En el derbi se respira presión y crisis: el Schalke debe aprender de sus errores ahora o nunca para batallar cuesta arriba en la Bundesliga, y el Dortmund tendrá que trasladar el repertorio de Champions a la liga local para volver a asegurar puestos de Champions League.

Desde el panorama de un entrenador, el juego es un cúmulo de situaciones que se llevan a cabo gracias a los principios de juego que marcan el estilo y la idea de jugar al fútbol colectivamente.

Para los fanáticos no hay táctica ni entrenador laureado que valga. La garra y el corazón son los ingredientes básicos de un equipo que tenga hambre de victorias, títulos, o simplemente que juegue los noventa minutos por el honor y por la supervivencia.

No es un juego ni una película. Es la realidad que afrontan ambos clubes, que padecen una cruz distinta: el Schalke 04 pelea por no descender, y el Dortmund necesita volver a puestos de Champions League.

El derbi es un juego aparte

El eventual escenario del descenso del Schalke 04 no es un tema que agobie a los jugadores, afirma Fährmann. El portero confesó que le parece de mal gusto que los demás den por perdido la posibilidad de mantenerse en primera división. Por lo contrario, afirma que el camerino no tiene ninguna actitud derrotista. Entonces, ¿es un problema netamente futbolístico?

Para evitar otro golpe moral, el Schalke 04 no solo debe tener un matchplan claro que se base en trabajar prioritariamente los principios de juego que se ajusten a sus condiciones, sino que, de alguna manera, les ayude a obtener algún rédito.

Es decir, ser más valientes en el juego de posición, hacerse la vida más fácil guardando las distancias entre líneas;  atacar de manera compacta y con un equilibrio en la distribución cuando se desplazan, entre otros.

Pero muchas veces de nada sirve sublevar la teoría cuando en la práctica no hay rigurosidad de las acciones básicas del juego. Lo que los entrenadores alemanes llaman los basics del juego. Es decir, que el primer contacto sea limpio; que los jugadores vayan a los rebotes; que los pases y cambios de cancha estén llenos de autoestima, y sobre todo, que se defiendan a muerte las pelotas quietas.

El termómetro del Dortmund

Tras el partido de Champions ante el Sevilla, el Dortmund demostró que tiene jugadores que con su dinámica, poderío y rapidez aceleran los latidos colectivos y elevan la temperatura. Pero el Dortmund aún está "enfermo” por la inconstancia de su rendimiento. Después de varios partidos de Bundesliga el equipo vive un altibajo en su diagnóstico deportivo.

Por eso Edin Terzic se irá a la fija y abordará las acciones que tuvieron un impacto mayor ante el equipo español y las incluirá en su matchplan, dando por sentado que el termómetro emocional esté del lado del Dortmund.

Es decir, darle rienda suelta al Tempofußball o la denominada rapidez y cambio de ritmo de sus atacantes. Por otro lado, también creer firmemente en la alta presión y que a veces es subvalorada por el equipo aurinegro. Y por último y no menos importante, sacar el instinto de supervivencia.