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Seguridad de los juguetes

Pablo Kummetz (jov)16 de diciembre de 2008

La UE quiere aprobar una nueva directiva sobre la seguridad de los juguetes. Pero ya se armó un soberbio lío en relación con los libros, que la UE quiere declarar ''peligrosos''.

Juguetes para los más pequeños: cuidado con atragantarse.Imagen: AP

La directiva 88/378/CEE, relativa a la seguridad de los juguetes, tiene ya veinte años de antigüedad. Es tiempo de actualizarla, se dijo la Unión Europea, que quiere aprobar el nuevo texto antes de Navidad, como un regalo para los consumidores.

Control de la inflamabilidad de un animal de peluche, en Alemania.Imagen: AP

La reforma hubiera sido aprobada por el Parlamento Europeo este jueves (18.12) en forma desapercibida, sino fuera por una fuerte disputa desatada entre la UE y los editores de libros para los más pequeños.

¿Qué sucedió? En pruebas mecánicas se desprendieron esquinas de las tapas de cartón de los libros para preescolares. Los expertos de la UE se negaron entonces a dar el sello de calidad CE a ese tipo de ediciones. Al fin y al cabo, dice la UE, los niños pueden tragarse e incluso atragantarse con un material en realidad destinado a ser mirado o leído.

"Se trata de un control técnico que nada tiene que ver con la realidad práctica", se queja la Asociación de Editores y Libreros Alemanes, que "naturalmente apoya un control periódico de la composición química de los materiales utilizados para producir los volúmenes ilustrados, tales como el papel, los colores y la laca".

Las tapas y hojas de los libros pueden reforzarse de tal forma que resistan la prueba técnica, y no obstante, en caso de que un niño se lo ponga en la boca y lo ensalive lo suficiente, "es inevitable que se desprendan fibras e incluso pequeños trozos de papel", argumentan los editores.

"Y ello no es peligroso", agregan, ya que pequeños trozos de papel no dañan la salud, aunque se los trague", a diferencia, por ejemplo, de partes pequeñas que se puedan desprender de juguetes de plástico.


Controles independientes, ¿irrealizables?


Juguetes de Mattel sacados de circulación por contener sustancias peligrosas.Imagen: AP

Y ésa no es la única crítica a la nueva directiva. Los Verdes, por ejemplo, exigen que todos los juguetes sean controlados por una instancia independiente. "Eso es irreal", argumentó en Bruselas la Asociación Alemana de Fabricantes de Juguetes: en vista de los nada menos que 600.000 nuevos artículos que salen al mercado por año, un control independiente sencillamente no es financiable, agregó.


Cada control cuesta unos 10.000 euros, dicen los fabricantes, lo que en total haría unos 6.000 millones de euros, mientras que la facturación total del sector es de 2.200 millones. La Asociación de Control Técnico de Alemania (TÜV), sin embargo, le salió al paso a ese cálculo: los controles son en realidad mucho más baratos.


Igualmente no habrá una obligación de que los juguetes sean controlados por una instancia independiente, dice la mayoría cristiano-conservadora del Parlamento Europeo. Al fin y al cabo, argumenta, los 18 millones de juguetes que el grupo Mattel debió destruir a mediados de 2007 por haber sido fabricados con colores que contenían plomo contaban con un certificado de un instituto independiente, lo que de nada sirvió.


El 80 por ciento de los juguetes se importa


Por ello, para los niños de Europa, el control de calidad seguirá siendo realizado por los propios fabricantes, pero la UE aplicará criterios más severos para otorgar el sello CE. La sigla CE significa Conformidad Europea. Colocando ese sello, el fabricante declara que su producto cumple con los requisitos legales y técnicos mínimos en materia de seguridad de los Estados miembros de la UE, por ejemplo que no contiene sustancias químicas peligrosas ni metales pesados.


Controles especiales se crean sí para productos con piezas magnéticas y componentes eléctricos. Y lo que los menores de tres años puedan colocarse en la boca o tragar debe llevar impresa una clara advertencia.


No obstante, hasta que todos los regalos de Navidad y Reyes se adapten a la nueva directiva pasará algún tiempo. Si se aprueba este jueves en el Parlamento Europeo, no entrará en vigor sino hasta las Navidades de 2010. Hasta entonces, todas las miradas se dirigen hacia quienes observan bajo la lupa los productos importados (el 80 por ciento de todos los juguetes que se venden en la UE provienen del extranjero): los inspectores de aduana dieron alarma este año ya más de 1.600 veces.

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