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Saddam en el banquillo

2 de julio de 2004

El proceso contra el ex dictador iraquí, quien apareció por primera vez en público desde que fuera apresado, da pie a múltiples editoriales en la prensa europea, que analiza las implicaciones políticas del juicio.

La aparición de Saddam Hussein en TV causó impacto en Irak.

El matutino Süddeutsche Zeitung, de Munich, opina: "No se le notó ni rastro de arrepentimiento. Saddam, recuperado de su estadía en el agujero, se presentó ante los jueces altivo y terco. Pero la pose de presidente y mariscal de campo, que antes resultaba intimidante, ya no tiene la misma repercusión en las honduras de la objetividad jurídica en que por suerte ha caído el defenestrado déspota. Saddam está en el banquillo de los acusados. Y ello da por lo pronto una satisfacción a millones de personas que sufrieron bajo su cruel régimen, tanto en Irak como en los vecinos Irán y Kuwait."

Justicia y no venganza

El Financial Times, de Londres, apunta: "Para Saddam Hussein ha comenzado el largo ajuste de cuentas con el pueblo iraquí, al que tiranizó durante tres décadas. El dictador se mostró impenitente. El desafío para el nuevo gobierno consiste en velar porque en el juicio se imponga la justicia y no la venganza. Su tino político será sometido a prueba hasta el límite. La presentación de los cargos a Saddam Hussein fue el comienzo de un largo proceso, que sólo contará con un amplio respaldo si se encuentra en manos de los iraquíes. En aras de la reconciliación, es necesario que se restablezca la seguridad en el país. Para ello, el gobierno no sólo requerirá habilidad, sino también imaginación."

Prueba para el nuevo gobierno

Liberation,

de París, considera que el proceso contra Saddam Hussein demuestra la naturaleza del régimen. "En el juicio contra Saddam Hussein, en Bagdad, no sólo se ha de dictar justicia. Se espera que el proceso también convenza a la población de que efectivamente ha cambiado el régimen y de que el nuevo gobierno ejerce un poder real. Este nuevo gobierno desea ganar popularidad entre la gran mayoría de los iraquíes que padecieron bajo la dictadura. Al mismo tiempo han de respetarse las reglas del Estado de Derecho, incluso a riesgo de ofrecer con ello una tribuna al acusado. La forma en que se trate a Saddam Hussein demostrará qué tipo de régimen ha llegado al poder en Irak."

Impacto político

La Stampa

, de Turín, hace notar que éste es un proceso peligroso para Estados Unidos. "No cabe duda de que, en su primera aparición ante el tribunal, Saddam Hussein demostró hasta el final una presencia y una línea de defensa que podría tener gran repercusión en Irak y, sobre todo, en el mundo árabe. Más delgado y con barba, durante su huida y su cautiverio Saddam se ha despojado de la apariencia del dictador para asumir la de un profeta. Si la guerra efectivamente hubiera terminado en Irak, un Saddam que habla como lo hizo ante el tribunal sería simplemente ridículo. Pero como la guerra continúa, podría convertirse en un punto de referencia político."

Desconfianza en el mundo árabe

En Viena, el rotativo Kurier critica algunas falencias del proceso y apunta: "El acusado no tenía un abogado -un derecho básico en cualquier juicio justo. En consecuencia, Saddam hizo lo correcto al no cooperar con la corte. Las imágenes del ex dictador dan la vuelta al mundo. Y, en especial en el mundo árabe, ya se alzan voces que opinan que el juicio se basa en la venganza y no en la ley."