Australia está en llamas y Siemens está ayudando a construir allí una polémica mina de carbón que continuará alimentando el cambio climático. Los activistas medioambientales están molestos, dice Malte Rohwer-Kahlmann.
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Siemens ha tomado su decision: ayudará a construir la gran mina de carbón de Carmichael, en el estado australiano de Queensland. Así se desmarca de la lista Adani, que ya cuenta con 60 empresas, incluidas Deutsche Bank y Commerzbank, que han expresado que no quieren tener nada que ver con la mina.
Y es que el controvertido proyecto contribuirá al calentamiento global. Se prevée que la mina extraiga hasta 60 millones de toneladas de carbón anuales, en un momento en el que la mayoría de la gente está de acuerdo en que los combustibles fósiles deben desaparecer de este planeta lo antes posible.
Así, Siemens ha decidido anteponer los negocios al cuidado del medio ambiente. El contrato es de 18 millones de euros. Con un volumen de negocios anuales de alrededor 90.000 millones, Siemens ciertamente podría prescindir de él. Es cierto que el contrato se firmó el año pasado y que, si renunciara ahora, los clientes potenciales podrían ver a la empresa como poco fiable y hacer contratos con otras firmas en el futuro. No obstante, una señal en términos de protección climática de una corporación tan grande hubiera sido muy valiosa.
En lugar de tener que lidiar con la potencial pérdida de contratos, Siemens se enfrenta con la ira de los activistas climáticos. La portavoz alemana del movimiento "Viernes por el Futuro", Luisa Neubauer, quien había hablado con Siemens sobre la mina el viernes, califica la decisión de "anacrónica", y tiene razón.
Es aún más decepcionante que esta decisión provenga de un jefe empresarial relativamente progresista como Joe Kaeser, a quien le gusta mostar a Siemens, y a sí mismo, como pionero en la protección del clima. Las palabras son una cosa, las acciones son otra; los defensores del clima ya lo saben.
Esto queda patente cuando se observan los objetivos del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, que ha marcado un cambio importante en la protección del clima. A pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo desde entonces, ahora la humanidad está bombeando mucho más dióxido de carbono en la atmósfera que nunca.
La política climática debe ser más efectiva
Esto también se debe al hecho de que los gobiernos no presionan a las empresas con la fuerza suficiente, por miedo a su propio desempeño económico. No dan el suficiente incentivo para aplicar medidas efectivas contra el cambio climático. Por ende, la obtención de beneficios sigue estando por encima de la protección del medio ambiente.
"Claro, así es como funciona la economía", se podría decir ahora. Pero creo que no debería serlo. Y esta es también la opinión de los activistas climáticos, quienes en última instancia están haciendo el trabajo que los gobiernos deberían realizar: están creando un mecanismo que hace que las compañías responsables de comportamientos perjudiciales para el clima tengan que asumir su responsabilidad.
Ante la debacle de relaciones públicas que Siemens está experimentando actualmente, me sorprendería si el medio ambiente no juega un papel más importante en las decisiones futuras.
(J.A.G/ER)
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Infierno en Australia
Desde septiembre de 2019, los incendios forestales en Australia han alcanzado una nueva dimensión. En una superficie dos veces mayor que la de Bélgica, todo se ha quemado. Una catástrofe en imágenes.
Imagen: AFP/P. Parks
Completamente en llamas
Se cuentan más de 180 incendios en toda Australia. El estado de Nueva Gales del Sur, en la costa este, está particularmente afectado. Los incendios no son nada inusual en el continente, pero la intensidad con la que golpearon a Australia esta vez sí lo es: la temporada de incendios comenzó muy temprano, en septiembre de 2019. Desde entonces, se quemaron siete millones de hectáreas.
Imagen: Reuters/AAP Image/D.
Un Año Nuevo horrible
Desde el cambio de año, la situación ha vuelto a empeorar: una nueva ola de calor con temperaturas muy superiores a los 40 grados contribuye a que los incendios se propaguen aún más. Los equipos de bomberos están en funcionamiento continuo y muchos residentes, como esta pareja de Nowra, Nueva Gales del Sur, temen por sus hogares. Se quemaron miles de viviendas, y al menos 24 personas han muerto.
