Este sábado (31.1.2015), el magistrado del Tribunal Constitucional de Italia Sergio Mattarella, de 73 años, fue elegido para suceder a Giorgio Napolitano en la presidencia del país sureuropeo. Tras la cuarta ronda de votaciones, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, logró imponer a su candidato. La oposición liderada por Silvio Berlusconi se opuso –en vano– a la nominación de Mattarella.

El sucesor de Giorgio Napolitano

Los 1.009 diputados, senadores y representantes de las regiones habilitados para votar comenzaron a aplaudir cuando se hizo evidente que Mattarella conseguía los 505 votos necesarios –la mitad más uno– para la elección. Tras el fracaso de las votaciones del jueves (29.1.2015) y el viernes (30.1.2015), que requerían dos tercios de los apoyos, en el sufragio de este 31 de enero bastaba obtener una mayoría simple para triunfar.

Mattarella será el décimo segundo presidente de Italia; su mandato durará siete años. Se espera que jure su cargo y dé un discurso ante el Parlamento el lunes (2.2.2015) o el martes (3.2.2015). El presidente electo es un exministro demócrata cristiano siciliano activo en política entre 1983 y 2008 y promovido a la Corte Constitucional en 2011. En Italia tiene reputación por su integridad moral en la lucha contra la mafia.

Sin embargo, Mattarella cuenta de escaso reconocimiento internacional. “Va a ser un gran presidente: sólido, con autoridad e independiente”, había dicho el exprimer ministro Enrico Letta antes de la votación. Renzi manifestó el jueves (29.1.2015) su respaldo a Mattarella, al que también apoyaron un partido de izquierda opositor, centristas que apoyan al Gobierno y grupos menores, formando una coalición con unos 570 votos.

Respaldo inesperado

A última hora, el partido Nuovo Centrodestra, del ministro del Interior Angelino Alfano, y la Unión de Centro, con 75 votos en total, anunciaron su intención de respaldar a Mattarella, allanando el camino para su elección por un margen mayor. Alfano y sus aliados habían manifestado su intención de votar en blanco, como lo hicieron quinientos de ellos en las primeras votaciones, pero terminaron cambiando de opinión.

Berlusconi y sus seguidores son considerados los grandes perdedores de la elección. Pese a ayudar a Renzi a aprobar reformas constitucionales en el Parlamento, no consiguieron imponer sus deseos en la carrera presidencial. El partido antisistema Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, tuvo también poco peso en la votación, pese a constituir el tercer bloque en el parlamento italiano.

En Italia, el presidente tiene funciones ceremoniales, pero también actúa como mediador político en situaciones difíciles, ya que puede convocar a elecciones, vetar leyes y nominar al primer ministro. La importancia que un presidente puede tener para apuntalar al sistema político italiano lo demostró en los últimos años el saliente presidente del país, Giorgio Napolitano.

ERC ( dpa / Reuters )