Sangre en polvo
25 de octubre de 2003La sangre es un bien escaso. De ahí los continuos llamados a donar el precioso líquido, que puede salvar vidas en caso de accidentes o enfermedades que hagan necesaria una transfusión. Tan sólo en Alemania se requieren anualmente 2,3 millones de litros para tales fines. Pero la sangre humana no puede conservarse por más de 42 días fuera del cuerpo, lo cual constituye uno de los grandes problemas de la medicina. La solución ideal podría ofrecerla la sangre sintética. En Suecia se están haciendo pruebas con ella y se reportan ya los primeros logros.
Ideal para emergencias
En base a los glóbulos rojos de la sangre de donantes, se ha logrado elaborar un polvo que puede almacenarse por años sin que pierda sus propiedades. Según los científicos suecos, en casos de emergencia el polvo en cuestión puede ser mezclado con líquido y utilizado de inmediato en los pacientes, sin que sea necesario establecer primero su grupo sanguíneo. El producto, elaborado por una firma estadounidense tras 20 años de intensas investigaciones, ha sido probado hasta ahora en 8 personas, a las que seguirán otras 22 hasta fin de año.
"La sangre sintética reemplaza de inmediato el volumen que ha perdido un paciente y ayuda a transportar oxígeno en situaciones críticas, esto es, en casos agudos, donde hay que reaccionar muy rápidamente", señala el doctor Pierre Lafolie, del Instituto Karolinsca, uno de los dos hospitales de Estocolmo donde se llevan a cabo las pruebas.
Sin peligro de contagio
Según el profesor Bengt Farell, del mismo instituto, esta sangre es bien tolerada por todos y hasta ahora no se han detectado efectos secundarios. "La sangre sintética constituye un cambio y un avance enorme en la medicina", señala, agregando: "Basta con pensar en África y en el enorme problema del SIDA. Virtualmente cualquier transfusión implica allí un riesgo de contagio. La sangre sintética consta de sólo dos moléculas y por eso prácticamente no puede transportar el virus". En cambio, el producto cumple la función de transportar oxígeno como la sangre verdadera, gracias a que se mezcla la hemoglobina de los glóbulos rojos con una substancia sintética, el glicol de polietileno.
Pese al escepticismo manifestado sobre todo por investigadores alemanes, en el Instituto Karolinska impera el optimismo. Se indica allí que la sangre sintética podría estar lista para salir al mercado dentro de 2 o 3 años. Una desventaja es que el nuevo producto se desvanece muy rápidamente en el cuerpo y todavía no está claro si el glicol de polietileno, en cantidades mayores, puede provocar daños al organismo.