Nueve semanas antes de las elecciones alemanas, el candidato a canciller del SPD, Martin Schulz, anunció su plan de futuro. Su medida estrella: que el Estado gaste más dinero.
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Martin Schulz tiene que reaccionar. No tiene más remedio, porque el SPD sigue a mucha distancia de la CDU/CSU con casi 15 puntos porcentuales por detrás de la canciller Angela Merkel. En parte, porque el tema central de los socialdemócratas, la justicia social, todavía no ha prendido. Pero también porque la canciller llega mejor al electorado. Incluso a los de fuera de la Unión. Por eso sigue puntuando en las encuestas, que la ven como el contrapunto a Trump, a Putin y a Erdogan, como anfitriona del G20 y como "Madre de Europa".
Gastar dinero como deber del Gobierno
En el gran escenario internacional, Schulz no puede aspirar a retar a Merkel. Tiene que ofrecer contenidos. Hace tres semanas, presentó su programa de campaña y ahora propuso un plan de diez puntos para una "Alemania moderna". Su principal medida: el Estado tiene que gastar más dinero. Esta medida, que podría parecer una vieja versión del SPD en cuanto a la redistribución de la riqueza, se presenta más bien como una obligación de reinvertir los excedentes. Por ejemplo, en infraestructuras y educación. Alemania está económicamente bien y ahora es tiempo de invertir. Sin embargo, el apoyo del elector tiene sus límites.
Schulz propone una "obligación de inversión" similar al "límite de deuda", habla de "velocidad mínima" en cuanto a gasto público en infraestructura. Sin embargo, la canciller contraatacó diciendo que no se trata de dinero: "Por ahora, no podemos gastar lo que tenemos", respondió Merkel. Más bien hay que impulsar la planificación de proyectos preferentes. Además, los expertos economicos apoyan a Merkel, algo que tampoco es favorable para su oponente.
Pocas diferencias
Schulz pretende imponer también su ritmo en cuanto al desarrollo de internet. Alemania necesita un portal digital fuerte para que los ciudadanos puedan hacer sus trámites burocráticos a través de internet. Una idea que podría parecer innovadora, pero que no es precisamente original. Sus adversarios ya trataron anteriormente ese tema, y el gobierno y los Estados federados se comprometieron el año pasado a conseguir este objetivo. El ex presidente del Parlamento Europeo ni siquiera suma puntos en cuanto a política europea, frente a una Ángela Merkel que salió reforzada tras muchos meses de crisis y trabaja con Macron para reformar el antiguo eje París-Berlín.
La justicia social no vende
La justicia social de la campaña de Schulz parece ser el último producto en la estantería del supermercado. Es un clásico de la socialdemocracia, pero no termina de convencer. Aunque Schulz anunciase al presentar su candidatura, que aspiraba corregir ciertos temas de la Agenda 2010 de Schröder, entretanto el letargo ha vuelto a la bases del partido. No hay movilizaciones ni ilusión por el nuevo candidato, ni tampoco ideas para adelantar con éxito a los rivales.
Además, no son solo los votantes del SPD los que se muestran poco inspirados con este programa electoral. También los economistas advierten de un giro a la economía social. El 90% de los economistas de la república considera que aquella agenda del canciller Schröder tan odiada en las filas del SPD fue uno de los motores para impulsar el empleo. Los socialdemócratas no niegan que las cifras de desempleo sean las más bajas desde hace años, pero ni ellos ni su candidato han podido convertir en tema de campaña el hecho de que los trabajos con sueldos más bajos no alcancen para vivir.
Merkel puntúa también fuera de la Unión
El problema principal para Martin Schulz sigue siendo Angela Merkel. Ella no vende mucho contenido, pero se vende a sí misma. Su gesto particular del rombo representa precisamente lo que desean los alemanes: tranquilidad y pocos cambios. Incluso en temas en los que se atrevió a emprender grandes cambios, como en política de refugiados, terminó recibiendo alabanzas y reconocimiento incluso desde las filas socialdemócratas. Angela Merkel está considerada como contraria a Trump, Putin y Erdogan, y Schulz ni siquiera aparece. Lo único bueno fue su comienzo, pero después quedó rezagado y, por regla general, pocos consiguen recuperar la distancia.
Elecciones alemanas 2017: una guía básica
Tres elecciones regionales y las generales de septiembre marcan este 2017 como un año decisivo para la política alemana. Acá vemos las fechas claves de todo este importante proceso.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Rehder
El gran año electoral alemán
Ya está todo listo para el gran año electoral en Alemania. Con la canciller Angela Merkel lista para postular por un cuarto mandato y los populistas de Alternativa para Alemania (AfD) intentando explotar el sentimiento antiinmigración, lo único claro de todo esto es que la política alemana no será la misma a fines de 2017. Veamos las fechas más importantes de este particular año.
