron polio estuvieron libres de síntomas luego de haber sido sometidos a tratamientos, pero luego el padecimiento volvió. Hans-Joachim Wöbbeking es una de las personas que padece el SPP. Tenía tres años cuando la enfermedad lo atacó. “Luego de un año y medio presenté mejoría”, recuerda, “y de ahí siguió un proceso de regeneración por cerca de diez años”. Así pudo estudiar hasta obtener un empleo. “Pero en los últimos años he tenido complicaciones”, dice Wöbbeking, quien tras un largo período fue diagnosticado con SPP. Desde 1995 anda en silla de ruedas.
Una rara enfermedad
En Alemania, el SPP afecta en distinto grado a cerca de 70.000 personas. Se le ha clasificado en la categoría de enfermedades raras. “Esto significa que la ciencia no muestra gran interés en investigarla”, dice Axel Ruetz. “No hay libros especializados y durante los estudios de medicina no se imparte cátedra sobre la polio en general”.
Es por eso que Ruetz fundó en 2001 el primer programa de atención a pacientes con SPP, con pacientes que eran tratados por médicos y que necesitaban atención ambulatoria. “Con el tiempo se hizo evidente la necesidad de terapias especiales o procedimientos específicos para ayudar en el cuidado cotidiano de estos pacientes”. Es un gran apoyo para éstos. Pero hasta el momento no hay un medicamento capaz de retrasar o detener los síntomas del Síndrome Post Polio.
Salve vidas: lávese las manos
Este 15 de octubre se celebra el "Día Mundial del Lavado de Manos”. En esta fecha, la OMS llama la atención sobre la importancia de la higiene manual. Aquí presentamos cómo bacterias y virus viajan de mano en mano.
Imagen: Colourbox
Más que agua y jabón
Nuestras manos están constantemente activas: con ellas saludamos a amigos y conocidos, o nos sujetamos a los tubos del transporte público que miles han tocado antes. Con las manos abrimos puertas o tomamos alimentos. Así se exponen a miles de gérmenes. Por eso, lavarse las manos regularmente debería darse por sobreentendido.
Imagen: Colourbox
Hay gérmenes y gérmenes
No todos los gérmenes son igual de peligrosos. Por ejemplo, es necesaria una cepa de cerca de mil salmonellas para infectar a un ser humano. De otras especies se requieren menos de 100 ejemplares. Incluso aire que es considerado “limpio” es vehículo de cientos de bacterias y esporas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Increíble, pero cierto...
Sorpresivamente, cada centímetro cuadrado del asiento del inodoro tiene en promedio menos de diez gérmenes. Aunque parezca increíble, es cierto: el inodoro es uno de los sitios más limpios en general. Algunas ventanas están mucho más sucias, sobre todo si se lavan unas cuantas veces al año. El baño, en cambio, debe lavarse varias veces a la semana.
El el lugar de trabajo la situación es mucho peor. Un escritorio promedio da alojamiento a más de 3.000 microbios por centímetro cuadrado. El teclado de la computadora es el lugar más contaminado: ahí, la suciedad tiene condiciones inmejorables para posarse entre las teclas y en las hendiduras. Suele haber teclados con más de 10.000 bacterias por centímetro cuadrado.
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Dinero apestoso
Billetes y monedas circulan de mano en mano. Científicos de Nueva York identificaron a más de 3.000 bacterias distintas en algunos billetes. Es por eso que los comerciantes jamás deben tocar alimentos después de manipular dinero.
Imagen: fotolia/Peter Atkins
Refugio en medio del frío
También el frigorífico, que en teoría debería ser un lugar muy limpio, presenta cierta cantidad de bacterias. La humedad en presencia de grasas y azúcares constituye un ambiente ideal para la proliferación de gérmenes. Incluso después de una limpieza regular, éstos se las arreglan para encontrar sus nichos; por ejemplo, detrás de las selladuras de goma.
Imagen: BilderBox
Hospitales peligrosos
En los hospitales es especialmente importante la limpieza de las manos. La proliferación de bacterias muy resistentes fácilmente puede terminar en episodios fatales. Por eso, en muchos sanatorios hay sifones que surten una solución antibacterial, aparte del infaltable jabón.
Imagen: picture-alliance/dpa
Peligroso malhechor
Este peligroso microbio es el Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM). Es resistente a todos los antibióticos usados normalmente. Aún sin recibir alimentación, es capaz de sobrevivir hasta siete meses y puede alojarse en el piso, en las mesas, en las camas, en la piel y, naturalmente, también en los picaportes.
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Contra los gérmenes, cobre
Una clínica de Hamburgo comenzó un proyecto ambicioso, consistente en disminuir la cantidad de bacterias en los picaportes. Las bacterias rechazan el cobre; así, el uso de este metal causó que durante el experimento bajara a la mitad el número de gérmenes. El cobre no puede ser un sustituto del lavado de manos, pues deja cantidad suficiente para poder infectar a un ser humano.
Imagen: Asklepios Kliniken GmbH
Bitte nicht zu unfreundlich
¿Dejaremos de saludarnos? En los hospitales no sería mala idea, pero de otro modo, evitar todo contacto sería una medida exagerada. Lo mejor es procurar una higiene adecuada: lavarse las manos frecuentemente, limpiar con regularidad el teclado y el ratón de la computadora, abstenerse de tocar alimentos después de haber manipulado dinero, y limpiar con frecuencia los baños y el frigorífico.