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Serbia en la encrucijada

Eva Usi30 de abril de 2008

La Unión Europea abrió a Serbia la puerta de ingreso en un intento por apoyar a las fuerzas pro-europeístas de cara a las próximas elecciones. Una navaja de dos filos, según expertos.

El nacionalismo serbio en avanzada. Reacciones en Belgrado tras el acuerdo con la UE.Imagen: AP


Dos semanas antes de las elecciones legislativas serbias previstas el 11 de mayo, la UE se ha lanzado a la campaña electoral en apoyo de los europeístas del país balcánico en un momento en que los nacionalistas llevan la voz cantante en las encuestas. Los ministros del Exterior de los países miembros de la UE firmaron en Luxemburgo un Acuerdo de Estabilización y Asociación con Serbia, (AEA) considerado como antesala para el inicio de negociaciones de ingreso al selecto club europeo.

El viceprimer ministro serbio, Bozidar Gelic, el presidente serbio Boris Tadic, el jefe diplomático de la UE, Javier Solana, y el primer ministro esloveno, Dimitrij Rupel, tras la firma del acuerdo.Imagen: AP

La estrategia de Bruselas tiene como objetivo asegurar una estabilidad duradera en los Balcanes. Serbia obtiene así un billete de entrada pese a que Belgrado no ha cooperado con el Tribunal Penal Internacional de La Haya, que desde hace años reclama la extradición de los criminales de guerra serbios, sobre todo de Radovan Karadzic y Ratko Mladic. Holanda, cuyos soldados cascos azules fueron testigos de la masacre de Sebrenica en 1995, puso un candado al acuerdo firmado en Bruselas. Éste tendrá vigencia hasta que el Consejo de Ministros de la UE confirme una plena cooperación entre Belgrado y el Tribunal Penal Internacional.

Una navaja de dos filos

El ministro del Exterior serbio Vuk Jeremic calificó la firma del Acuerdo como un momento histórico para su país, sin embargo, hay voces escépticas. El experto Wolfgang Petritsch advierte que la estrategia de Bruselas es una navaja de dos filos pues el acuerdo con la UE es visto por los nacionalistas del partido radical SRS, que respaldan al Primer Ministro Vojislav Kostunica, como un reconocimiento implícito de Kosovo por parte de Serbia. No olvidan que la mayoría de los países de la UE respaldaron la secesión de una parte del territorio nacional. “Es un fraude y un acto hostil al Estado”, vociferó Kostunica ante sus partidarios^, refiriéndose al acuerdo pactado en Bruselas y aseguró que de ganar las elecciones lo anulará.

“Si la Unión Europea no establece condiciones claras a Serbia para iniciar un proceso de integración, los nacionalistas de Belgrado se percatarán de que la UE es extorsionable”, advierte el experto alemán Rainer Stinner, del Partido Demócrata Liberal (FDP).

Seguidores del Partido Democrático pro-occidental celebran en las calles de Belgrado.Imagen: AP

Integración lejana

Corresponsales afirman que la población serbia percibe la integración con la UE como algo lejano e irreal. La política de visados comunitaria, que exige a serbios pagar 35 euros por visa, es percibida como una humillación. Ven a países como Bulgaria y Rumania, que han ingresado a la UE, como premiados sin merecerlo. Se consideran los únicos que han pagado el precio por las guerras balcánicas y no están conscientes de su responsabilidad por los crímenes cometidos en su nombre.

Las elecciones en Serbia el próximo 11 de mayo salpicarán a Kosovo, que desde su independencia ha visto agudizar la pugna secesionista en el norte entre la población kosovar y serbia (unos 40.000 habitantes). Para los serbios de esa región la UE es el Gran Satán y ni la ONU, que ha tenido que replegar sus fuerzas policiales, es bienvenida. Es un polvorín que ni la OTAN sabe como resolver.

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