Alex Acosta defendió recientemente su actuación como fiscal hace una década, cuando alcanzó un controvertido acuerdo judicial con Jeffrey Epstein, acusado ahora por segunda vez de abuso de menores.
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El secretario de Trabajo de Estados Unidos, Alex Acosta, anunció este viernes (12.07.2019) su dimisión en medio de críticas por haber ofrecido, cuando era fiscal federal del distrito sur de Florida, un trato favorable al magnate Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores.
En una comparecencia no anunciada en la Casa Blanca junto al presidente Donald Trump, Acosta señaló que llamó al mandatario esta mañana tras considerar que "lo correcto era hacerse a un lado".
Por su parte, el presidente destacó que Acosta ha sido "un gran secretario" y alabó su "muy buen trabajo" al frente del Departamento de Trabajo.
"Fue su decisión, no la mía", agregó Trump.
La renuncia se produce apenas dos días después de que Acosta defendiese en rueda de prensa su actuación como fiscal hace ahora una década, cuando alcanzó un controvertido acuerdo judicial con Epstein, acusado ahora por segunda vez de abuso de menores.
El multimillonario, detenido a comienzos de mes, ya se enfrentó a acusaciones de este calibre en Florida, pero en 2008 alcanzó un acuerdo extraoficial con la Fiscalía, dirigida entonces por Acosta, para cerrar una investigación que lo podía haber enfrentado a la cadena perpetua.
El acuerdo pactado entonces, no obstante, contemplaba que el magnate neoyorquino cumpliera una condena de apenas 18 meses de prisión y pasara a formar parte de dicho registro.
A pesar de esta sentencia, la Fiscalía de Nueva York ha podido volver a acusar a Epstein, sin caer en un doble procesamiento, gracias a las nuevas pruebas y testimonios obtenidos en los últimos años.
Acosta, único latino en el gabinete presidencial de Trump, asumió el cargo de secretario de Trabajo en abril de 2017.
rrr (efe/afp)
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Megan Rapinoe le muestra la tarjeta roja a Trump
La atacante de la selección de fútbol femenino de Estados Unidos brilla en la cancha y ante los micrófonos. Dueña de una lengua mordaz, ha hecho de la igualdad salarial y el respeto a las minorías su bandera de lucha.
Imagen: Getty Images/M. Hitij
Una jugadora que brilla
Con 34 años cumplidos el 5 de julio de 2019, Megan Rapinoe es una de las jugadores más experimentadas de la selección de fútbol femenino de Estados Unidos, que acaba de ganar el Mundial de Francia 2019. Rapinoe, veloz atacante de Seattle Reign, es además una polemista nata. Su presencia dentro y fuera de la cancha no pasa inadvertida.
Imagen: Reuters/B. Tessier
Jugadora experimentada
El de Francia fue su tercer Mundial, tras haber participado en Alemania 2011 (subcampeona) y Canadá 2015 (campeona). El Mundial de 2007 se lo perdió por una lesión. En el torneo galo, Rapinoe fue elegida la mejor jugadora del campeonato (Balón de Oro), además de ser la máxima goleadora, con seis tantos: uno a Tailandia, dos a España, dos a Francia y uno a los Países Bajos.
Imagen: picture-alliance/Zuma/J. Todd
Guerrera dentro y fuera de la cancha
Sin embargo, es su lengua mordaz lo que le ha dado mayor reconocimiento público. Reconocidamente lesbiana, es pareja de la basquetbolista Sue Bird. Participa en distintas causas para dar visibilidad a la lucha de la comunidad LGBTI. Asimismo, apoya la lucha por la igualdad de salarios entre futbolistas hombres y mujeres.
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Declaraciones punzantes
Rapinoe no solo llama la atención por sus desbordes por la banda izquierda de la cancha y sus centros llenos de intención, sino también por su frontalidad. En enero, dijo que si su selección ganaba el Mundial, no pensaba ir a la "maldita Casa Blanca". En Francia dijo que mantenía sus dichos, excepto por la palabrota. “Mi mamá estaría muy molesta por esa palabra", dijo.
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Silencio durante el himno
En un país donde el patriotismo se exacerba a niveles insólitos, el gesto de Rapinoe de no cantar el himno ni llevarse la mano al corazón es una señal de protesta. Ya en 2016 puso una rodilla en el piso durante el himno para criticar la violencia policial racista. También ha dicho que no canta el himno porque no respeta a Donald Trump: "No respeto a quien no respeta a los demás".
Imagen: Imago Images/Jan Huebner/Voigt
Con Trump no, con Obama sí
El principal objetivo de los dardos de Rapinoe es Donald Trump, a quien ha calificado más de una vez de misógino, homófobo y racista. Pero en 2015, tras ganar el Mundial de Canadá 2015, la atacante no tuvo reparos para aceptar la invitación del entonces mandatario Barack Obama. Rapinoe se ha convertido, en tiempos de precampaña, en un personaje político importante.
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Críticas variadas
Poco antes de ganar la final, la jugadora criticó a la FIFA por dos razones. Una, por la enorme diferencia que existe entre los premios que se entregan en el Mundial masculino (400 millones de dólares en 2018) y el femenino (30 millones). Y dos, por la programación: no le gustó que la final del Mundial se jugara el mismo día en que se jugaban las finales de la Copa de Oro y la Copa América.
Imagen: Reuters/B. Tessier
Ya hizo su parte
Tras la polémica por la negativa de Rapinoe a asistir a la Casa Blanca, Donald Trump también dijo lo suyo. A través de Twitter, el mandatario respondió a la futbolista que "debería GANAR antes de hablar" y le aseguró que los deportistas "aman venir a la Casa Blanca". Ahora que la selección ganó el Mundial, habrá que ver si Trump hace la invitación y si incluye en ella a la jugadora de pelo rosa.