Un grupo de sicarios irrumpió este miércoles (16.08.2017) en el Hospital Roosevelt de Ciudad de Guatemala, donde abrieron fuego y mataron al menos a siete personas, de acuerdo por las primeras informaciones entregadas por fuentes oficiales. El objetivo de la pandilla armada, que desató el terror de pacientes y personal médico, era aparentemente rescatar al reo Anderson Cabrera Cifuentes, un miembro de la mara Salvatrucha.

El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Nery Ramos, precisó que se trató de un ataque directo contra guardias del Sistema Penitenciario, quienes habían trasladado a un reo al centro asistencial. "Hubo un lamentable ataque en el área de emergencia dirigido a guardias del Sistema Penitenciario que trasladaban a un privado de libertad, se reporta la muerte de dos guardias y dos civiles", agregó inicialmente.

Ramos aseguró que la PNC reaccionó ante ese "lamentable hecho" y logró la captura de cinco pandilleros que huían en un vehículo, a quienes les decomisó dos fusiles con los que perpetraron el ataque. Personas presentes al momento del ataque aseguraron al periódico Prensa Libre que escucharon varias detonaciones y a personas que corrían por los pasillos golpeando puertas y muros para demostrar que estaban en el lugar.

No más reos a los hospitales

La Policía rodeó el centro asistencial, ubicado en el sur de la capital guatemalteca, e ingresó al recinto para revisar techos, bodegas y zonas aisladas en busca de más atacantes. Según la prensa local, Anderson Cabrera logró escaparse del recinto. El viceministro de Salud, Adrián Chávez, confirmó que se suspendió la atención de pacientes en uno de los mayores hospitales del país y que se evacuará a las personas que permanecen dentro del recinto.

Entre los fallecidos figura un médico, un estudiante de medicina, un paciente y un niño, además de dos guardias del Sistema Penitenciario. "Hay guardias del hospital y de la Policía Nacional Civil (PNC) muertos dentro del hospital, es una barbarie", dijo a periodistas el director de la institución, Carlos Soto, quien precisó que a partir de ahora no permitirá que los presos sean atendidos en el hospital, un tema que meses antes ya habían planteado médicos y autoridades de centros nacionales por los frecuentes ataques entre pandilleros.

DZC (EFE, dpa, Prensa Libre)