Campesinos llegados en carros de madera, familias comiendo al aire libre, ambiente festivo... Muchos han emprendido un largo viaje para llevar a sus dromedarios a la plaza, pero las llamadas "peleas de camellos" no son tan violentas como parece. Los animales llevan el hocico atado para que no se produzcan heridas graves por mordedura. Y cuando uno de los dromedarios emprende la huida, la pelea se da por sentenciada.