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Saber preparar un té: indispensable para ser holandés

Luna Bolívar Manaut15 de marzo de 2006

A partir de mañana, todo el que desee la nacionalidad holandesa tendrá que someterse, además de al proceso habitual, a un curioso examen. Es el último grito en política migratoria, y en Alemania ya hay quien lo reclama.

El gobierno del Estado alemán de Hesse ya ha preparado su examen.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb


"El té, ¿se prepara con agua caliente o con agua fría?". "¿Cuánto tarda un tren desde Ámsterdam hasta Eschede?". "¿En qué cubo de basura debe tirarse el aceite de freír?". A qué clase de ser inteligente se pretende atraer con semejante interrogatorio es lo que aún se le escapa a los que aspiran a la nacionalidad holandesa, pero desde luego, debe ser un ciudadano ejemplar. Por eso dice la ministra de Integración del país centroeuropeo, Rita Verdonk, que los que sean capaces de superar el examen serán "bienvenidos de todo corazón" en Holanda.

El holandés perfecto

Inmigrantes, apunten: el holandés medio gusta de vestir naranja y demuestra un gusto exquisito.Imagen: dpa

"El tiempo de los bebedores de té ha pasado", dice la ministra. Claro, seguramente se concedieron demasiados pasaportes holandeses a indeseables que se dedicaban a hacer el té con agua fría. Si es que, así no hay quien construya un país. "Durante mucho tiempo fuimos muy inocentes", añadió Verdonk. No cabe la menor duda.

El examen, en el que también se incluyen preguntas sobre la historia y la política del país, podrá hacerse en 138 embajadas y consulados por el módico precio de 350 euros. Libros, CD-Roms y vídeos están a disposición, en 14 idiomas y a 63,90 euros, de los que quieran saber más sobre cómo ser un buen holandés.

En algo tiene Verdonk razón al preguntar a los que quieren nacionalizarse por sus valores: el material didáctico ha levantado quejas entre ciertos grupos musulmanes porque en las grabaciones aparecen mujeres bañándose desnudas y homosexuales besándose en la calle, hasta el punto que ha tenido que editarse una versión censurada para sensibles.

Los alemanes toman nota

"En este punto podemos aprender mucho de los holandeses", declaró entusiasmado con la idea de Verdonk el ministro del Interior alemán, Wolfgang Schäuble, que lleva semanas haciéndole propaganda al "examen de acceso a Alemania".

El gobierno de Hesse trata de que su modelo de examen sea implantado a nivel nacional.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

La prueba alemana, sin embargo, se alejaría de las cuestiones de la vida cotidiana para requerir de los inmigrantes algo más de esfuerzo intelectual. Al fin y al cabo, los alemanes nunca fueron grandes bebedores de té y aquí el aceite se tira donde a uno le coja más a mano.

Lo práctico del examen es que con él cada país puede perfilar la clase de inmigrante que desea para su sociedad. El holandés sería algo así como cualquiera que sepa hacer la "o" con un canuto. El alemán es uno de esos que se presenta a los concursos de conocimientos de la tele y se sabe de memoria todas las preguntas del Tribial.

"Nombre tres filósofos alemanes", "¿cómo se llama la última instancia judicial alemana?". "¿qué paisaje pintó Caspar David Friedrich en la isla de Rügen?": son algunas de las preguntas que se incluyen en un modelo de test elaborado por el gobierno del Estado alemán de Hesse.

El examen es un complemento que no exime a los que quieran la nacionalidad alemana de tener que demostrar conocimientos de alemán, llevar por lo menos ocho años viviendo en Alemania y jurar la Constitución así como fidelidad eterna al país. Con la prueba se trata, en palabras del ministro del Interior de Hesse, Volver Bouffier, de que el inmigrante "se dedique a estudiar intensivamente nuestro país y sus valores, además de aceptarlos".

Menos mal que a los alemanes no se les exige conocer las labores pictóricas de Caspar David Friedrich en la isla de Rügen. A dónde iría tanto alemán despatriado.

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