Imagen: Reuters/T. Nearmy
Mar de llamas
A la derecha de esta imagen satelital se puede ver el lago Eucumbene, en Nueva Gales del Sur, y a la izquierda, un fuego que se abre paso a través del bosque. La foto fue tomada con una tecnología infrarroja especial, que hace que la luz infrarroja de onda corta de los incendios sea particularmente visible. Las fotos del espacio suelen mostrar nubes de humo que pueden llegar hasta Nueva Zelanda.
Imagen: Reuters/Maxar Technologies
Desesperación
Un chico intenta sofocar las llamas con una toalla. Los agricultores tienen dificultades para seguir alimentando a su ganado cuando los pastos y los campos han sido víctimas de las llamas. Muchos de ellos han tenido que matar a su ganado por quemaduras o estrés. Se estima que cientos de millones de animales han muerto sólo en Nueva Gales del Sur.
Imagen: AFP/W. West
Animales en peligro
Este koala se salvó, pero para muchos otros animales la ayuda llegó demasiado tarde. Para los koalas, los incendios son particularmente devastadores ya que instintivamente se enroscan en los árboles. De esta manera podían sobrevivir los incendios en el sotobosque. Pero los incendios actuales llegan hasta las copas de los árboles. Hasta ahora, dos tercios de los koalas en el área han muerto.
Imagen: Reuters/P. Sudmals
Misión en el infierno
Lejos de las ciudades costeras, Australia está muy poco poblada, por lo que los bomberos voluntarios son muy importantes en la lucha contra los incendios. Este año se pagarán con un fondo especial: Quienes hayan participado en los trabajos de extinción de incendios durante al menos 10 días recibirán el equivalente a unos 190 euros por día.
Imagen: AFP/S. Khan
Reconocimiento póstumo
La lucha contra las llamas, el humo y las brasas es muy peligrosa. El bombero Geoffrey Keaton murió en acción. Cuando fue enterrado el 2 de enero, su pequeño hijo recibió una medalla al mérito en su lugar. Hasta ahora, tres bomberos han muerto durante la temporada de incendios de este año.
Imagen: Reuters/NSW RURAL FIRE SERVICE
Huir de las llamas
El fuego en Coffs Harbour, al norte de Sydney, del que esta mujer huyó con su hija de 18 meses en noviembre, ya se ha apagado. En otros lugares, están surgiendo nuevos focos de fuego: En el estado de Victoria, que también incluye la ciudad de Melbourne, 67.000 personas han tenido que dejar sus pertenencias en los últimos días, según las autoridades.
Imagen: Reuters/AAP Image/D. Peled
Canberra
Este hombre frente al Parlamento australiano en Canberra no consigue sofocar las llamas con su limpiador de alta presión. Desde el punto de vista de muchos australianos, esta podría ser una imagen simbólica de la poca acción política contra los incendios. En la capital, el humo ha contaminado el aire hasta tal punto que se ha pedido a los residentes que se queden en sus casas.
Imagen: Imago-Images/AAP/L. Coch
Críticas a Scott Morrison
Se critica especialmente al primer ministro Scott Morrison por no haber abordado la crisis de manera decisiva, y también por razones políticas: aunque el político conservador ya no niega el cambio climático, sigue apoyando firmemente a la industria del carbón. Solo gradualmente Morrison empieza a reconocer la dimensión de los actuales incendios.
Imagen: AFP/J. Ross
Darle la mano o no al primer ministro
Mientras tanto, Morrison ha admitido que sus vacaciones en Hawái en medio de la temporada de incendios fueron un error. Desde entonces, trata de corregir su error y mostrar su lado humano (foto). Pero en las redes sociales se siguen encontrando videos de personas que se niegan a darle la mano al primer ministro. Muchos están descontentos con su manejo de la crisis.
Imagen: Reuters/AAP Image/D. Pateman
Síntoma y causa
A corto plazo, Australia tiene que hacer frente al fuego de alguna manera. A largo plazo, habrá que tomar medidas agudas ya que es probable que los incendios se vuelvan más frecuentes y más violentos a medida que el planeta se calienta. Por eso, decenas de miles de australianos salen una y otra vez a las calles para convencer a su gobierno de que tome medidas ambiciosas de protección del clima.