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El club alemán con más espectadores hunde sus raíces en la Borsigplatz, entre testigos arquitectónicos de la era industrial y quioscos de papas fritas. Pocos equipos alemanes han cargado a sus espaldas las expectativas de reconocimiento de toda una ciudad como el Borussia. Los éxitos del club en la Bundesliga y la Liga de Campeones han ayudado al Dortmund a despojarse de su antigua fama de lóbrega ciudad minera.