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Se empieza a vislumbrar una alianza

mjrm25 de septiembre de 2005

Una semana después de las elecciones generales en Alemania empieza a vislumbrarse una posible coalición entre socialdemócratas y cristianodemócratas, si bien ambos bandos siguen disputándose la jefatura de gobierno.

Schröder (der.) mantiene la cara de ganador.Imagen: AP

Descartada la participación en un gobierno tripartito con los partidos menores, quedan en juego sólo los dos grandes partidos, que han acordado volver a reunirse el próximo miércoles tras una primera toma de contacto el jueves pasado.

Nadie habla todavía de contenidos, ni si existen suficientes puntos en común como para forjar una alianza. Por ahora, se da por sentado que la gran coalición será factible, porque el elector así lo ha impuesto con un resultado que hace inviable alguna de las dos coaliciones naturales, la conservadora-liberal o la socialdemócrata-verde.

¿Merkel o Schröder?

De momento todo parece quedar reducido a quién asumirá la jefatura de gobierno, si Angela Merkel o Gerhard Schroeder. Aparentemente, los bandos siguen irreconciliables en este punto.

Al mismo tiempo, de las diversas declaraciones que ambas formaciones han hecho durante el fin de semana se desprende que las cosas empiezan a moverse. Según la edición dominical de "Die Welt", Merkel quiere condicionar una próxima reunión con Schröder a que el Partido Socialdemócrata (SPD) acepte de una vez por todas que el grupo más votado designe al canciller, es decir, la Unión Cristianodemócrata y la Unión Cristiano Social (CDU/CSU).

Merkel, arropada por su agrupación.Imagen: AP

Por su parte, Schröder y el SPD basan su reivindicación de liderazgo en que la CDU/CSU sólo obtuvieron más votos porque en el grupo parlamentario se suman los porcentajes de dos partidos (35,2% frente a 34,3% para los socialdemócratas).

Ganar tiempo

El presidente del SPD, Franz Müntefering, parece apostar por ganar tiempo. En una entrevista con la edición dominical del diario "Bild" destaca la importancia de empezar a hablar de contenidos, postergando otra clases de debates hasta después del domingo 2 de octubre. Ese día se celebran elecciones en un distrito de la ciudad de Dresde, donde hubo que aplazar la convocatoria por el fallecimiento de una candidata.

Si el SPD gana tiempo, puede lograr que en la CDU/CSU se empiecen a analizar las razones que condujeron al mal resultado electoral -los sondeos le daban más de un 40%- y conseguir el apoyo a Merkel se resquebraje.

Respaldos y dudas

Los analistas creen que uno de las conclusiones de la votación es que el elector ha demostrado su rechazo a la "línea dura de reformas" preconizada por Merkel, un aspecto que puede convertirse en determinante a la hora de entrar en las negociaciones de coalición. En este mismo sentido a Merkel le conviene acelerar las cosas al máximo.

Mientras que en sus filas nadie parece cuestionar el liderazgo de la política conservadora, en el SPD se empieza a cuestionar el futuro de Schröder como canciller, que algunos interpretan como aferrarse a toda costa al poder. La única forma de evitar que el partido, que ya suficientes fricciones internas ha vivido por las reformas económicas de Schröder, se erosione más, es con un hombre fuerte que sepa defender la gran coalición de puertas adentro.

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