Jaramillo: Colombia tiene "agradecimiento eterno" a Cuba
7 de diciembre de 2021
El excomisionado de Paz reconoció así el aporte de ambos países y su apoyo como garantes de las negociaciones de paz con las FARC y con el ELN.
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El excomisionado de Paz de Colombia Sergio Jaramillo consideró este lunes (06.12.2021) "una infamia" el apoyo del país a la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo que hace EE.UU., porque la isla ha auspiciado las conversaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
"Quiero aprovechar para decir que es francamente una infamia lo que se hizo con Cuba de impulsar que entrara en la lista de organizaciones terroristas por cuenta de que el Gobierno le pidió que recibiera al ELN para una negociación y eso es algo que hay que arreglar porque Colombia está en deuda con Cuba", dijo Jaramillo.
El excomisionado de Paz hizo las declaraciones en una charla con el senador del partido Comunes y exjefe de las FARC Pablo Catatumbo en la presentación en Bogotá de la Biblioteca Abierta del Proceso de Paz colombiano (BAPP), una plataforma digital en la que reposarán la información, metodologías y lecciones de esa negociación.
En enero pasado, pocos días antes de finalizar el mandato del presidente Donald Trump (2017-2021), Washington decidió reincorporar a Cuba a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de la que había sido retirada en 2015 por el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).
Entre las razones que dio el Gobierno de EE. UU. para volver a meter en esa lista a Cuba estuvo el hecho de que se negó a extraditar a Colombia a miembros del ELN tras el atentado terrorista perpetrado en enero de 2019 en una academia policial de Bogotá en el que murieron 22 cadetes, entre ellos una ecuatoriana, y hubo más de 60 personas heridas.
Tras la firma de la paz con las FARC, que fue negociada en Cuba, las negociaciones con el ELN comenzaron en 2017 en Quito, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, y en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana, donde la última ronda de diálogo concluyó sin avances a principios de agosto de ese mismo año.
El presidente Iván Duque, que sucedió a Santos, condicionó la continuidad de los diálogos de paz a que ese grupo dejara de secuestrar y liberara a las personas que tiene en cautiverio, lo que la guerrilla se niega a acatar. Jaramillo subrayó que por su apoyo a las negociaciones de paz con las FARC y con el ELN, con Cuba y Noruega, países garantes, "tenemos un agradecimiento eterno".
ama (efe, prensa latina)
Acuerdo de Paz en Colombia: 52 años de guerra y cinco de paz
Hace cinco años, Colombia firmó la primera versión del Acuerdo de Paz con las FARC, que luego fuera complementado y suscrito el 24 de noviembre de 2016. Los guerrilleros fueron primero idealistas, y luego criminales
Imagen: picture-alliance/dpa
Los campesinos se convierten en un ejército
A mediados del siglo XX se libra una batalla entre bandos políticos de Colombia. Los grupos de izquierda crearon repúblicas independientes en zonas remotas, que fueron tomadas gradualmente por las tropas gubernamentales. Dos de los líderes de la "República de Marquetalia" se escapan: en 1966 Manuel Marulanda y Jacobo Arenas (izq.) fundan las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC).
Imagen: ALATPRESS/AFP
La insurgencia como forma de vida
En el Amazonas, los campesinos tienen una ventaja táctica: conocen el terreno. Pronto las FARC aprenden de otros grupos guerrilleros de América Latina y comienzan a reclutar a estudiantes y habitantes de los barrios marginales de las ciudades, entre ellos, más de 18.000 menores. Las mujeres también se unen, o son obligadas a unirse a los rebeldes. Aunque tienen estrictamente prohibido tener hijos.
Imagen: ALATPRESS/AFP
Mercenarios, narcotraficantes, extorsionadores
Más tarde, varios frentes del grupo marxista se involucran en el narcotráfico: se ofrecen como mercenarios a los cárteles de la cocaína y luego participan en el cultivo. Mientras el ejército colombiano, con el apoyo de Estados Unidos, destruye las zonas de cultivo y los laboratorios de drogas (foto), las ganancias suben.
