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Scholz en Moscú: la ambigüedad de Putin

Berthold Kohler Frankfurter Allgemeine Zeitung
15 de febrero de 2022

Vladimir Putin hace gala de su ambigüedad estratégica, pero deja muy claro que quiere impedir un acercamiento mayor de Ucrania a Occidente, opina Berthold Kohler, del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ).

Russland | PK Putin und Scholz in Moskau
Imagen: Sergey Guneev/SNA/imago images

El hecho de que el canciller alemán, Olaf Scholz, tuviera que sentarse tan lejos de Vladimir Putin, como antes su homólogo francés, Emmanuel Macron, se justificó una vez más con el argumento de las estrictas reglas para proteger al presidente ruso de un contagio con el coronavirus. Pero esa disposición de los asientos también vuelve a ser una imagen simbólica de lo distantes que están las posiciones de Moscú y Occidente en la crisis de Ucrania. En su conferencia de prensa, Scholz y Putin no dieron la impresión de haber logrado reducir de manera significativa las diferencias existentes.

Con sus palabras sobre el desplazamiento de tropas a la frontera ucraniana, la ONG Memorial y Alexei Navalny, Scholz puso en evidencia que no rehúye hablar claro frente a Putin. Incluso, mencionó el nombre del gasoducto Nord Stream 2.

Quien hizo honor este martes (16.02.2022) al concepto de la ambigüedad estratégica fue más bien el anfitrión, que desde hace tiempo lo maneja magistralmente. Pero también Putin fue meridianamente claro en un punto: quiere bloquear de una vez por todas el camino de Ucrania hacia Occidente. Por eso, Occidente tampoco puede abrigar muchas esperanzas de una reactivación del proceso de Minsk. Las promesas que Scholz traía de Kiev fueron recibidas por la Duma con una exhortación a Putin a reconocer a las regiones separatistas del Donbás como Estados independientes. La Duma decide lo que Putin quiere. Al canciller alemán solo le quedó prevenir contra esa "catástrofe política".

También la aseveración de Putin de que los rusos son víctimas de genocidio en el Donbás, difícilmente puede interpretarse como un signo de voluntad de distensión. El presidente ruso sigue sin dar la impresión de sentirse en inferioridad de condiciones en este conflicto. El juego de póker sobre la guerra y la paz continúa en su larga mesa. Mientras se converse, no se dispara. Pero ninguna de estas conversaciones es garantía de que el Ejército de Putin no vaya a invadir al día siguiente.

(ers/rml)

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