Siete costumbres alemanas que debería poner en práctica
Dana Regev
4 de octubre de 2019
Al mudarse a Alemania, la periodista de DW Dana Regev, de Israel, no podía entender por qué los alemanes son tan... alemanes. Cinco años después, adoptó estas siete prácticas alemanas que al principio había criticado.
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Nací y crecí en Israel. Cuando me mudé a Alemania hace cinco años, muchas cosas me parecieron increíblemente extrañas. ¿Por qué no hay aire acondicionado? ¿Por qué los alemanes están tan entusiasmados con desnudarse? Y por el amor de Dios, ¿por qué se dan cuenta de que no se puede salir de casa con sandalias y calcetines?
Aunque todavía estoy lidiando con todas esas cosas, también hay varias costumbres alemanas que debo admitir que juzgué a la ligera. Aquí hay siete hábitos germanos que se han convertido en una parte esencial de mi vida cotidiana.
1. ¡Que se pare el mundo! Ha salido el sol
Un rayo de sol ha surgido entre las nubes. Es hora de que todos en Alemania detengan sus diligencias, dejen su caminata para otro momento, bajen del tren y lo disfruten.
La vitamina D es bastante escasa en Alemania, en comparación con el soleado Israel. Si alguien me hubiera dicho hace cinco años que yo también dejaría de hacer todo y tomaría el sol con los brazos abiertos en plena calle, me hubiera reído en su cara.
2. Bronceado de ciudad
En mi ciudad natal en el Mediterráneo, en los jardines y parques locales hay gente haciendo deporte, madres con niños o personas que hacen picnics durante los calurosos días de verano. Pero nunca habrá mujeres en bikini, porque estas prendas solo se usan en la playa.
Cuando llegué a Alemania me quedé en estado de shock cuando vi a mujeres y hombres con el torso desnudo tumbados en un parque, cerca de un restaurante o en el centro de la ciudad. Pero claro, si se vive en un país sin muchas playas, no hay otras opciones.
3. Ser económicamente precavido
Cuando pisé por primera vez un banco alemán, probablemente asusté al banquero: "Hola, ¿puedo abrir una cuenta y pedir una MasterCard, una Visa y una American Express, por favor? ¡Gracias!"
Las tarjetas de crédito aquí se parecen más a un préstamo, para el cual se necesita demostrar estabilidad financiera, un salario regular y un buen historial bancario. Tanto los bancos como los ciudadanos comparten el mismo punto de vista: solo se debe gastar lo que se puede pagar.
4. Pagar en metálico
La posibilidad de pagar con tarjetas de crédito en Alemania es bastante limitada. Esto me molesta a veces, pero creo que tiene también ventajas. Cuando reviso cuándo he usado las tarjetas, pero no me acuerdo de qué he comprado, entonces hubiera preferido pagar con dinero.
Mi primer consejo para cualquiera que intente ahorrar dinero es pagar solo en efectivo.
5. Los precios no se regatean
El precio real en las tiendas alemanas es el mismo que aparece en la etiqueta. Aparte de algunas pocas excepciones, no hay que pedir favores ni regatear. Al provenir de una cultura diferente, me sorprendió descubrir que el regateo no es una práctica común en Alemania. Estoy muy agradecida por el tiempo y los dolores de cabeza que me ahorro.
Los trayectos en taxi son un buen ejemplo. Los conductores en Alemania no engañan. Ni a los turistas. Hay un precio fijo, y el taxímetro le muestra exactamente cuánto debe pagar.
6. ¿Qué va a hacer en los próximos 189 días?
A los alemanes les encanta planear todo meticulosamente. Pare ellos es más fácil reservar las vacaciones con meses de antelación, que unas semanas antes, como se suele hacer en Israel.
Yo estaba totalmente en contra de esta costumbre germana: ¿Yo qué sé qué va a pasar en los próximos meses? Sin embargo, tengo que reconocer que cuando el trabajo es estresante o los asuntos familiares son insoportables, puedes ver luz al final del túnel si piensas que en un determinado periodo de tiempo vas a irte de vacaciones.
7.¿Plástico, papel, cartón, vidrio?
Los alemanes separan con devoción la basura. Me tomó bastante tiempo aceptar el hecho de que tengo cuatro contenedores diferentes en mi departamento, sin mencionar la desesperación que es no tener espacio para todos ellos. Pero a pesar de la molestia, no existen argumentos reales contra el reciclaje.
Es cierto que debería haber una manera más fácil de poder separarlos, pero mi conclusión es que todos deberían reciclar más.
