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Scotland Yard: "Al Qaeda es un método"

Emilia Rojas Sasse15 de julio de 2005

La detención en Egipto de un bioquímico radicado en Leeds, sospechoso de complicidad en los atentados de Londres, alimenta las esperanzas de Scotland Yard de encontrar el nexo de los terroristas con Al Qaeda.

Ian Blair visita a la comunidad Sikh en Londres, en busca de aliados contra el terrorismo.Imagen: AP

Por esas ironías del destino, la primera víctima de los atentados de Londres en ser sepultada este viernes fue una joven musulmana. 20 años tenía Shahara Islam, hija de inmigrantes bengalíes y nacida en Gran Bretaña. Una prueba dolorosa y fehaciente de que el terrorismo islámico mata indiscriminadamente. Porque lo único que de momento está claro es que los autores de las explosiones que cobraron 54 muertos en la capital británica el 7 de julio eran fanáticos musulmanes, que a todas luces emplearon explosivos caseros fabricados con insumos accesibles para cualquier ciudadano.

El esquivo vínculo con Al Qaeda

Aunque las investigaciones registran algunos avances y este viernes se confirmó la detención en Egipto de Magdi al Nashar, un bioquímico radicado en Leeds, presuntamente implicado en los atentados, las autoridades mantienen la cautela a la hora de hacer declaraciones. Por ahora, el detenido, en cuya vivienda se encontraron rastos de explosivos según la prensa británica, niega cualquier vinculación con los hechos y asegura que dejó Gran Bretaña sólo para tomar vacaciones. Las pesquisas continúan y también se siguen huellas que conducirían hacia Pakistán. Los esfuerzos se concentran en una dirección: encontrar el vínculo de los autores de los atentados con Al Qaeda.

El jefe de Scotland Yard, Sir Ian Blair, considera probable que los terroristas que actuaron en Londres hayan sido instigados o entrenados por la red de Osama Bin Laden y está convencido de que tal nexo se hallará. Sin embargo, probarlo no será tan fácil. El propio jefe policial señaló la razón, al afirmar que "Al Qaeda no es una organización, Al Qaeda es un método". También el periodista Jason Burke, autor de un libro sobre dicha organización terrorista, comparte tal apreciación. A su juicio, se trata de una serie de grupos, células e incluso individuos muy diversos que, sin embargo, comparten una determinada ideología fundamentalista.

Peligro por partida doble

En consecuencia, Al Qaeda es difícil de asir. Esto hace temer que otros "amateurs" radicalizados puedan intentar llevar a cabo más atentados, al punto de que Ian Blair advierte de "una posibilidad muy grande" de nuevos golpes extremistas. Al mismo tiempo, este cuadro difuso tiene el efecto de azuzar la desconfianza en la comunidad musulmana en general, cosa que las autoridades intentan contrarrestar no sólo en Londres sino en diversas capitales europeas.

Al margen del terrorismo en sí, el otro gran peligro que se cierne sobre las sociedades occidentales es justamente el de estigmatizar a quienes profesan la fe islámica y echar por tierra los esfuerzos de integración, ahondando aún más la brecha y los resentimientos. Un estudio estadounidense, publicado por el diario Trow, revela un inquietante grado de recelo hacia los musulmanes. Por ejemplo, indica que en Holanda el 51% de los encuestados tiene una imagen negativa del Islam. En Alemania la cifra es del 47%, mientras en España y Francia se eleva al 37 y al 34%, respectivamente. Gran Bretaña registraba antes de los atentados el nivel de rechazo más bajo de Europa, con un 14%; otra de las ironías de este sangriento episodio.

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