Los ucranianos vemos a Alemania desde afuera. Y, francamente, no siempre somos capaces de entender lo que vemos. Incomprensibles son, por ejemplo, los intentos de algunos políticos alemanes de jugar con doble moral. No entendemos la posición del líder del Partido Liberal Demócrata, Christian Lindner, cuando llama a cerrar los ojos ante la anexión del territorio ucraniano a Rusia. Igualmente incomprensibles nos resultan las palabras del ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, quien durante una visita a Rusia y en el marco de negociaciones para construir un nuevo gaseoducto, afirmó que la política no debería interferir en ese proyecto. Lo mismo puede decirse de la posición del excanciller Gerhard Schröder, quien se alegra de ocupar un puesto importante en el Consejo de Directores del consorcio energético ruso Rosneft. ¿Por qué nos parecen inaceptables tales hechos?

 

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Quizá porque tanto políticos como empresarios alemanes van posibilidad de sacar provecho de ganar capital político o real con acuerdos de dudosa calidad, o con la retórica populista. Para los ucranianos esto es un descarado y cínico apoyo a quienes llevan a cabo agresiones y ocupaciones; a quienes cada día matan a nuestros compatriotas en una guerra. ¿Cómo podremos dialogar con nuestros colegas y socios europeos, sea cual sea el resultado de las elecciones federales en Alemania?

Ucrania paga un alto precio

¿A dónde voy con mis argumentos? Es cierto que debemos apoyarnos en nuestros socios occidentales en la defensa contra el agresor. Naturalmente, el apoyo de la Unión Europea es muy importante, y en él, el apoyo de Alemania es uno de los más cruciales. Pero también debemos ser honestos. Ucrania paga un precio muy alto por su decisión de adherirse a los valores europeos. Paga el precio de términos como libertad  y democracia con la vida de sus ciudadanos, para los cuales  tales palabras no son vacías sino que vienen llenas de un sentido real. Para los ucranianos, si los intentos de llegar a acuerdos con el agresor o el cabildeo a favor de los intereses de éste son compatibles o no con los valores europeos, no es una mera pregunta retórica.

Quisiéramos que la política alemana se basara en los principios de la transparencia y la responsabilidad, y no en algo medido con varas distintas, o abordado con populismo. Queremos continuar teniendo a Alemania como un socio confiable y responsable, con el cual se pueda establecer una relación duradera y ventajosa para ambos. Estamos conscientes de que nuestros propios políticos no siempre tienen a la transparencia y la responsabilidad en su orden del día. En este sentido, debemos recordar las reformas claras y efectivas que aún nos faltan, así como la corrupción aún rampante que bloquea a mi país el camino hacia el progreso. Es verdad que no debemos cerrar los ojos frente a nuestra propia doble moral. Al contrario: consideramos que la honestidad y la apertura mutuas son especialmente importantes. Puede sonar utópico, pero si es posible contraponer la utopía al cinismo y el populismo, ¿por qué no hacerlo?

El peligro populista

Todos, no solamente los alemanes o los ucranianos, debemos tener en claro que cualquier forma de populismo puede terminar en una catástrofe. Cada coqueteo con dictadores y criminales puede causar que uno se vea abrumado por los problemas que estos dictadores provocan (para todos, incluyendo a los que alguna vez creyeron en ellos). Recordemos que la responsabilidad política no es solo un lastre; es también, quizá por encima de todo, un gran privilegio. Pienso que la sociedad alemana está consciente de esto y por ello no correrá el riesgo de cometer un error fatal en las próximas elecciones. En este sentido, apoyo el lema "¡Por una Alemania sin populismos ni doble moral!”.

Serhij Zhadan es uno de los escritores, poetas y músicos más reconocidos de Ucrania. También en Alemania son muy leídos sus textos con crítica social. Por su obra ha recibido numerosos reconocimientos. Zhadan es un escritor comprometido con la sociedad civil ucraniana, en especial en los territorios en conflicto en el este del país.