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“Si se quiere la paz, hay que negociar con las FARC”

Luna Bolívar Manaut26 de mayo de 2008

La noticia saltó a la prensa este fin de semana: el parlamentario alemán Wolfgang Gehrcke mantuvo contactos con las FARC. En una entrevista DW-WORLD, este político de izquierdas defiende su proceder.

Wolfgang Gehrcke, parlamentario alemán del partido La Izquierda.Imagen: picture-alliance/dpa
En el ordenador portátil de Raúl Reyes, la Fiscalía colombiana encontró rastros de una correspondencia que las FARC mantenían con Alemania. En 2005, reveló la revista Der Spiegel el pasado fin de semana, Wolfgang Gehrcke, por aquel entonces miembro del Partido del Socialismo Democrático, hoy parlamentario por La Izquierda, se encontró con Ariel Robespierre Devia, alias “Roberto”, hijo de Reyes.

DW-WORLD: Usted ha reconocido haber mantenido contactos con las FARC. Contra el diálogo hay poco que decir, pero la pregunta que se plantea es: ¿de qué hablaron?

Wolfgang Gehrcke: “Reconocer” es una forma curiosa de expresarlo… Yo he hablado en el Parlamento alemán en más de una ocasión sobre la necesidad de contribuir a que avance el proceso de paz en Colombia, y la paz sólo se consigue cuando se habla con las partes en conflicto. Una de las partes en conflicto son las FARC y, por lo tanto, hay que hablar con las FARC.

¿Y eso es lo que usted hizo?

Sí.

¿Y habló con ellos sobre el proceso de paz?

Sí.

En junio de 2007, su partido pidió en el Parlamento alemán que las FARC fueran eliminadas de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea. ¿Consideran ustedes que las FARC no son un grupo terrorista?

Esa solicitud la defendí públicamente. Lo que dije se puede leer, por eso no entiendo el revuelo que se está formando ahora en torno a esta cuestión.

En aquél debate yo dije que, según mi experiencia en procesos de paz como los de El Salvador o Guatemala, en los que, en la medida de lo posible, fui mediador, Colombia también necesita un proceso de paz y que en esta cuestión el presidente Uribe no es la instancia más adecuada a la que dirigirse. Y en mi discurso dije también que me alegraría de que las FARC liberase a todos sus secuestrados, porque no se puede secuestrar a nadie por motivos políticos.

Raúl Reyes: líder gerrillero muerto por el ejército colombiano en tierras ecuatorianas.Imagen: AP

¿No son precisamente los secuestrados una de las razones para mantener a las FARC en esa lista?

Siguiendo ese principio, el presidente de Guatemala debería estar también en la lista. Y muchos otros presidentes y jefes de gobierno. Y eso no hubiera ayudado a los procesos de paz en esos países.

Usted ha mencionado también el término “guerra civil”. ¿Cree que lo que está pasando en Colombia es una guerra civil?

Sí, tiene todos los síntomas. Las gentes se matan las unas a las otras, hay escuadrones de la muerte, con muchos indicios de implicación del propio Gobierno, hay dos organizaciones militares que libran una guerra de guerrillas, una de las cuales son las FARC. ¿Qué es eso sino una guerra civil?

Pero en una guerra civil la sociedad está dividida en dos frentes que se combaten mutuamente, y lo que vemos en Colombia es a un lado dos grupos armados que ejercen la violencia, las FARC y los paramilitares, y en el otro el Gobierno…

Para que quede claro: el proceder del Gobierno de Uribe contra una gran parte de la población presenta todas las características del modo de actuar terrorista, y la reciente acción militar en Ecuador atentó contra el derecho internacional y en realidad sería motivo suficiente para iniciar un proceso ante el Tribunal Penal Internacional. No se puede matar y bombardear a personas en un país extranjero así como así.

Y por otra parte hay formaciones armadas que libran una guerra de guerrillas, y la sociedad colombiana está muy dividida, eso no lo puede negar nadie.

“Yo no pondría la mano en el fuego por lo que el Gobierno de Uribe le hace llegar a la opinión pública”. ¡Siga leyendo!

Manifestación contra las FARC en Colombia, febrero de 2008.Imagen: AP

Y, sin embargo, los colombianos que salieron en masa a la calle hace sólo unos meses portaban pancartas en las que se podían leer eslóganes como “el pueblo de Colombia no apoya a las FARC” y “estamos hartos de las FARC”…

Yo no sé para quién está usted haciendo esta entrevista, pero esa percepción que tiene de las cosas es un poco extraña. Parte de la población colombiana carece de vías para poder articularse. ¡Pregúntele al Polo Democrático! La imagen que ellos dan de Colombia es completamente diferente.

Yo no pondría la mano en el fuego por lo que el Gobierno de Uribe le hace llegar a la opinión pública. Leo muy atentamente los informes de las organizaciones de derechos humanos, y Colombia y el Gobierno colombiano se encuentran entre los que más críticas reciben.

¿Cree que el pueblo colombiano apoya a las FARC?

No, eso no lo he dicho nunca. No entiendo a qué viene esa pregunta.

Era sólo una pregunta…

Pero es que esa no es la pregunta. La pregunta es cómo acabar con la guerra civil en Colombia, la única guerra civil aún abierta en América Latina.

Wolfgang Gehrcke, en el Parlamento alemán.Imagen: picture alliance/dpa

¿Y cómo se puede acabar con ella sin contar con el Gobierno?

Hay que negociar. Y el Gobierno colombiano, si este Gobierno se mantiene, en algún momento tendrá que entender que la negociación forma parte de todo proceso de paz, y que hay que crear el clima para que se pueda negociar.

Y no entiendo qué tiene de malo que un político de izquierdas le pida a la guerrilla que libere a los secuestrados: eso contribuye al proceso de paz.

Ese es precisamente el problema: que la guerrilla mantiene a entre 700 y 1.000 secuestrados (la cifra no se conoce con exactitud), se financia con el narcotráfico… ¿no es comprensible que a un Gobierno le resulte difícil negociar en tales condiciones?

Si se quiere la paz hay que negociar. La única alternativa es matar personas, y eso atenta contra los derechos humanos.

¿Qué pronostica usted que va a pasar a partir de ahora, después de los últimos golpes a las FARC: la muerte de Manuel Marulanda y Raúl Reyes, la desmovilización de “Karina”…? ¿Se despejará el camino hacia la paz?

Espero. Pero eso no depende sólo de las FARC, seguramente depende de ellas en la menor medida.

Eso depende de la política del Gobierno: de que acceda a las negociaciones, de que esté dispuesto a asegurar que se cumplan los derechos fundamentales y a que se ponga fin a los escuadrones de la muerte. Éstas son condiciones importantes. Un país con escuadrones de la muerte no tiene cabida en el contexto internacional.

¿Cree a Uribe cuando dice, como lo ha hecho ahora, que está dispuesto a dejar en libertad a los guerrilleros que opten por la desmovilización?

Yo preferiría ver hechos. El Gobierno de Uribe debería preguntarse si no ha de liberar también a algunos presos.

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