El primer ministro serbio, el conservador Aleksander Vucic, fue elegido presidente de su país este 2 de abril. Vucic se impuso en la primera vuelta con el 55 por ciento de los votos ante los diez candidatos rivales.
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Aunque no se han dado a conocer los resultados oficiales todavía, las proyecciones apuntan a que el actual primer ministro, Aleksandar Vucic, ganó los comicios presidenciales celebrados en Serbia este domingo (2.4.2017). El político conservador parece haberse impuesto en la primera vuelta con cerca del 55 por ciento de los votos.
El otrora defensor del Pueblo y principal candidato opositor, Sasa Jankovic, quedó en segundo lugar con alrededor del 16,3 por ciento. El candidato sorpresa, el humorista Luka Maksimovic, alias "Beli”, quedó de tercero en las urnas con el 9,3 por ciento. El exministro de Exteriores Vuk Jeremic quedó relegado al cuarto lugar con el 5,7 por ciento del apoyo popular.
Según los datos proveídos por el instituto Ipsos, la participación fue del 55 por ciento del padrón electoral. De confirmarse estos datos previos al anuncio oficial de las autoridades electorales, Vucic sucederá por un mandato de cinco años a Tomislav Nikolic, con quien fundó en 2008 el Partido Progresista Serbio (SNS) tras romper con su pasado ultranacionalista y orientarse hacia la Unión Europea (UE).
El cargo presidencial tiene en Serbia sobre todo funciones protocolarias y representativas. La candidatura de Vucic tenía como objetivo mantener el cargo presidencial en manos del SNS y evitar que el representante de un partido opositor llegue a la presidencia. Incluso sin ser primer ministro, de corroborarse su triunfo, Vucic será el político dominante del país, ya que mantendrá la dirección de su partido y elegirá a su sucesor al frente del ejecutivo.
Este antiguo ultranacionalista convertido en europeísta mantiene su alta popularidad en Serbia pese a las duras medidas de austeridad que impuso desde hace tres años como jefe del Gobierno. De esta forma, ha logrado estabilizar las finanzas públicas y ha vuelto al país a la senda del crecimiento, tras varios años de recesión, aunque el nivel de vida sigue estando entre los más bajos en la región.
Los opositores y críticos del primer ministro le acusan de autoritarismo y de socavar la separación de poderes, además de controlar gran parte de los medios de comunicación del país. Serbia, que en la época de la desaparecida Yugoslavia era la república dominante, inició sus negociaciones de adhesión a la Unión Europea (UE) en el año 2015 y espera poder entrar en el club comunitario en torno al año 2020.
ERC ( EFE / dpa )
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
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El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.