¿Contribuyen sus fondos bancarios a la crisis climática?
26 de mayo de 2025
Se estima que los 60 bancos más grandes del mundo destinaron 619.000 millones de euros a la industria de los combustibles fósiles en 2023, y 6,9 billones de dólares desde que se alcanzó el Acuerdo de París en 2015.
Gran parte de esta financiación se destina a planes de expansión que contradicen las inequívocas advertencias climáticas de la ciencia.
"Todos tenemos grandes cantidades de dinero que contribuyen a ello de diversas maneras, sin que muchas veces nos demos cuenta", declaró Adam McGibbon, estratega de campañas de la organización estadounidense de investigación y defensa Oil Change International.
McGibbon añadió que los bancos siguen utilizando nuestro dinero para expandir su negocio, generar más ingresos y atraer inversionistas. En último término, podría "utilizarse para inflar el balance de un banco, lo que les permitiría prestar servicios a clientes corporativos" vinculados a los combustibles fósiles.
Fondos en el banco y temperatura global
En cuanto a las inversiones, algunas finanzas personales se destinan directamente a la industria de los combustibles fósiles a través de acciones o bonos, afirmó Carmen Nuzzo, directora ejecutiva del Centro de Iniciativas de Ruta a la Transición, del Reino Unido, que investiga los avances del mundo financiero y empresarial hacia una economía baja en carbono.
"Esto incluye la inversión en compañías de petróleo y gas, que han sido muy atractivas y rentables en los últimos años, así como la inversión en otras empresas que dependen en gran medida de los combustibles fósiles para su producción o prestación de servicios, como las del acero o la aviación", añadió Nuzzo.
Muchas personas también financian combustibles fósiles a través de fondos de pensiones que invierten en empresas con altas emisiones de gases de efecto invernadero y carbono.
Estudios recientes han estimado que, en un mundo con un calentamiento global de 4 grados Celsius, una persona promedio será un 40 % más pobre, la rentabilidad de los fondos de pensiones en EE. UU. y Canadá podría caer hasta un 50% para 2040, debido a la exposición de los activos a fenómenos climáticos extremos.
Los fondos de pensiones se encuentran entre los mayores inversores mundiales en combustibles fósiles, con una estimación de 46 billones de dólares invertidos en el sector y con una participación del 30% en sus acciones, según Climate Safe Pensions, una campaña de desinversión con sede en EE. UU. y Canadá. También se descubrió que se encontraban entre los principales financiadores de la expansión de los combustibles fósiles en África.
En 2023, la plataforma de investigación alemana Correctiv reveló que 10 de los 16 estados federados alemanes invirtieron fondos de pensiones en actividades relacionadas con los combustibles fósiles.
Alternativas de financiación verde
Si bien los bancos verdes no siempre ofrecen las condiciones más favorables, entre las personas con conciencia climática existe un creciente interés en alternativas financieras sostenibles, afirmó Katrin Ganswindt, investigadora financiera de la ONG alemana Urgewald.
Entre el creciente grupo de bancos verdes, ya hay entindades que quieren dejar de invertir en actividades nocivas para el medio ambiente. También han surgido herramientas en línea como bank.green para ayudar a los consumidores a comparar las credenciales ambientales de diferentes bancos.
En los Países Bajos, por ejemplo, los fondos de pensiones de funcionarios y docentes, así como de personal sanitario, han dejado de invertir en empresas de combustibles fósiles. En el Reino Unido, los grandes planes de pensiones también están obligados a informar sobre sus riesgos climáticos.
Sin embargo, aún escasean las normativas y regulaciones en este ámbito, afirmó Franziska Mager, investigadora principal de Tax Justice Network, un grupo del Reino Unido que trabaja contra la evasión fiscal.
"Incluso si opera con un banco 'verde', podría sorprenderle descubrir dónde se invierte su dinero, si es que puede averiguarlo. Por no hablar de lo que las grandes entidades definen como sostenible", afirmó.
Un artículo reciente, del que fue coautora, sobre el "blanqueo verde" en el sector bancario señalaba que la existencia de prácticas financieras opacas, incluido el uso de jurisdicciones de secreto bancario, una especie de paraíso fiscal, oculta la verdadera magnitud de la financiación de los combustibles fósiles. No se ha publicado ningún dato.
Sin embargo, la UE tiene nuevas directrices para regular en el futuro qué empresas pueden participar en fondos etiquetados como verdes o sostenibles.
Según McGibbon, "es estupendo cambiar a un banco más ecológico, es estupendo cambiar a un plan de pensiones más ecológico. Pero, en última instancia, podríamos tener mucho más poder como ciudadanos, cambiando la forma en que votamos y exigiendo a los políticos que regulen el sector financiero”.
(rmr/ers)