Es un espacio amplio y luminoso: quien entre en la recién renovada catedral católica de Santa Eduvigis en la Babelplatz, en el corazón de Berlín Este, puede reaccionar tanto con sorpresa como con irritación al contemplarla.

Después de seis años cerrada, el nuevo comienzo puede calificarse casi de radical. En el interior del templo, ha desaparecido el espacio central de ocho metros de ancho con la escalera circular que conducía a la cripta, creada durante la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Para algunos, este era un punto arquitectónico cumbre, para otros era, sencillamente, un molesto agujero.

El altar, de aspecto sencillo, se encuentra ahora exactamente en el centro, bajo la cúpula de 30 metros de altura. Es un molde con forma de media concha de cemento y arena, y con más de mil piedras de diversos tamaños, recolectadas por personas de todas partes de la archidiócesis.

Interior de la iglesia, diferente diseño

Las sillas están dispuestas en círculo. Por lo demás, no hay ni cuadros coloridos, ni una cruz grande, ni escalones hacia el altar o entre los creyentes y el sacerdote. El preboste de la catedral, Tobias Przytarski, comenta que se trata de un "espacio maravilloso que hemos ganado por completo”.

La pompa y el esplendor se pueden encontrar en otros lugares, en la ópera Unter den Linden y en la Universidad Humboldt, o en la catedral protestante de Berlín, caracterizada por el estilo neobarroco y neorrenacentista, a apenas cinco minutos a pie.

El nuevo diseño de la catedral vuelve a dejar claro a qué se referían ya los arquitectos del templo en el siglo XVIII. El modelo del edificio es el Panteón Romano, visita obligada para los turistas en Roma. El edificio circular del siglo II d.C. no se convirtió en iglesia cristiana hasta 500 años después. Las primeras iglesias, dice el arquitecto Peter Sichau, eran en su mayoría edificios circulares, en los que el centro de atención era la celebración propiamente dicha.

La Santa Eduvigis remodelada es un "espacio de celebración”, en el que es posible "ayudar a la gente a experimentar a Dios”. Por eso, la sala está "libre de toda distracción".

En realidad, la catedral dice mucho sobre Berlín. Fue inaugurada en 1773 como la primera iglesia católica de la ciudad en la Prusia de la Reforma. El ilustrado rey Federico II hizo posible su construcción en la Prusia protestante.

Se trata del único templo católico en el centro de Berlín Este. Hoy en día, Berlín también es considerada la "capital de las religiones", aunque las personas ateas constituyen, con diferencia, el grupo más grande de la ciudad.

Para el arzobispo de Berlín, Heiner Koch, este aspecto fue especialmente importante en la remodelación del edificio. "Prestamos mucha atención, con el fin de atraer también a personas que no están arraigadas a la fe cristiana”, afirma. Al fin y al cabo, como él mismo dice, la catedral es también la "iglesia católica de la capital federal” y también se utiliza para eventos políticos.

El arzobispo espera que la remodelación de la iglesia atraiga en el futuro a más personas. El edificio debe ser un lugar donde "los cristianos, las personas de otras religiones y los ateos puedan reunirse con un espíritu abierto y aprender unos de los otros”.

Salas temáticas para meditar y orar

La parte inferior, de tres metros de altura, muestra que la catedral es también algo así como el corazón de la archidiócesis. En el centro, directamente debajo de la cúpula y debajo del altar, hay una pila bautismal en forma de cruz con agua corriente y lo suficientemente grande como para sumergir a una persona adulta durante su bautismo.

Hay doce salas temáticas, modernas capillas para la meditación y la oración y salas para confesiones. También una "sala de conversión”, que trata de la perpetración de violencia sexual por parte de clérigos en la Iglesia.

Lo más importante es, sin duda, el lugar de enterramiento del antiguo preboste de la catedral Bernhard Lichtenberg (1875-1943), que rezó públicamente por los judíos perseguidos durante la era nacionalsocialista y murió de camino al campo de concentración de Dachau, después de un largo período de encarcelamiento. El recuerdo de su valentía contra los nazis se mantiene vivo.

En 2016, se calcularon 46 millones de euros para las obras de renovación del edificio. Según el arzobispado de Berlín, la reforma costó finalmente 44,2 millones de euros, financiados por los Gobiernos regional y central, así como también por otras diócesis del país.

La catedral de Santa Eduvigis se inaugura con una celebración por todo lo alto el 24.11.2024.

(rmr/ms)