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Autorreflexión: Biles y Osaka ponen en foco la salud mental

28 de julio de 2021

En un principio se pensó que Biles estaba lesionada, pero su confirmación de que el problema era mental y no físico dejó a todo el mundo del deporte con un examen de conciencia.

Simone Biles
Simone Biles Imagen: Gregory Bull/AP/dpa/picture alliance

Simone Biles llegó a Tokio como una gimnasta superestrella que muchos creían que cambiaría la percepción de su deporte en todo el mundo. 

Y lo ha hecho, aunque no de la manera esperada. "Tengo que hacer lo que es correcto para mí y centrarme en mi salud mental y no poner en peligro mi salud y mi bienestar", dijo Biles este miércoles (28.07.2021) tras abandonar la prueba por equipos después de una sola rotación. 

Tampoco participará en la prueba individual general del jueves, cuando podría haberse convertido en la primera mujer en ganar títulos consecutivos de la final general en los Juegos desde Vera Caslavska, de Checoslovaquia, en 1964 y 1968.

En un principio se pensó que Biles estaba lesionada, pero su confirmación de que el problema era mental y no físico –como en el caso de la estrella japonesa del tenis Naomi Osaka, que regresó en Tokio tras meses de baja– dejó a todo el deporte con un examen de conciencia. 

"Naomi que estaba dando el pistoletazo de salida"

Teresa Enke, cuyo marido, el portero de la selección alemana Robert Enke, sufría de depresión y se quitó la vida, aplaudió el hecho de que deportistas salgan a la luz con problemas de salud mental. 

"Me alegro de que las deportistas se atrevan a hacerlo. Ya dije de Naomi que estaba dando el pistoletazo de salida", dijo Enke, que ha creado una fundación para ayudar a financiar la investigación y el tratamiento de la depresión.  

"Nunca ha habido una presión deportiva como ésta", escribió, por su parte, Barney Ronay, redactor jefe de deportes de The Guardian. Los atletas ahora no solo viven para el entrenamiento y el brillo de la competición, sino en ciclos de noticias de 24 horas alimentados por el incesante empuje de las redes sociales. 

"Un espacio público compartido como el que tenemos ahora: interminablemente hostil, interminablemente reverente, incesantemente presente", según Ronay. 

Eso significa que los atletas deben decidir cada vez más cuánto de sí mismos compartir y cómo pueden mantener alguna parte de sus vidas en privado. 

Simone Biles en Tokio.Imagen: Kunihiko Miura/AP/picture alliance

Gimnastas estadounidenses abusadas por el exmédico Nassar

Biles llegó a los Juegos de Río hace cinco años con un puñado de medallas mundiales en su casillero y cuatro oros confirmaron su estatus a legiones de nuevos fans. Nadie sabía entonces que era una de las múltiples gimnastas estadounidenses abusadas por el exmédico del equipo Larry Nassar, algo que la ha llevado a hacer terapia. Y a considerar por qué sigue compitiendo. 

"Tuve que volver al deporte para ser una voz, para que se produzca un cambio", dijo Biles a la NBC antes de los Juegos. 

Tokio 2020

Las primeras pruebas de clasificación estuvieron marcadas por errores poco característicos de Biles y al principio de la final por equipos tomó una decisión. 

"Al abandonar (…) Simone Biles, la mejor gimnasta que ha producido Estados Unidos, emitió una declaración tan poderosa como todo lo que ha hecho en la competición: Ha dicho 'basta'", afirma Lindsey Crouse en el New York Times. 

El extraordinario peso de Biles no lo llevan muchos, pero la carga sobre sus hombros sigue siendo considerable. 

Síndrome de abstinencia después de la euforia de competir

"En cierto modo, el ciclo de cuatro años de fama y barbecho es similar a los altibajos de una droga adictiva", escribió la revista Time. "El síndrome de abstinencia después de la euforia de competir, sin importar el resultado, es un choque mental que puede golpear duramente a los atletas". 

No se trata de una observación nueva: los atletas llevan años bromeando con que no sabían qué hacer después de alcanzar el objetivo de su vida a una edad en la que los trabajadores normales estarían empezando sus carreras. 

La japonesa Naomi Osaka golpea una bola durante la primera ronda de individuales femeninos.Imagen: Hiroto Sekiguchi/AP/picture alliance

Naomi Osaka

Osaka, ganadora de cuatro Grand Slams y portadora de las esperanzas de Japón en los Juegos, se retiró recientemente del Abierto de Francia y se saltó Wimbledon, diciendo que ha sufrido repetidamente de depresión desde su primera victoria en los Grand Slam de tenis en 2018. 

Sin embargo, tras caer en tercera ronda en Tokio, admitió que la presión de unos Juegos en casa seguía siendo "demasiado" para ella, que además había tenido la máxima exposición al ser elegida para encender el pebetero en la Ceremonia de Apertura. 

"Está bien no estar bien", había dicho anteriormente la joven de 23 años a la revista Time, añadiendo que quería "cierto nivel de privacidad y empatía" en su en su regreso al deporte.

"Me tomaré un tiempo para mí mismo"

El corredor irlandés Stephen Scullion ni siquiera asistió a los Juegos para los que se clasificó en maratón, y a sus 32 años podría no tener otra oportunidad. 

"No iré a los Juegos Olímpicos de Tokio, y hasta que no me sienta mejor con mi salud mental, me tomaré un tiempo para mí mismo", escribió en Twitter. "Pido disculpas a todos los que me han apoyado hasta ahora y se sienten defraudados. A veces en la vida hay que hacer lo correcto, y necesito encontrar un lugar feliz". 

Scullion, y otros, parecen estar dándose cuenta de que su lugar feliz puede que ya no esté en la cancha, la pista o el campo. Es probable que los aficionados, los medios de comunicación y los patrocinadores tengan que acostumbrarse a ello.

"Estoy jodidamente feliz de que se haya acabado", dijo la sueca Jenny Rissveds, de 27 años, tras quedar 14ª en la prueba de ciclismo de montaña a campo traviesa del martes, cinco años después de haber ganado en Río. 

"No solo por la carrera de hoy, sino por todos estos años, por no tener que llevar más ese título. Tengo un nombre y espero poder ser ahora Jenny y no la campeona olímpica, porque eso es una carga muy pesada". 

"Espero que ahora me dejen en paz".

FEW (dpa,The Guardian, New York Times, Time)

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