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¿Se ha extralimitado el príncipe heredero saudí?

23 de octubre de 2018

Cada nuevo detalle del caso Khashoggi aumenta la presión sobre Mohamed bin Salman. El príncipe heredero saudí ha mostrado mano dura en el pasado. Ahora, todo depende de sus relaciones.

Saudi Arabien Vision 2030 PK Mohammed bin Salman
Imagen: /Getty Images/AFP/F. Nureldine

En octubre de 2017, la atención de la prensa mundial, así como de los reunidos en la sala de conferencias de Riad, estaba asegurada de antemano. El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman (foto principal), mostró dos teléfonos celulares para ilustrar su visión: la diferencia entre una ciudad normal y la gigantesca ciudad planificada de Neom será tan grande "cómo la diferencia entre este teléfono móvil y este inteligente".

Neom es un proyecto futuro de superlativos con un costo de 500 mil millones de dólares, con más área que el estado federado alemán de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, y se promete que será incluso completamente neutra en emisiones de carbono. Cuando se complete la primera fase de construcción en 2025, hombres y mujeres podrán trabajar juntos en Neom, y confirmar nuevamente al príncipe heredero saudí como un reformador, con una imagen contemporánea de la sociedad.

Un año más tarde, numerosos gerentes, inversionistas y líderes empresariales han llegado nuevamente a Riad para el "Davos del desierto". No obstante, muchos grandes nombres se han mantenido alejados en señal de protesta. Y la atención que recibe hoy Salman es menos benevolente que la de hace un año.

La conferencia se ha visto ensombrecida por el cruel asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi y el papel que desempeñó la familia real en el crimen. Dos semanas después de la desaparición de Khashoggi, una vez que Riad ya no pudo aguantar la presión pública y reconoció el asesinato del periodista en Estambul, el régimen se apresuró a negar una posible participación del príncipe heredero en la trama. Sin embargo, las acusaciones internacionales contra la familia real no han cesado. ¿Ponen en peligro la carrera del heredero del trono saudí?

Modernizador, solo a primera vista

Cuando Mohammed bin Salman nació, en 1985, no parecía que tuviera posibilidades de llegar al trono: su abuelo, el fundador del reino Abd al-Aziz al Saud, tenía más de 40 hijos y cientos de nietos varones. Tras la muerte de al Saud, sin embargo, y favorecido por la anterior muerte de dos hermanos mayores, Salman, el padre de Mohamed llegó al poder, contra todo pronóstico, a sus 79 años.

El rey Salman (izq.) con su hijo Mohammed bin Salman.Imagen: picture-alliance/abaca/B. Press

Mohammed bin Salman es el primer hombre fuerte de una nueva generación de gobernantes, del que muchos esperaban que llevara a Arabia Saudí al siglo XXI. En junio de 2018, parecía cumplir esas expectativas cuando levantó la prohibición de conducir para las mujeres, limitó los poderes de la policía religiosa y legalizó los cines. "Pero no quiere tocar los cimientos del Estado y la sociedad", escribió en agosto el estudioso del Islam Guido Steinberg, en la revista suiza en línea Republik.

La imagen del reformador que moderniza el país y atrae inversionistas privados se derrumbó, finalmente, en noviembre de 2017, cuando Salman hizo arrestar a cuatro ministros en ejercicio, once príncipes y alrededor de 200 empresarios. Los medios saudíes describieron los arrestos como un ataque contra la corrupción. Sin embargo, la lista incluía principalmente a familiares influyentes del príncipe heredero, que podrían haberle disputado el poder.

Mano dura contra los chiítas

A la sombra de su padre, el príncipe tiene mano libre para asegurar la posición de la familia real en el futuro del estado desértico. "Quiere reformas que lleven al país al siglo XXI, pero al siglo XXI según el modelo chino, y no según un modelo liberal occidental", declaró el experto en Oriente Medio Guido Steinberg, a la plataforma Qantara.de.

A Salman no le importa usar la violencia, en particular contra los chiítas, para asegurarse la lealtad de sus súbditos. En enero de 2016, el gobierno ordenó ejecutar a 47 presuntos terroristas, entre ellos, el destacado predicador chií Nimr al-Nimr. Sus partidarios en la ciudad de Al-Awamiya respondieron con un levantamiento, brutalmente sofocado por el ejército.

Destrucción en la ciudad saudí de Al-Awamiya, donde todo un barrio del casco histórico fue reducido a escombros.Imagen: Reuters/F.Al Nasser

Cuando se trata de chiíes, resuenan siempre consideraciones estratégicas sobre la supremacía regional: en Yemen, Arabia Saudí bombardea desde 2015 a los chiítas rebeldes hutíes, porque teme que su archienemigo Irán, de mayoría chiíta, la convierta en su punta de lanza en la Península Arábiga.

El enfrentamiento con Irán fija también los aliados: Riad, Washington e Israel han formado un eje antiraní, bajo el dominio de bin Salman. El expresidente estadounidense Barack Obama fue más bien crítico de los saudíes, pero su sucesor, Donald Trump, dirigió a tierras sauditas su primera y muy amistosa visita oficial, y canceló el tratado nuclear con Irán. Seguidamente, bin Salman intentó imponer a Mahmud Abbas un acuerdo de paz que favoreciera a Israel, en detrimento de los palestinos.

Donald Trump, en su visita al rey Salman (tercero de la izq.).Imagen: Reuters/J. Ernst

¿Sobrevive el príncipe heredero al caso Khashoggi?

En los tres años en que Mohammed bin Salman se ha adueñado cada vez más del poder, ha sentado una base asombrosa. Sin embargo, su sobrevivencia al caso Khashoggi no está en sus manos. El balón está más bien en la cancha de Donald Trump, quien se mantuvo leal a Riad en la crisis con Qatar en 2017. Hasta el momento, Trump ha mantenido su lealtad a la alianza con Arabia Saudí: calificó públicamente de creíbles las declaraciones de la familia real, aunque exigió más información.

El experto en Medio Oriente Steinberg cree que Arabia Saudita solo cederá si los países occidentales hablan con una sola voz, como en el caso de Skripal: "Si los estadounidenses no se suman, esto no conducirá a un cambio en el comportamiento de los saudíes".

En Alemania, actualmente se está discutiendo el cese de todas las exportaciones de armas a Arabia Saudí. No obstante, el Gobierno Federal solo ha ejercido una presión moderada sobre Riad, luego de que el ministro de Exteriores, Heiko Maas, resolviese una disputa con el reino saudí el pasado septiembre. Esta reconciliación es también parte de la base sobre la que se apoya Mohammed bin Salman para sobrevivir, tal vez, al caso Khashoggi.

Autor: David Ehl (rml/jov)

 

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