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¿Seguridad vs. libertad?

28 de mayo de 2003

En su informe 2003 sobre derechos humanos, Amnistía Internacional denuncia la cara oscura de la lucha mundial contra el terrorismo, que algunos países han usado como pretexto para ignorar el derecho internacional.

El 11de septiembre: un día negro para los derechos humanos.Imagen: AP

Los informes anuales suelen ser un ritual que sólo interesa a los especialistas. La excepción es que entrega Amnistía Internacional (AI), porque el tema de los derechos humanos despierta emociones en todo el mundo y tiene una enorme carga política. El documento es más que una mera recopilación de datos. En él se refleja la situación del mundo desde un punto de vista moral.

Un derecho, no un lujo

De acuerdo con el informe 2003, que se acaba de presentar, el panorama en este plano es inquietante. El texto indica, por ejemplo, que el ambiente de temor que se generó tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 ha sido instrumentalizado por algunos estados para sus propios fines, pasando por alto las normas del Derecho Internacional. Pareciera que la errónea idea de que se puede lograr una absoluta seguridad conculcando libertades ha hecho girar hacia atrás la rueda de la historia. Los fanáticos de la seguridad intentan hacer creer a la gente, desde Nueva York hasta Moscú, que los derechos humanos son un bien de lujo, para tiempos de paz y prosperidad. Un lujo que supuestamente no nos podemos permitir en la lucha contra el terrorismo y la violencia.

Las conquistas logradas por la humanidad en materia de derechos humanos en las últimas cinco décadas corren peligro de quedar en segundo plano, si se impone tal categoría de pensamiento. De otro modo resulta difícil comprender que en más de 100 países -que son más de la mitad del total de miembros de la ONU- fuerzas militares y policiales sigan torturando y maltratando gente; o que en más de 60 países, comenzando por China y siguiendo por Irán y Estados Unidos, sigan dictándose y ejecutándose condenas a muerte; y que en por lo menos 42 países se cometan crímenes urdidos en círculos estatales.

Los conflictos olvidados

La crisis iraquí también ocupa, ciertamente, a los expertos de Amnistía Internacional. Su secretaria general, Irene Kahn, recordó por ejemplo que la guerra contra ese país se libró porque se sospechaba la existencia de armas de exterminio masivo allí, pero "nada se ha hecho" para acabar con el suministro de armamento a otros países en conflicto. También hubo críticas al trato dado a los prisioneros que se encuentran recluidos en la base estadounidense de Guantánamo, desde la guerra de Afganistán.

Irene Kahn denunció además que hechos como la intervención en Irak han hecho pasar al segundo plano otros conflictos, que siguen cobrando vidas inocentes en lugares como Burundi, Chechenia o Colombia. En lo tocante a este último, puntualizó que la ruptura de las conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC agudizó la crisis de derechos humanos. En suma, el balance una vez más resulta inquietante, con excepción de una luz en medio de tanta sombra: la instauración del Tribunal Penal Internacional, que AI califica de "logro histórico".

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