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Sandro Wagner: auge y caída de un escudero inquieto

5 de diciembre de 2025

El exdelantero del Bayern Múnich lo quería todo: éxito completo en la cancha, la televisión y los banquillos. Pero la aventura como entrenador en la Bundesliga enfrentó a Sandro Wagner con sus propias limitaciones.

Sandro Wagner
Sandro Wagner gesticula en lo que fue su último partido como entrenador del Augsburgo.Imagen: Wolfgang Frank/Eibner-Pressefoto/picture alliance

Si algo ha caracterizado la trayectoria de Sandro Wagner, desde sus tiempos de jugador, ha sido la constancia en el desapego. Después de un comienzo en las juveniles del Bayern Múnich, y de un breve y poco ilustre paso por el equipo profesional de los bávaros, el delantero vistió una gran cantidad de camisetas, ninguna de ellas muy prominente.

Del Bayern, Wagner pasó al Duisburg, y en su carrera siguieron estaciones en Werder Bremen, Kaiserslautern, Hertha Berlín, y Darmstadt. Con este último, la fortuna que se le había negado finalmente le sonrió: el equipo regresó a la primera división, y con ello, Sandro Wagner de nuevo acaparó reflectores.

A estas alturas, el jugador ya tenía 28 años, y fue entonces cuando alcanzó su tardío cénit como jugador activo. Wagner ya no vivió el rápido descenso del Darmstadt, pues había sido fichado por el Hoffenheim. Y este último salto le permitió regresar brevemente al Bayern Múnich, ante de emprender la última aventura como jugador, con los tigres del Tianjin en la liga de China.

De las canchas a los micrófonos

Mucho más acelerado fue el viaje de Sandro Wagner por los medios de comunicación. Luego de su retiro de las canchas, reapareció como parte de un interesante grupo de exjugadores que se tornaron comentaristas; entre ellos, Christoph Kramer, Bastian Schweinsteiger o Per Mertesacker. Como comunicador, Wagner se manifestó elocuente e incisivo, y pronto logró hacerse de un nombre en el difícil campo mediático, donde quizá tuvo más éxito que en el terreno deportivo.

Sorpresivamente, Wagner dejó los micrófonos -por lo menos de manera momentánea- para participar en otra aventura que no le era del todo desconocida. La selección alemana, para la cual el delantero jugó en ocho ocasiones y ganó una Copa Confederaciones, estaba urgida de un cambio generacional tras el estrepitoso fracaso de Hansi Flick como entrenador del combinado germano. El primer paso fue la llegada del seleccionador actual, Julian Nagelsmann, y el segundo, el anuncio de que Sandro Wagner sería su escudero.

Sandro Wagner (izq.) parecía formar un buen equipo táctico en la selección alemana junto con Julian Nagelsmann.Imagen: Arne Dedert/dpa/picture alliance

En lo deportivo, el balance fue de altibajos. Pero en el banquillo del equipo nacional alemán se respiró un nuevo dinamismo hasta que, en otro giro inesperado, Wagner anunció su salida como coentrenador de la selección alemana. El exdelantero, quizá cansado de ser comparsa tanto en las cabinas de transmisión como en el banquillo, se sintió listo para andar solo, como entrenador en jefe del Augsburgo.

Las cifras demuestran que no lo estaba. Luego de haber llegado en medio de una gran expectativa, Sandro Wagner dejó al Augsburgo en el lugar 14 de la tabla, con tres partidos ganados, un empate y ocho contundentes derrotas. El último clavo en el ataúd de su gestión se lo clavó precisamente el Hoffenheim, con un contundente 3-0 que mandó a Wagner al desempleo.

La lección para el exjugador del Bayern Múnich fue clara: el del entrenador de fútbol es un mundo cruel, intransigente y, sobre todo, solitario. El delantero de mediana brillantez, el famoso comentarista y el desapegado escudero de Julian Nagelsmann apostó, y en esta ocasión, perdió. No irá al Mundial de 2026 con la selección alemana, y en la Bundesliga solo demostró que hoy por hoy está demasiado verde como entrenador. El tiempo dirá si ha quemado todas sus naves, o si su exuberante carrera guarda nuevas e insólitas sorpresas.

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