Su mejor carta de presentación es haber sido jefe del equipo negociador del Gobierno Colombiano en el proceso de paz con las FARC. En consecuencia, es el más vehemente defensor del acuerdo alcanzado y critica que al Gobierno "le ha quedado grande la implementación" del mismo. Aunque su partido liberal pertenece a la coalición gobernante, optó por una candidatura propia.

La trayectoria política de Iván Duque es breve. Su único cargo en este terreno ha sido el de senador, desde 2014 hasta comienzos de 2018, por el derechista Centro Democrático, liderado por Álvaro Uribe. El respaldo del expresidente encumbró su actual candidatura, pero representa también su flanco débil: sus adversarios lo acusan de ser un títere de Uribe. Duque quiere reformar el acuerdo de paz.

Proviene del mundo académico, concretamente, del de las matemáticas. Pero tiene antecedentes políticos que exhibir como alcalde y gobernador. Como candidato de una alianza de centro-izquierda, Sergio Fajardo propone una renovación de la política y se propone combatir con más vigor la corrupción. Defensor del acuerdo de paz, afirma que debe cumplirse de forma más rápida.

La carrera política de Gustavo Petro se inició a comienzos de los 90, tras la desmovilización del M-19. La participación en su juventud en dicha guerrilla le valió dos años de cárcel, pero no le impidió estudiar y llegar al Parlamento e incluso a la alcaldía de Bogotá. Ahora el candidato izquierdista aspira a la presidencia, promete justicia social y afirma que el acuerdo de paz debe respetarse.

Fundador de la iglesia evangélica Casa de Reino, tuvo un breve paso por el Senado. De la candidatura presidencial de Trujillo se habla poco y en las encuestas tiene una presencia marginal. "El Espectador" apunta que, en Facebook, el pastor planteó un orden de prioridades: “Primero, Dios. Segundo, la familia, que es el núcleo de la sociedad. Tercero, nuestra Iglesia. Y cuarto, nuestra nación”.

Con amplia experiencia parlamentaria y ministerial, fue compañero de fórmula de Juan Manuel Santos como candidato a vicepresidente en 2014. Germán Vargas Lleras aspira ahora a la jefatura de Estado, a la cabeza de un sector del oficialismo de centro-derecha. Pone el acento en la economía y promete una reforma tributaria. Pese a algunas críticas, apoya em general el acuerdo de paz.