Francia se convierte en el segundo país europeo, después de Bélgica, en promover una ley general que prohíbe el velo integral. En la mira de la nueva normativa impulsada por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, se encuentran vestimentas que según los diputados conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), atentan contra la dignidad humana: el burka, que cubre el cuerpo completo de la mujer dejando una rejilla al nivel del rostro para que vea, o el níquab, que tapa el cuerpo y el rostro dejando dos fisuras a la altura de los ojos.

El texto, titulado "Proyecto de ley que prohíbe la ocultación del rostro en el espacio público" fue aprobado en una primera lectura gracias a los votos de los diputados conservadores. El opositor Partido Socialitá no participó en la consulta que tuvo un solo voto en contra. Para entrar en vigor la ley deberá recibir el visto bueno del Senado y del Consejo Constitucional.

Multas de cárcel a los infractores varones

La violación de la normativa prevé una multa de 150 euros y la obligación de tomar un curso de ciudadanía a la mujer infractora. Los hombres que obliguen a las mujeres a usar el velo integral serán multados con un año de cárcel o deberán pagar una multa de 30.000 euros. En caso de que las afectadas sean menores de edad sus padres podrían recibir una condena de dos años de cárcel o una multa de hasta 60.000 euros. La normativa diferencia claramente con un mayor castigo a quien promueve la vestimenta como un símbolo de opresión de la mujer por el hombre.

El texto estipula que en una sociedad ilustrada, libre y moderna la población debe poder concurrir como ciudadanos libres con los rostros descubiertos. Los socialistas argumentaron previamente a la votación sobre las reticencias del Consejo Constitucional ante una prohibición general que podría suponer una violación a las libertades ciudadanas estipuladas en la Constitución y proponían que la prohibición se limitara a oficinas de gobierno y espacios públicos en donde los ciudadanos entran en contacto directo con representantes del Estado.

Atenta contra el principio de libertad religiosa

Aunque la prohibición cuenta con un amplio respaldo de los franceses, es controvertida entre los juristas, que consideran que podría alentar a sus críticos a recurrir a los jueces constitucionalistas o incluso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Se estima que unas 2.000 mujeres en Francia usan el velo integral de una población de 65 millones de franceses.

Las reacciones no se han dejado esperar. Un empresario musulmán, Rachid Nekkaz, anunció la creación de un fondo para respaldar a las mujeres multadas. En un comunicado enviado a varios diarios, Nekkaz, que se presentó como candidato a la presidencia de Francia en las elecciones de 2007, anunció que ya hay 200.000 euros en dicho fondo y que tratará de elevar la suma a un millón de euros hasta septiembre.

También el Gobierno español prepara una ley de Libertad Religiosa que limitará el uso del velo integral en espacios públicos y que busca sobre todo homologar la regulación española. En Cataluña, en donde se han establecido muchas familias musulmanas varias ciudades y ayuntamientos han prohibido las prendas. Para Zapatero el proyecto de Ley es un asunto delicado toda vez que supone una contradicción entre la libertad religiosa y las leyes sobre igualdad de género.

Bélgica fue el primer país europeo en votar el pasado mes de abril por la ilegalización de toda vestimenta que oculte el rostro de las musulmanas que considera, enmascaran una condición de esclavitud.

Advertencia a Suiza

En Suiza, donde las autoridades impusieron una prohibición a la construcción de minaretes después de un referéndum en noviembre de 2009, el Consejo de Europa en Estrasburgo ha urgido al país alpino a levantarla cuanto antes.

El consejo considera que detener ese tipo de construcciones constituye una discriminación de la comunidad musulmana y una violación de la convención de derechos humanos europea.

Muchos se preguntan si esto es el inicio de una prohibición general del velo islámico a nivel europeo. El partido de Los Verdes en Francia considera la prohibición innecesaria y populista. La formación argumenta que puede ser interpretada como una restricción a la libertad religiosa que pone en peligro la coexistencia pacífica de los distintos grupos étnicos que conviven en Francia, que además, convierte a una pequeña minoría en chivo expiatorio de los problemas sociales de gran envergadura sobre los que el gobierno de Sarkozy quiere distraer a la población.

Autora: Eva Usi

Editor: Pablo Kummetz