Imagen: Getty Images
26 de marzo: elección en el Sarre
El año electoral comenzó en el pequeño estado de Sarre, en la frontera con Francia. Allí la CDU de la canciller Angela Merkel se quedó con más del 40 por ciento de los votos, asegurando un tercer mandato para la ministra presidente Annegret Kramp-Karrenbauer. Los populistas de Alternativa para Alemania entraron al Parlamento regional por primera vez al sumar el 6,2 por ciento de las preferencias.
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7 de mayo: nueva victoria para la CDU
Con gran sorpresa, las elecciones en el estado de Schleswig-Holstein determinaron un nuevo triunfo para la CDU de Merkel. Los cristianodemócratas, encabezados por Daniel Günther (en la foto), obtuvieron el 32 por ciento de los votos, mientras que los socialdemócratas, que gobernaban allí, se quedaron con el 27 por ciento. Alternativa para Alemania también entró al parlamento regional.
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14 de mayo: todos miran a Renania del Norte-Westfalia
El triunfo de la CDU en Renania del Norte-Westfalia ha sido una de las grandes sorpresas electorales de los últimos años. La región es, además del estado más populoso del país con 17,5 millones de habitantes, una zona con marcada tradición socialdemócrata. Para muchos, esta elección es como un barómetro bastante preciso de lo que podría ocurrir en las federales de septiembre.
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19 de junio: llegan las solicitudes
El día 97 antes de las elecciones es la fecha límite para que los partidos anuncien su intención de disputar un cupo al Bundestag. Tienen que enviar sus solicitudes hasta las 18 horas al Presidente Federal de la Mesa Electoral. Roderich Egeler (arriba) supervisa las elecciones y dirige la Oficina de Estadísticas de Alemania.
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7 de julio: ¿quién sí, quién no?
El día 79 antes de la elección, se anuncia qué partidos han sido autorizados a participar en las votaciones. Si algún partido queda descalificado y desea protestar por ello, tiene cuatro días para presentar su queja ante el Tribunal Constitucional de Alemania.
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17 de julio: ¿quién hizo la lista?
Los partidos políticos en Alemania tienen hasta el día 69 antes de la elección para determinar qué candidatos participarán en las elecciones, y en qué distrito. Estos irán en la primera mitad del voto. Los partidos también deben enviar una lista de candidatos para el voto del partido que figurará en la segunda sección de la papeleta de sufragio.
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27 de julio: queremos participar
Los partidos más pequeños que presentaron sus solicitudes ante el Tribunal Constitucional para que se les permitiera participar en las elecciones recibirán la respuesta este día. Esta posibilidad está disponible solo desde la última elección al Bundestag, en 2013. Entonces, 11 partidos presentaron el recurso; ninguno tuvo éxito.
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13 de agosto: comienza oficialmente la campaña
A diferencia de otros países, los partidos en Alemania no pueden hacer campaña electoral en la calle ni pasar avisos por televisión hasta seis semanas antes de la elección. Esa veda termina el 13 de agosto, y no habrá poste de alumbrado público que se salve de ser adornado con la cara de los candidatos.
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20 de agosto: ¿quién puede votar?
Casi un mes de la elección, se elabora la lista más importante: el registro electoral de votantes. En Alemania, cada ciudadano de 18 años o mayor puede participar en las elecciones generales, lo que para 2017 significa que casi 62 millones de personas podrían participar en las votaciones.
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3 de septiembre: a solo tres semanas
En estos momentos, ya todos los ciudadanos en condiciones de votar debieron haber recibido una notificación por correo. La gente que aún no está inscrita en la lista de electores, todavía tiene tiempo para hacerlo. Los que deseen votar por correo, pueden ya pedir que les manden la cédula de votación.
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18 de septiembre: todo preparado
A menos de una semana para las votaciones está todo en marcha: los votos, las casetas de votación y las urnas para introducir los sufragios comienzan a distribuirse y los trabajadores electorales empiezan a recibir el entrenamiento necesario. Las autoridades locales informan a los votantes dónde deben votar. Los vecinos pueden inscribirse hasta 36 horas antes de la elección.
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24 de septiembre: el gran día
Finalmente llegó el gran día: escuelas, centros comunitarios y otros recintos se transforman en locales de votación. Las mesas abren a las 8 am y cierran a las 18 pm. Los votos son contados y los primeros resultados son anunciados esa misma noche por la Oficina Federal de la Mesa Electoral.
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25 de septiembre: ganadores y perdedores
Solo una vez que todos los votos para representantes y partidos son contados, se anuncia el resultado final. Si un candidato no ganó su cupo, todavía puede llegar al Bundestag si es que forma parte de la lista regional de su partido.
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24 de octubre: se convoca al nuevo Parlamento
El Parlamento recientemente elegido se reúne por primera vez, no más allá de un mes después de las elecciones. Luego viene el complicado trabajo de negociaciones para formar una coalición, seguido por una votación secreta para elegir al nuevo/a canciller.
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24 de noviembre: ¿todo bien?
Si alguien quiere cuestionar la validez de la elección, tiene dos meses para hacerlo. Todos los electores, los supervisores electorales regionales, el presidente del Bundestag y el comisionado federal de elecciones (arriba) están autorizados para apelar los resultados.