Imagen: Guillermo Legaria/AFP
El secuestro como modelo de negocio
Los ingresos de las FARC se llegaron a estimar en cientos de millones de dólares al año. También, producto del secuestro que ellos llamaban “toma de rehenes”. Las FARC habrían secuestrado a casi 10.000 personas entre 1970 y 2010. La víctima más destacada fue la política ecologista Ingrid Betancourt en 2002. Sólo después de 6 años las fuerzas militares liberaron a Betancourt y a otras 14 víctimas.
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La lucha por la paz
Ya en la década de 1980, las FARC negociaron un frágil alto el fuego inicial con el gobierno colombiano. En los años 90, presentaron un programa político de diez puntos. En 2001, el líder de las FARC Manuel Marulanda (derecha) se reúne con el presidente Andrés Pastrana para reanudar las conversaciones de paz. Pero la reunión no tuvo éxito.
Era poco probable que las FARC y el gobierno colombiano llegaran a un acuerdo, entre otras cosas, porque los rebeldes intensificaron los actos terroristas durante las negociaciones. No mostraban ninguna consideración por las víctimas civiles, como aquí en Medellín, en 2003, cuando un coche bomba hirió a 30 personas y mató a seis, entre ellas a un niño pequeño.
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Terror de izquierda y de derecha
La Masacre de Bojayá es el nombre con que se conoce este crimen de lesa humanidad. En esta iglesia del Chocó murieron unos 119 civiles, víctimas de la explosión de una pipeta de gas lanzada por las FARC el 2 de mayo de 2002. El crimen fue cometido en enfrentamientos con paramilitares (AUC) por el control del acceso al río Atrato. Unas 250.000 personas murieron en el conflicto, la mayoría civiles.
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Guerrillas debilitadas
Álvaro Uribe, elegido presidente en 2002, intensifica la guerra. El 1° de marzo de 2008, la Fuerza Aérea de Colombia mata al subjefe de las FARC, Raúl Reyes, y poco después muere Marulanda. Su sucesor también cae en 2011. En 2008, las FARC se habían reducido a unos 8.000 miembros, frente a los 20.000 de la década de 1990. La mayoría desertó. Juan Manuel Santos era entoces ministro de Defensa.
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Colombia firma el Acuerdo de Paz
Así debilitadas, las FARC inician conversaciones de paz con el nuevo presidente, Juan Manuel Santos (izq.). Las negociaciones tendrán lugar en Cuba. El 26 de septiembre de 2016, el líder rebelde Timoleón Jiménez (centro) y Santos firman la primera versión del Acuerdo de Paz. Una estrecha mayoría de colombianos votó en contra en un referéndum no vinculante.
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El desarme de los rebeldes
Al firmar, las FARC se comprometen a desarmarse. Unos cientos de rebeldes se niegan, los otros 7000 aproximadamente se enfrentan a la reintegración en la vida civil. Los sospechosos de haber cometido violaciones de los derechos humanos son llevados ante un tribunal especial. A principios de 2021, los miembros de la dirección también fueron acusados por primera vez.
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Reconciliación entre guerrilleros y víctimas
Algunos excombatientes de las FARC trabajan activamente por la reconciliación con la sociedad colombiana, y especialmente con sus víctimas. Aquí, el exguerrillero Rodrigo Granda se reúne con la hermana de dos víctimas de secuestro para pedir perdón. Las víctimas también participan en proyectos de reinserción.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture-alliance
Todavía queda mucho camino por recorrer
Las FARC son ahora un partido político: Los Comunes. Pero muchos acusan al Gobierno de Iván Duque de no aplicar partes esenciales del Acuerdo de Paz. Algunos rebeldes regresaron a grupos armados criminales. Entre ellos, los dos principales negociadores del Acuerdo de paz, Iván Márquez y Jesús Santrich. A mediados de 2019, anunciaron en un video que había comenzado la "segunda Marquetalia".