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Sarkozy: “No me arrepiento de nada”

Eva Usi (elm)16 de diciembre de 2008

El presidente francés, Nicolás Sarkozy asumió el timón al frente de la UE y se convirtió en un bombero que corrió de una crisis a otra. “No me arrepiento de nada”, dijo Sarkozy y cosechó más elogios que críticas.

"No me gusta negociar hasta las cuatro de la madrugada por tres cacahuates".Imagen: picture-alliance / dpa

Al hacer un balance sobre su gestión ante el Parlamento Europeo, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, defendió el paquete de medidas adoptado por la Unión Europea (UE) para detener el cambio climático. “Las concesiones al este de Europa fueron necesarias para evitar una explosión social en los países del antiguo bloque soviético”, dijo el presidente galo quien reiteró que la intención es impulsar el desarrollo verde pero sin provocar un disparo de los precios de energía.

Francia cerró su presidencia con una Cumbre de la UE en Bruselas el pasado viernes que acordó un paquete de medidas para reducir las emisiones efecto invernadero en un 20% hasta el 2020. “Este paquete debía dar una fuerte señal de cara a las negociaciones internacionales el próximo año y por ello era necesario ganar el apoyo de todos los países miembros de la UE”, explicó.

La hiperactividad de Sarkozy le ha hecho bien a la UE, según el líder del grupo parlamentario de Los Verdes ante el Parlamento europeo, Daniel Cohn Bendit. “Quiso mostrarse como un presidente Europeo y actuó con espontaneidad, a veces con fanfarronería si se quiere, pero actuó y reaccionó con Europa. Este voluntarismo hizo bien. Fue un intento por no dejar nada estancado sino empujar hacia delante”, aseguró el eurodiputado en una entrevista a la radio Deutschlandfunk.

El líder del grupo de Los Verdes ante el Parlamento Europeo, Daniel Cohn-Bendit.Imagen: picture-alliance/ dpa

Ambicioso programa

Sarkozy inició su presidencia con un ambicioso programa que incluía proyectos como la llamada Unión del Mediterráneo y su iniciativa sobre un Pacto Europeo de Migración y Asilo. Un acuerdo político que incluía la organización de la inmigración legal, la lucha contra la ilegal, el control de las fronteras, la colaboración con los países de origen y tránsito, así como la construcción de una Europa del asilo.

Sin embargo la guerra en Georgia y posteriormente la crisis financiera cambiaron las prioridades de su agenda. Dentro de todo, el presidente galo tuvo suerte. Hasta el verano su agitada vida privada ocupaba los titulares de la prensa lo que se tradujo en una baja de popularidad en las encuestas. Los franceses parecían más interesados en las historias sobre su atractiva esposa Carla, que en las reformas que se proponía implementar su presidente.

Llegado a la presidencia de la UE Sarkozy se propuso cambiar de imagen, presentarse como un estadista, un presidente de Europa. Sobre todo durante la crisis en Georgia Sarkozy demostró el potencial diplomático de la política exterior del bloque europeo. Habían transcurrido cinco días desde iniciados los ataques rusos en Georgia cuando el presidente francés logró disuadir al Kremlin a favor de un cese al fuego y con ello evitó que los tanques rusos llegaran a la capital Tifilis, aunque el plan de seis puntos acordado por Sarkozy y Medvédev mostró ser insuficiente.

El índice DAX vivió las peores jornadas de su historia.Imagen: AP

“Gobierno económico” en el Eurogrupo

El siguiente desafío para la presidencia francesa fue la crisis financiera. Los miembros de la UE se lanzaron uno a uno en una competencia por el mejor paquete de rescate y reducción fiscal. Cuando los bancos europeos se encontraban al borde del colapso Sarkozy demostró tener instinto político al proponer un “gobierno económico” dentro del Eurogrupo, integrado no por los ministros de Finanzas de los países miembros como hasta ahora, sino por los jefes de Estado y de Gobierno.

Los 27 países miembros acordaron un paquete de reactivación económica consistente en 200 mil millones de euros, se comprometieron pese a la crisis financiera a proteger el clima y otorgaron a Irlanda, por presión de Sarkozy, un comisario permanente dentro de la UE de ratificar Dublin el Tratado de Lisboa.

Al final de la cumbre el pragmático Sarkozy puso el dedo en la llaga: “Europa necesita menos formalidad y esnobismo en los procesos, se discute mucho sobre nimiedades y no me gusta quedarme negociando hasta las cuatro de la madrugada por tres cacahuates”, dijo. También mostró haber disfrutado su gestión con una frase que recordó a muchos a la legendaria Edith Piaf: “No me arrepiento de nada”.

La República Checa asumirá a partir del 1° de enero la presidencia semestral de la UE, cuyo presidente, Václav Klaus, un declarado euroescéptico, no tiene ni una bandera europea ondeando en el edificio de la presidencia. Praga anunció que quiere organizar una cumbre trasatlántica con el presidente estadounidense, Barack Obama.

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