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Scharping pierde la batalla

18 de julio de 2002

A dos meses de las elecciones generales, el canciller alemán Gerhard Schröder destituyó a su ministro de Defensa, Rudolf Scharping, tras un escándalo por honorarios dudosos recibidos por el Ministro.

Scharping a bordo del 'Berlín', el buque más moderno de la marina.Imagen: AP

La medida pretende limitar los daños causados a la campaña electoral de Schröder, que de por sí tiene los sondeos en contra. Durante el último año Scharping ocupó frecuentemente los titulares de la prensa, la mayoría de las veces debido a algún escándalo. La gota que colmó el vaso fue un dudoso pago de 71.000 euros proveniente de la agencia de relaciones públicas Moritz Hunzinger de Fráncfort, por concepto de tres conferencias y la publicación de sus memorias.

Según las legislación alemana, la percepción de ese tipo de ingresos no es compatible con el ejercicio de su cargo. El asunto fue motivo para que Schröder tomara la decisión de cesar a su Ministro, algo que según críticos y colaboradores cercanos, debió haber hecho hace tiempo.

En una conferencia de prensa en Berlín, Schröder dijo que pediría al presidente Johannes Rau liberar a Scharping de sus funciones y reemplazarlo con Peter Struck, líder del grupo parlamentario de su Partido Socialdemócrata (SPD). "Desde mi punto de vista ya no existen las condiciones necesarias para trabajar juntos en el gobierno," dijo Schröder. La decisión recibió el respaldo de la coalición gobernante socialdemócrata- verde.

La oposición conservadora integrada por democristianos y socialcristianos recriminó al jefe de gobierno haber esperado demasiado tiempo, argumentando que con ello, se puso en juego la imagen del país en el exterior.

Su último descalabro

Otro punto de vista expresó el afectado. Rudolf Scharping aseguró hasta el final su inocencia. Aunque admitió los cobros, afirmó que las conferencias fueron realizadas antes de ser ministro. "Todos los pagos que recibí fueron declarados al fisco y en su mayor parte donados a causas políticas y caritativas," dijo. El todavía titular de Defensa denunció ser víctima de una campaña de difamación instrumentada por el semanario "Stern."

Un artículo publicado por la revista fue el detonador del escándalo, que tiene una segunda cola. La publicación afirma que la agencia Hunzinger trabaja con fabricantes de armamento. Scharping dijo no necesitar de intermediarios para hablar con la industria. "Mi comportamiento ha sido conforme a la ley, por lo que no veo razón para dimitir. No me aferro a mi puesto, pero me voy con la cabeza bien alta," manifestó Scharping ante periodistas poco después de confirmarse su cese.

Un experto en la cuerda floja

Su determinación para reformar el ejército alemán le ganó el respeto de la opinión pública, pero su mejor momento como Ministro fue cuando orquestó la participación de Alemania en la guerra de Kosovo. Sin embargo los escándalos se recuerdan más que los méritos.

Scharping causó un notable revuelo hace un año cuando la revista Bunte publicó un reportaje fotográfico en el que se veía al Ministro retozando en una piscina con su novia, la condesa Kristina Pilati, en Mallorca. Mientras, en Alemania tenía lugar un acalorado debate sobre el envío de tropas a los Balcanes. Meses después, el ministro tuvo que justificar ante la comisión de Defensa del Parlamento la razón de sus frecuentes viajes en avión oficial a Fráncfort, donde vive Pilati.

Después de declarar a los cuatro vientos su amor a la condesa, tuvo un percance en el Pentágono, cuando su automóvil chocó contra una de las barreras de acceso y saltó en el aire del impacto. Scharping sufrió heridas superficiales en la cabeza. Ese no fue el accidente más grave que ha sufrido el ministro, quien en 1994 fue candidato a canciller de la socialdemocracia frente a Helmut Kohl.

El apasionado ciclista sufrió una caída en su bicicleta de carreras en 1996 cuando entrenaba en su ciudad natal en el Palatinado. El entonces líder de la oposición se golpeó la cabeza y estuvo un tiempo hospitalizado. También es famoso por despistado. En una ocasión se quedó en tierra mientras sus colaboradores volaban hacia Lisboa donde tenía lugar la cumbre de la Unión Europea. El piloto tuvo que volver para recoger al titular de Defensa.

Una reelección difícil

Sin duda que Scharping fue un ministro incómodo que provocó a Schröder demasiados quebraderos de cabeza, pero según observadores, si Schrarping no cayó antes fue porque el jefe de gobierno no quería arriesgarse a hacer más relevos en el final de su primera legislatura. Se trata del octavo cambio ministerial en un lapso de cuatro años. Tan sólo durante los dos primeros años de gobierno, Schröder cambió a siete miembros de su gabinete.

La desición es un obstáculo más en la difícil carrera por la reelección de Schröder cuando los sondeos favorecen a su rival, el aspirante conservador, Edmund Stoiber.