Sarkozy, aniversario en medio de la impopularidad
6 de mayo de 2008En el discurso luego de su victoria electoral, el 6 de mayo de 2007, Sarkozy dijo ante miles de franceses: “No tengo derecho a decepcionar al país”. Pero a juzgar por los indicadores más recientes, eso es justo lo que está haciendo el mandatario francés.
Sólo un tercio de la población gala manifiesta hoy apoyo a su presidente, mientras que hace meses la relación era inversa: dos tercios le profesaban simpatía.
Los franceses, para empezar, sufrieron el impacto de ver cómo Sarkozy se alejaba del comportamiento tradicional de un hombre de estado al divorciarse en octubre pasado de su Cecilia –su segunda esposa- para casarse con la modelo Carla Bruni.
Daba la impresión de ser un hombre concentrado en… otras cosas más que en las cuestiones relacionadas con el gobierno.
Problemas económicos y de estilo
A esto se han sumado otros factores. Los ciudadanos resienten los efectos de la crisis económica en sus bolsillos y culpan al gobierno de ello. En su campaña, Sarkozy prometió que los franceses recuperarían poder adquisitivo. Pero éste se ha desplomado. En marzo, la inflación en Francia llegó a 3,2 por ciento, la más alta en 17 años.
Esto se debió en parte a la mala suerte. El inicio de la gestión de Sarkozy coincidió con el despunte de la crisis financiera internacional y el alza en los precios del petróleo. Todo ello ha llevado a un incremento en los precios.
También se juzga al presidente francés por las reformas que ha sacado adelante. Algunos especialistas elogian la flexibilización de la semana laboral de 35 horas, así como la reducción a ciertos beneficios en el modelo de jubilación y a las reformas en las empobrecidas y congestionadas universidades francesas.
“Sarkozy ha tenido el valor de hacer lo que otros presidentes no se atrevieron”, dice Philippe Braud, profesor del Instituto Po de Ciencias, en París. “Su desempeño no debe ser menospreciado, aunque los franceses no se muestren convencidos”, añade.
Baja el desempleo
Braud también evalúa positivamente los avances en las reformas a las leyes laborales, que son particularmente complicadas en Francia. Como resultado de estos pasos, la tasa de paro ha descendido a 7,5 por ciento, lo cual constituye el nivel más bajo desde hace dos décadas.
Pero una falla del presidente francés es que, al parecer, ha anunciado demasiados proyectos y no ha sido capaz de presentar resultados de una manera clara. Por lo menos así opina Bruno Jeanbart, del instituto Opinionway, especializado en demoscopía. “Hay demasiadas áreas en las cuales se ha involucrado; no en todas ha sido capaz de hacer el seguimiento adecuado, mientras que en otras ha sido demasiado optimista”, considera el especialista.
“Sarkozy se hizo cargo de un país que se sentía inseguro y el cual lo veía como la última salida para solucionar los problemas estructurales”, dice el politólogo Dominique Moisi. “Falló a la hora de convencer a los franceses y entregarles la seguridad prometida”, indica.
Admite errores
El presidente de Francia trata de remontar este descenso en sus niveles de aceptación pública. “He cometido errores”, admitió en una larga entrevista transmitida por la televisión francesa. También ha tratado de enmendar; por ejemplo, dosificando sus apariciones con su esposa Carla.
Los retos de su presidencia aún son amplios. No hay fondos suficientes para vigorizar la economía del país. Además, Francia tomará en julio próximo la presidencia de la Unión Europea en medio de una creciente presión para que el país reduzca el déficirt público total, que ronda los 1,2 trillones de euros.
Así, puede que la luna de miel haya terminado. Pero Sarkozy espera convencer a sus conciudadanos de que conviene pensar en una relación a largo plazo.