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Seguros antiterrorismo

6 de diciembre de 2010

La firma Extremus asegura en Alemania contra atentados terroristas, un negocio floreciente en estos tiempos que corren. Sus clientes son grandes empresas; para el común de los ciudadanos resulta el seguro demasiado caro.

Alemania, en alarma ante posibles atentados terroristas.Imagen: picture-alliance/ dpa
Dirk Harbrücker, directivo de Extremus.Imagen: EXTREMUS Versicherungs-AG

Nadie ha tenido todavía que cobrar la póliza, dice Dirk Harbrücker, directivo de Extremus. Por suerte, añade inmediatamente. Al menos por el momento, el temor a ataques terroristas en Alemania no ha pasado de la amenaza.

Extremus asegura actualmente contra atentados a 1.300 clientes y alrededor de 7.000 objetos. Entre ellos se cuentan dos automotrices, sociedades inmobiliarias, bancos, otras aseguradoras, diversas empresas y el conjunto de los aeropuertos alemanes. También algunos grandes eventos, como el Mundial de Fútbol 2006, llevan el sello protector de esta compañía.

Un objeto valorado en 25 millones de euros cuesta una cuota mínima de 3.000 euros al año, “pero si aseguramos, por ejemplo, a una inmobiliaria que tiene sedes y patrimonio repartidos por toda Alemania, la cantidad a desembolsar alcanza rápidamente cifras millonarias”, indica Harbrücker. La prima más cara que se paga hoy, revela el directivo, es de 2,5 millones de euros anuales.

El 11-S fue decisivo

El 11-S cambió los contratos de seguros.Imagen: DPA

Oficialmente, Extremus es una firma renana asentada en la ciudad germana de Colonia. Sin embargo, ésta se sustenta en un conjunto de grandes consorcios de seguros provenientes tanto de dentro como de fuera del país.

Los atentados del 11 de Septiembre llamaron la atención sobre la existencia de un nicho en el mercado. Hasta la fecha, las pólizas generales que contrataban aerolíneas y otras empresas incluían las reparaciones por terrorismo. Nadie había calculado con exactitud el precio de este riesgo. Tras el ataque a las Torres Gemelas y al Pentágono, ciertos pasajes de los contratos fueron modificados y desde entonces cubre Extremus en Alemania esta parte del negocio.

En otros países, recuerda Harbrücker, compañías como la suya existen desde hace mucho. Es el caso de España o Gran Bretaña, donde el terrorismo era una realidad antes de 2001. Ya en los años 90, cuando el IRA atentaba casi a diario, se instituyó en el Reino Unido un seguro de este tipo, y también el Estado cerró su póliza: al fin y al cabo, era uno de los objetivos.

Garantía salvo en caso de guerra

También en Alemania existe una garantía estatal. Extremus responde por un valor máximo de 2.000 millones de euros. “Todos los daños que se producen a lo largo de un año se suman y a partir de los 2.000 millones de euros interviene el Estado. Por esta garantía pagamos naturalmente la cantidad correspondiente”, explica Harbrücker.

De este acuerdo quedan excluidas, no obstante, las consecuencia que podría tener una guerra y las que generaría la contaminación por sustancias químicas o biológicas o por radiación nuclear. “Es imposible calcular las consecuencias de la contaminación nuclear”, dice el directivo. Este año, Extremus espera ingresar unos 52 millones de euros.

Autor: Monika Lohmüller/ Luna Bolívar

Editor: José Ospina Valencia

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