Los ladrones robaron joyas de fama mundial en la Bóveda Verde de Dresde, y ahora la gente se pregunta: ¿Qué quieren hacer con ellas? Al fin y al cabo, todos los comerciantes de arte conocen el botín.
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Los ladrones de Dresde quizá necesitaban un extravagante regalo de Navidad. ¿O robaron en nombre de un caballero que quería impresionar a alguien en Navidad? En verdad, "la idea del conocedor que quiere deleitarse con un objeto, es más bien de película de Hollywood", dice Diandra Donecker, de la casa de subastas Grisebach, en Berlín. Los ladrones de Dresde, con hacha en mano, tienen poco en común con la imagen del caballero ladrón.
"Solo se puede esperar que la directora del museo reciba una llamada telefónica y los ladrones le ofrezcan lo que robaron", dice. El arte se convierte en rehén, y luego habría que pagar dinero por su rescate: "Esa sería la mejor manera de terminar esta terrible historia".
2.500 obras de arte
Este tipo de "mercado del arte", por llamarlo así, es gigantesco. Solo en Alemania, Austria y Suiza se roban 2.500 obras de arte al año, dice el corredor de seguros Nikolaus Barta, especializado en seguros de arte, al diario alemán Süddeutsche Zeitung: "Estimamos que los daños anuales ascienden a entre seis y ocho mil millones de euros en todo el mundo".
Ahora "la cifra de los daños" no tiene el mismo valor que el que podría obtener un ladrón. En realidad, las obras de arte son realmente valiosas solo si son conocidas. El arte desconocido no es fácil de vender.
El valor de las joyas robadas en Dresde se puede difícilmente estimar de manera realista. Una obra de arte única, antigua y hermosa podría alcanzar, en una subasta de arte legal, tal vez los 100 millones de euros. El verdadero valor material, en este caso se trata de piezas de oro y joyas y no de pinturas al óleo, en el entorno del comercio de arte sería tal vez diez millones de euros o menos.
"Lo peor que podría pasar..."
"Esto también es lo peor que podría suceder en el caso de Dresde: que el oro se funda y se extraigan las piedras preciosas", dice la experta en mercado del arte Donecker, "y nunca volveremos a ver más esas obras de arte", añade.
En el caso de las piedras preciosas, el valor se reduce si estas se vuelven a lijar y entonces no se puede reconocer el lijado especial que tenían anteriormente. Para ello se necesitan también especialistas en Europa, sobre todo, en Holanda. Sin embargo, es poco probable que los traficantes de joyas se sientan seguros en el mercado de Amberes, el más importante del sector en el mundo: los comerciantes tienen una relación directa con la policía belga, y se dice que el barrio de los diamantes se monitorea con 2.000 cámaras.
Es más fácil con piezas de oro; estas se pueden fundir con relativa facilidad. Pero entonces esas obras de arte únicas habrán desaparecido para siempre. Esto es lo que sucedió durante el espectacular robo de la moneda de oro "Big Maple Leaf" en el Museo Bode en Berlín, hace dos años. Cuando atraparon a los ladrones, la moneda ya había sido fundida.
Arte como trofeo
"En el crimen organizado", informa el diario económico Handelsblatt , "el arte como trofeo es popular como herramienta de intercambio o de seguridad". Al igual que con las increíblemente costosas botellas de vino de Burdeos, que terminan en la caja fuerte en lugar de en la mesa y van de caja fuerte en caja fuerte como moneda de cambio.
Una posible salida para el robo de arte son los seguros: "Tan pronto como los ladrones se den cuenta de que no pueden encontrar un comprador, buscarán alternativas", dice el detective de arte Arthur Brand en la revista alemana Spiegel: "Chantajean entonces, por ejemplo, al seguro". Son, según Brand, relativamente fáciles de atrapar.
Sin embargo, en el caso de Dresde, ni siquiera los seguros serían una opción. Los museos estatales generalmente no aseguran sus exhibiciones; se basan en la llamada responsabilidad estatal: en caso de que se produzcan daños, el sector público es el encargado de intervenir, y la obra de arte, en la mayoría de los casos, desaparece para siempre.
