Siete artículos para entender qué está pasando en Cataluña
Enrique Anarte
29 de septiembre de 2017
Son muchas las caras del problema catalán. DW les ofrece una selección internacional de artículos de prensa al respecto.
Publicidad
¿Es la democracia directa una quimera? ¿Cuál es el perfil demográfico del catalán independentista? ¿Están cerrando los gobiernos central y regional, las partes en disputa, la vía del diálogo? ¿Es el desafío del independentismo en Cataluña un síntoma de problemas mucho más profundos que arrastra España desde hace años?
De cara a la planeada celebración en Cataluña del controvertido referéndum por la independencia el próximo domingo (01.10.2017), la redacción de DW les ofrece a continuación una pequeña selección de reportajes, entrevistas, análisis y artículos de opinión que les ayudarán a entender las diferentes posturas y realidades que configuran la problemática del llamado "procès".
Estampa social y económica del independentismo
¿Cómo son los catalanes que quieren independizarse? El analista y profesor Kiko Llaneras utiliza los datos del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat (nombre del gobierno regional catalán) para dibujar un perfil socioeconómico de quienes apoyan esta opción. Su conclusión: la independencia es menos popular entre las familias pobres y entre las que llevan menos tiempo en Cataluña. Llaneras dibuja en su blog del rotativo El País así el mapa de una región polarizada políticamente en la que la correlación con factores económicos y sociales es, cuando menos, innegable.
Según el director adjunto del diario español El Confidencial, Carlos Sánchez, una hipotética Cataluña independiente nacería con una deuda de 254.539 millones de euros, es decir, un 120% de su producto interior bruto (PIB). Parte de esta deuda consistiría en su cuota correspondiente de la deuda de la administración central española, pero también acumula deuda propia y debe afrontar compromisos de pagos con Madrid relacionados con los mecanismos de liquidez puestos en marcha durante la crisis, que castigó especialmente a las regiones españolas.
¿Desobediencia civil contra los excesos de Madrid?
El escenario está en Barcelona, pero sin duda gran parte de la trama se desarrolla en Madrid, desde donde muchos acusan al gobierno del conservador Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy, así como a los aliados que apuntalaron su segundo mandato, de excederse en su respuesta al problema catalán. Madrid, argumenta la jurista María Eugenia Rodríguez Palop, "se ha propuesto hacer purgas en Catalunya de forma absolutamente desmedida y, claramente, fuera de todo marco legal y constitucional”. Rodríguez Palop cita a Habermas para defender la desobediencia civil, que en su opinión "es una parte necesaria de la cultura democrática”.
"La secesión es una causa perfectamente legítima”, escribe Roger Senserrich en un artículo que publica la web de análisis Politikon y que titula ‘El cantón de Cartagena', en referencia a la capital de la región española de Murcia. El politólogo traza un paralelismo entre un hipotético proceso de autodeterminación en esta comunidad autónoma en el suroeste de España y la etapa más reciente del caso catalán. En opinión del politólogo, un país "razonable” debería poder permitir referéndums de autodeterminación; eso sí, siempre bajo condiciones regladas, además de con mayorías claras y requisitos exigentes. Pero considera que lo que está ocurriendo en el presente en Cataluña dista de cumplir con estas condiciones.
Hay que entender España (y su historia) para entender el problema catalán
En una entrevista concedida al digital eldiario.es, el renombrado historiador Josep Fontana no deja títere con cabeza. El académico barcelonés va más allá de las polémicas de los últimos días y sitúa la coyuntura actual en un análisis más amplio de la historia española, así como de su configuración política contemporánea y sus problemáticas sociales y económicas. Además, Fontana esboza una hoja de ruta a corto y medio plazo en la que apuesta por recuperar elementos de autogobierno. Eso sí, a la pregunta de si es optimista de cara al día 2 de octubre, el historiador se declara "nada optimista”.
Los británicos saben bien que un referéndum es un arma de doble filo. Por ello, opinaba en su editorial el dominical londinense The Observer, "la secesión, en una España democrática dentro de una Europa democrática, tiene que buscarse con calma y honestidad”. Para este periódico, primo hermano de The Guardian, sigue abierta la puerta de la negociación, a la cual no solo debería estar dispuesto el bloque independentista, sino también Mariano Rajoy y los partidos que sostienen su Ejecutivo.
"La democracia directa está cada vez más de moda en Europa”, comienza el periodista Andres Wysling, del Neue Zürcher Zeitung. El rotativo de Zúrich ofrece un recorrido por la historia reciente y no tan reciente de las consultas plebiscitarias y explora, desde la perspectiva del paraíso de la democracia directa, qué significa aceptar la decisión de la mayoría. Y es que muchos referéndums han traído cambios revolucionarios, sí, pero en otros casos no ha queda tan claro cuáles eran los motivos de celebración.
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.