El rotativo alemán Handelsblatt opina: “Es interesante ver que en el extranjero se discuta con más dureza sobre la interpretación adecuada de las elecciones generales en España que en el propio país. Para Berlusconi en Italia y para el gobierno de Bush mucho pende de las conclusiones a que se llegue: ¿Victoria para el terrorismo o victoria para la democracia? La frescura con la que se reclama que los españoles fueron manipulados por Al Qaeda es escandalosa. España sufrió más bajo la amenaza del terrorismo que todos los otros países occidentales. Los ciudadanos reaccionaron con paciencia admirable y madurez política. Por lo tanto, la democracia española merece confianza. No se puede decir lo mismo de Aznar: En el momento de crisis fracasó en términos políticos y morales – y le pasaron la cuenta.”

Interpretaciones conspirativas

En España, el diario El País escribe: "’Todos cometemos errores’, declaró Mariano Rajoy en la noche del martes. El error es humano, por supuesto, pero el único modo de superarlo es reconocerlo y proponerse seriamente el no repetirlo. El candidato y otros dirigentes del PP reconocieron con deportividad, ya en la noche electoral, la victoria de Zapatero; Rajoy ha insistido luego en que la decisión del electorado es inapelable y que es inútil especular sobre lo que podría haber ocurrido en otras circunstancias. Pero a esta reacción impecable ha seguido el mal perder. El PP ha demostrado hasta ahora una gran incapacidad para la autocrítica y prefiere el consuelo de las interpretaciones conspirativas.

La verdad como instrumento

El rotativo austriaco Kurier comenta: “El saliente primer ministro José María Aznar lo estropeó todo. Podría haber pasado a la historia como uno de los primer ministros más exitosos de España – el balance económico después de ocho años es impresionante. Sin embargo se le recordará como el señor de las mentiras, o por lo menos como alguien que usó la verdad como instrumento del poder.”

Lección en democracia

El diario francés Le Monde escribe: “Los españoles, a pesar de ciertas acusaciones, no votaron por miedo en contra de José María Aznar y su partido conservador sino por rabia. No podían soportar que su propio gobierno les mintiera y les tratara de vender a ETA como única responsable de los atentados en Madrid cundo ya se investigaba una pista islamista. Esa manipulación de la información hizo recordar las otras mentiras sobre armas de destrucción masiva en Irak. Los conservadores en España se derrocaron a sí mismo. El resultado de las elecciones no es una capitulación ante el terrorismo sino una lección en democracia.”