(rmr/jov)
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Los más espectaculares robos de obras de arte de la historia
Armados o disfrazados de oficiales de policía, antes del robo de la Histórica Bóveda Verde en Dresde, los ladrones han robado repetidamente valiosos bienes culturales en las últimas décadas, lo mismo joyas que pinturas.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kahnert
2019: Robo en la Bóveda Verde, en Dresde
Tres aderezos de diamantes y rubíes de "valor incalculable" fueron robados de la Bóveda Verde, en Dresde, Alemania. Mientras los ladrones habrían accedido a la cámara del tesoro a través de una ventana, los visitantes ingresan por una puerta de seguridad moderna, que muestra alrededor de 3.000 objetos exhibidos libremente, en una de las más importantes colecciones de joyas antiguas de Europa.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kahnert
2017: Robo de "la mayor moneda de oro del mundo", en Berlín
Una moneda de 100 kg de peso, de la que solo el material tiene ya un valor estimado en casi cuatro millones de dólares, fue sustraída del Museo Bode de la capital alemana, en marzo de 2017. También aquí, los ladrones habrían entrado a través de una ventana. La "Big Maple Leaf", proveniente de Canadá, tenía 53 cm de diámetro y tres de ancho. En una cara, lleva el rosotro de la reina Isabel II.
Imagen: picture-alliance/dpa/F.May
2008: El mayor robo de arte en Europa, en Zúrich
En 2008, hombres armados robaron cuatro pinturas por un valor total de 180 millones de francos de la Fundación Emil Bührle, en Zúrich. No obstante, tanto "El niño del chaleco rojo", de Paul Cézanne; como "El conde Lepic y sus hijas", de Edgar Degas; "Ramas de castaño en flor", de Vincent van Gogh, y "Campos de amapolas cerca de Vétheuil" (en la foto), de Claude Monet, reaparecieron sucesivamente.
Imagen: picture-alliance/akg-images
2004: Robo armado en el Museo Munch, en Oslo
"El grito" y "Madonna", del expresionista Edvard Munch, fueron robados en 2004 en Oslo. Dos asaltantes armados irrumpieron en el Museo Munch y arrancaron las imágenes de la pared, frente a numerosos testigos oculares. La policía encontró luego las dos famosas imágenes en una redada. Sin embargo, "El grito" estaba en tan malas condicioens que no pudo restaurarse por completo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Munch Museum Oslo
2003: "La Virgen de la rueca", en Thornhill
La pintura de Leonardo da Vinci, valorada en hasta 70 millones de euros, fue robada de un castillo en Escocia, en 2003. Dos ladrones, que llegaron a la exposición como turistas, vencieron al guardia del castillo Drumlanrig, en la localidad de Thornhill, y huyeron con la pintura. La imagen desapareció sin dejar rastro durante cuatro años. Solo en 2007, fue hallada en una redada en Glasgow.
Imagen: picture-alliance/dpa
1991: Espectacular robo de obras de Van Gogh, en Ámsterdam
En 1991, un hombre pasó desapercibido, encerrrado en un baño del Museo Van Gogh, de Amsterdam. Con la ayuda de un supervisor, robó 20 cuadros, incluido el que se ve en la foto: "Autorretrato ante el caballete". Sin embargo, la policía pudo asegurar los bienes robados apenas una hora tras el robo, en el vehículo con que habían sido sustraídos. Los ladrones fueron capturados unos meses después.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Van Weel
1990: Misterio sin aclarar, en Boston
El robo de 13 pinturas del Museo Isabella Steward Gardner atrajo la atención internacional en 1990. Dos hombres vestidos como policías irrumpieron en el edificio y robaron, entre otros, "Chez Tortoni", de Édouard Manet, y el "Concierto", de Jan Vermeer (en la foto). Los marcos vacíos siguen colgados en su lugar hasta hoy.
Imagen: Gemeinfrei
1966, 1973, 1981, 1986: La pintura más robada del mundo
El retrato de "Jacques III de Gheyn", de Rembrandt, fue robado no menos de cuatro veces de la Dulwich Picture Gallery, en el Reino Unido: en 1966, 1973, 1981 y 1986. De ahí que a la pintura se la conozca jocosamente también como el Rembrandt "to go" (para llevar, en inglés). Afortunadamente, fue recuperada tras el último robo.
Imagen: picture-alliance/akg-images
1911: Cuando desapareció la sonrisa de la Mona Lisa
En 1911, fue robado el más famoso retrato femenino del mundo: la "Mona Lisa", de Leonardo da Vinci. Un joven italiano, Vincenzo Peruggia, robó la relativamente pequeña imagen del Louvre vestido como empleado del museo, y escondiéndola simplemente debajo de su abrigo. En 1913, la pintura reapareció: un comerciante de arte denunció a Peruggia ante la policía.