¿Y todas las demás costumbres alemanas? Podría necesitar cinco años más para acostumbrarme a todas.
(rmr/er)
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10 pasiones muy alemanas
Si bien es cierto que no todos los alemanes muestran entusiasmo por los hábitos culturales descritos en esta galería, a usted no debería sorprenderle conocer a uno que sí lo haga...
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Berg
La cerveza
En promedio, sólo los checos beben más cerveza que los alemanes. No a todos los alemanes les gusta, pero su consumo se ha impuesto como hábito social. Eso sí, apartando todo cliché, en Alemania, los amantes de la cerveza pueden ser extremadamente creativos a la hora de abrir una botella sin un destapador.
Imagen: picture-alliance/dpa
El papeleo
Las carpetas archivadoras son una invención alemana. Algunos creen que a los alemanes son unos fanáticos del orden; pero es muy probable que sea la burocracia que los rodea la que obliga hasta a las personas más descuidadas a tener sus documentos en regla y a la mano. A pesar de la digitalización, el Estado demanda montones de papeles con mucha frecuencia.
Imagen: Colourbox/M. Chab
Las rebajas
Alemania es un país donde las tiendas de descuentos atraen a personas de todas las clases sociales. La gente siempre está en busca de una buena oferta; pero los más diestros en esas lides son llamados “Schnäppchenjäger”: cazadores de gangas. Esa tendencia es la que ha hecho posible que la expresión “Geiz ist geil!” (la tacañería es sexy) se haya vuelto parte de la cultura popular.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Murat
Los viajes
Si usted está en una zona remota del planeta y se topa con un sólo turista, lo más probable es que éste sea alemán. Pero, aunque a los alemanes les apasiona viajar, muchos de ellos tienden a visitar una y otra vez los mismos sitios. Como muestra, la isla de Mallorca. El Ballermann 6 (foto) es un local mallorquín conocido por los excesos en que incurren algunos alemanes cuando están de vacaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa
Schrebergärten, las colonias de jardineros
Si un alemán se queda en la ciudad durante todo el verano, lo más probable es que tenga un huerto –lotes de tamaño variable dotados con una pequeña cabaña– en una de las 1,4 millones de colonias de jardineros que existen en el país. Allí pueden dedicarse a sus cultivos con relativa libertad. Esos huertos están estrictamente regulados y cada colonia tiene sus propias normas adicionales.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Schmidt
FKK, la cultura del cuerpo libre
El movimiento nudista alemán fue pionero en todo el mundo: éste surgió a finales del siglo XIX en el seno de clubs que promovían la “Freikörperkultur” o FKK (la cultura del cuerpo libre). Eso contrubuyó a debilitar el tabú en torno a la desnudez, sobre todo aunque no exclusivamente en el este de Alemania y no solamente en los campos nudistas.
Imagen: picture-alliance/ dpa
La obediencia a las normas de tránsito
Como adulto, usted puede estar convencido de que puede cruzar la calle con el semáforo en rojo, si no hay coches en la cercanía. Pero no se sorprenda si, al hacerlo, un alemán le grita con tono de reproche: “¡Luz roja!” Esa infracción es particularmente mal vista, por ser un mal ejemplo, en especial cuando los niños son testigos de ella.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
¿La peña? ¿La tertulia? ¡La Stammtisch!
Originalmente, el término “Stammtisch” aludía a la mesa de un local que solía estar reservada para que los clientes regulares jugaran cartas o discutieran a sus anchas sobre política como si estuvieran en las salas de sus casas. Dada la poca sofisticación de esas tertulias, la palabra adquirió una mala reputación. No obstante, ese es el nombre que reciben los encuentros periódicos más disímiles.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel
”Tatort“
Casi todos los domingos alrededor de diez millones de alemanes sintonizan la serie de televisión “Tatort” (“Escena del crimen”), que se transmite sin pausa desde 1970. Las televisoras públicas regionales se turnan en la producción de los episodios; de ahí que los casos policiales presentados tengan lugar en distintas ciudades. Ver la serie es más divertido en grupo y, de ser posible, en un bar.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe
Café y torta, todos los días...
La tradición de “Kaffee und Kuchen” invita a los alemanes a tomar café y comer torta todas las tardes, con la puntualidad con que un británico toma su té; pero muchos limitan su consumo a los fines de semana. En Alemania, la persona que cumple años es la que debe llevar torta a su puesto de trabajo para celebrar el aniversario con sus compañeros.