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Salida del euro de Grecia: un debate simulado

Christoph Hasselbach (VC/EL)5 de enero de 2015

Promesas electorales y duras amenazas: pese a su intensidad, el debate sobre una posible salida de Grecia de la eurozona es un debate simulado. A fin de cuentas, nadie quiere que abandone la unión monetaria.

Imagen: dpa

En las elecciones parlamentarias griegas de 2012, la coalición de izquierda Syriza, liderada por Alexis Tsipras, tenía buenas posibilidades de triunfar. En aquel entonces, al igual que hoy, Tsipras había exigido el fin de la política de ahorro. Jefes de Estado y de Gobierno tan diferentes como la canciller cristianodemócrata alemana, Angela Merkel, el presidente socialista francés, François Hollande, y el entonces primer ministro italiano Mario Monti apoyaron la campaña electoral del candidato conservador Antonis Samaras.

También en 2012 advirtieron de que una victoria de la izquierda podría conducir a la salida de Grecia de la unión monetaria. No se puede decir a ciencia cierta si la amenaza surtió efecto en aquel entonces. En todo caso, en 2012, la coalición de izquierda Syriza celebró una importante subida de votos, pero solo llegó a ser segunda fuerza en el Parlamento. Antonis Samaras formó el gobierno, y la política de austeridad siguió en pie.

La eurozona está preparada

En la actualidad, según las encuestas, Syriza podría ganar las elecciones. Sin embargo, a diferencia de 2012, la unión monetaria ya no corre peligro como entonces. Si Grecia realmente decidiera abandonar la zona euro, probablemente no habría un efecto dominó que afecte a los países endeudados. En los últimos años, la Unión Europea se ha preparado contra este tipo de eventualidades, por ejemplo, con la unión bancaria.

En 2012, Angela Merkel apoyó al candidato Antonis Samaras.Imagen: picture-alliance/dpa

Hoy día, la posibilidad de la salida de Grecia del euro ya no les roba el sueño a los políticos europeos. Sin embargo, en caso de una salida, los acreedores tendrían que amortizar sus créditos, algo que tampoco nadie quiere. Por ello, todo parece indicar que Tsipras tiene razón al sostener que aquellos que lanzan advertencias solo quieren influenciar a los electores griegos.

AfD: salida es “una solución”

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dijo a finales del año pasado que “la cosa se pondría difícil” si Grecia decidiera acabar con la política de ahorro. El vicecanciller alemán y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, subrayó en declaraciones al Hannoversche Allgemeine Zeitung que Grecia debería permanecer en la zona euro, pero añadió de forma amenazante: “No nos dejaremos extorsionar”. Gianni Pittella, presidenta del grupo de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, en cambio, opina que “la salida de la eurozona simplemente no es una opción. La membresía al euro de Grecia es irreversible”. Asimismo, la Comisión Europea calificó esta membresía de “irrevocable”.

Según Bernd Lucke, de la eurocrítica Alternativa para Alemania, la salida “sería una buena solución para Grecia y la zona euro”. Por su parte, el presidente francés, François Hollande, dijo al respecto que “los griegos deciden libremente sobre su destino”.

No habrá trato especial

¿Pero qué tan probable es realmente la salida de la unión monetaria? De llegar a ser primer ministro, ¿Tsipras realmente sacará a Grecia de la eurozona? Esta no puede ser su meta. Los tratados europeos no contemplan la posibilidad de una salida del euro, sino solo la salida de la Unión Europea. Sin embargo, Tsipras no pretende abandonar la UE. En realidad, quiere que siga fluyendo la ayuda financiera, pero sin medidas de ahorro.

Huelga general en contra de las medidas de austeridad.Imagen: Reuters/A. Konstantinidis

No obstante, los acreedores no aceptarían la concesión de créditos sin condiciones. Esto no so le puede exigir a los contribuyentes, y tampoco se le puede explicar a los demás candidatos al rescate que han cumplido sus compromisos de ahorro.

A lo largo del debate, Antonis Tsipras se ha retractado. Actualmente ya no habla de poner fin unilateralmente a las medidas de austeridad, sino que primero “negociará” con los acreedores, y solo emprenderá pasos unilaterales “si nos obligan a ello”. Lo más probable es que, en el caso de una victoria de Syriza, los acreedores ofrecerán nuevamente condiciones de pago más favorables a Grecia, por ejemplo, alargando los plazos de pago.

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