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Se rompió el silencio en Cataluña

9 de octubre de 2017

Alrededor de 350.000 personas se manifestaron en Barcelona en contra de la independencia de Cataluña. Se autodenominan la "mayoría silenciosa". Pero incluso ellos están divididos. Mariel Müller reporta desde Barcelona.

Spanien Demonstration gegen Unabhängigkeitspläne in Barcelona
Imagen: picture-alliance/dpa/N. Carvalho Ochoa

"¡Viva España! ¡Viva!", fue una de las exclamaciones más comunes este domingo (08.10.2017). Todos los que iban a manifestarse por las calles de Barcelona llevaban atado la bandera española, ya sea en la muñeca, en la cabeza, o simplemente en la mano.

Cristina es catalana, vive y estudia en Barcelona. No obstante, su familia proviene de toda España: "Mi madre es de Extremadura y mi padre de Andalucía. Los defensores de la independencia no tienen derecho a sacarnos de España. Los que quieran que se vayan, pero nosotros no vamos a irnos", afirmó.

La joven de 27 años no solo porta la bandera española, sino también la catalana y la europea. "Porque yo soy todo: catalana, española y europea", dijo. Permanecer en este último, en particular, le es muy importante. Su amiga Diga piensa igual. "No queremos una Europa fragmentada, dividida. Queremos que Europa florezca y queremos ser parte de ella", afirmó.

Cristina Perrera: "¡Soy catalana, española y europea!"Imagen: DW/M. Müller

Sin embargo, otros grupos se movilizaron por las calles con demandas más provocadoras con consignas como "¡Puigdemont, a prisión!". Asimismo, algunos hasta elogiaron el trabajo de la Policía española por su fuerte intervención el 1 de octubre, el día del referéndum, cuando varios votantes resultaron heridos por la acción violenta de la Policía.

Diferentes matices entre los contraindependentistas

El movimiento, que llegó a cientos de miles en la calle, es todo menos homogéneo. "No quiero protestar en las mismas filas que los nacionalistas del Partido Popular (PP)", manifestó un catalán en pro de la permanencia hace unas semanas cuando se le preguntó por qué los opositores a la independencia no se organizaban para contrarrestar el poderoso movimiento separatista. Y ciertamente este no es el único caso. Después de la intervención violenta de la Policía a principios de octubre, pocos quieren apoyar el PP de Rajoy. Su sucursal catalana ha apoyado la manifestación contra la independencia de este domingo.

Sin embargo, el llamado a la población parece haber sido suficientemente amplio esta vez para que hayan podido movilizarse los diferentes movimientos con sus diferentes matices. Al final, todos marcharon juntos en la calle, llevando la bandera española, la catalana o  ambas. Muchos trajeron consigo globos blancos, recordando la "protesta blanca" del sábado que abogaba por el diálogo entre el Gobierno central y el catalán. Todos se unieron bajo el objetivo de mostrarle al mundo que hay opositores a la independencia catalana.

En la tarde, los organizadores informaron de más de un millón de participantes, mientras que la Policía municipal cifró a 350.000.

Dos banderas, dos frentes

Ivan Bercedo se ha quedado en casa este domingo y no salió a las calles a pesar de estar en contra de la independencia de Cataluña. "Temo más de una manifestación donde banderas españolas sean agitadas antes de una con banderas catalanas", dijo el arquitecto. Las banderas españolas están tradicionalmente cargadas con la connotación del franquismo, por lo que él y muchos otros españoles se sienten incómodos de marchar con estas.

Ivan Bercedo prefiere quedarse en casa en lugar de salir a ondear la bandera Imagen: DW/M. Müller

Bercedo se mostró ansioso y un poco asustado por el futuro. ¿Qué sucede si el presidente catalán Puigdemont declara el martes la independencia? ¿Cómo reaccionará el Gobierno español en Madrid? ¿Aplicaría este el artículo 155 de la Constitución española, retirando así la autonomía de Cataluña y posiblemente deteniendo a Puigdemont y otros miembros del gobierno regional?

Entonces, dicen expertos en política, la situación podría escalar, ya que los partidarios de la independencia no se irán simplemente a casa, aceptando la derrota. Esto podría hacer que las protestas, hasta ahora pacíficas, se radicalicen y terminen en enfrentamientos violentos con la Policía.

Autor: Mariel Müller (FEW/ CP)
 

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