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Scotland Yard en el blanco de la crítica

Emilia Rojas Sasse24 de julio de 2005

Conmoción causó la noticia de que el joven abatido por la policía británica en Stockwell era un brasileño sin conexión con los atentados terroristas, desatando una polémica sobre la política de "tirar a matar".

Jean Charles de Menezes, con su familia: víctima inocente en Londres.Imagen: AP

No sólo en Brasil, sino también en Londres y otros lugares hay consternación: el hombre que la policía londinense mató a tiros en la estación de Stockwell, creyendo que se trataba de un potencial terrorista suicida, era en realidad un joven brasileño, a todas luces sin conexión alguna con los atentados del 27 de junio. O Globo habla de una "ejecución". Otros medios de prensa simplemente lo califican de escándalo, mientras el gobierno brasileño exige una exhaustiva aclaración de lo sucedido.

No basta con lamentar

Jean Charles de Menezes, 27 años, electricista.Imagen: AP

Ciertamente es hora de dar explicaciones. Scotland Yard admitió hidalgamente su fatal error y lamentó lo que considera una tragedia. Pero eso no puede ser suficiente, ni para la familia de la víctima, ni para la sociedad británica. El dramático caso del electricista brasileño Jean Charles de Menezes, de 27 años, quien según sus parientes trabajaba legalmente desde hacía tres años en Londres, pone al descubierto el enorme peligro que implica caer en la psicosis de las sospechas sin fundamento concreto.

Los miembros de la comunidad musulmana ya vienen sintiendo desde hace tiempo lo que significa ser mirados con recelo sólo por profesar el Islam. De hecho, en un comienzo todos partían de la base de que el joven abatido en la estación del metro de Stockwell era alguien relacionado con círculos islámicos. Tanto es así que el Consejo Musulmán de Gran Bretaña fue de los primeros en pedir una cabal investigación de las circunstancias en que se le dio muerte. Ahora, el secretario general de dicha organización, Iqbal Sacranie, manifestó lo que seguramente piensa la mayoría: se puede comprender la presión a que está sometida la policía, pero "hay que tener extremo cuidado para evitar que, debido a un exceso de celo, se dé muerte a personas inocentes".

Estrategia policial en entredicho

El lugar donde fue abatido el joven brasileño.Imagen: dpa-Bildfunk

La organización de derechos humanos Liberty ha exigido una amplia investigación, que Scotland Yard de por si ya ha anunciado. Pero la discusión va más allá. Diversas agrupaciones demandan dar marcha atrás a la política de "tirar a matar", que costó la vida a Jean Charles de Menezes. Aunque la situación justifique medidas extremas, la instrucción de disparar a la cabeza de un sospechoso cuando los agentes estén convencidos de que se trata de un terrorista que podría hacer estallar explosivos, evidentemente es muy discutible.

El jefe de Scotland Yard, Ian Blair, defiende sin embargo el método, afirmando que no hay alternativa. Argumenta que, si se sospecha que alguien carga explosivos, no tiene sentido disparar a otra parte del cuerpo, porque podría detonarlos. Pero también en los tiempos del terrorismo debería valer el principio de que la culpabilidad debe ser probada. Echarlo por la borda en aras de la seguridad, equivale en otra escala a los famosos "ataques preventivos". Y ya se ha visto cuáles pueden ser las fatales consecuencias.

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