Deutsche Welle: Señor Rinne, según cifras de la Oficina Federal de Estadística, casi una tercera parte de los ciudadanos con trasfondo migratorio en Alemania tiene un nivel educativo superior o técnico superior. Es una proporción mayor a la que se registra entre quienes no tiene raíces en el extranjero. ¿Cómo se explica Usted esto?

Ulf Rinne: En realidad no hay por qué sorprenderse. Hay que tomar en cuenta que hasta el momento son pocas las vías legales para la inmigración hacia Alemania, y las que hay son sobre todo dirigidas a quienes están altamente calificados.

Además, muchos de ellos son ciudadanos de la Unión Europea, que de cualquier modo tienen derecho a trabajar en Alemania.

Asi es.

¿Qué significa esto para el mercado laboral? ¿No hay problema, o hay mucha competencia por los puestos de trabajo?

Esencialmente, siempre hay una competencia por los empleos disponibles. Esto afecta tanto a los inmigrantes como a los que no lo son. No existe evidencia científica que compruebe que los ciudadanos sin trasfondo migratorio se queden sin trabajo por la presencia de inmigrantes. Al contrario, el desempleo sería mayor si no hubiese inmigración. Suponer que hay un desplazamiento laboral por la presencia de inmigrantes implicaría que hay una cifra fija de empleos, lo cual no es cierto, sobre todo en lo que respecta a la inmigración altamente calificada.

Hay otras cifras que van en dirección totalmente contraria. Thomas de Maizière, el ministro alemán del Interior, dijo hace poco que cerca de 20 por ciento de los refugiados adultos que llegan a territorio germano son analfabetas. Esto sería un gran problema, ¿o no?

Esta cuestión requiere de una respuesta diferenciada. La mayor parte de los refugiados son personas que han solicitado asilo político. Desde mi punto de vista, no existe ninguna razón para verlas en primer lugar desde una perspectiva económica a fin de concluir si de alguna manera van a ser útiles o no a Alemania. Otra cosa es que, en un segundo paso, uno reflexione: recibimos a muchos refugiados, ¿cómo podemos ofrecer a estas personas una vía legal para que permanezcan en Alemania, además del asilo?

Hablamos ya de la posible competencia en el mercado laboral altamente calificado. ¿Habrá más competencia por los empleos peor pagados?

En este caso quizá se producirán situaciones que impliquen competencia. Pero si uno mira al pasado, ve que ese fenómeno no se produjo en gran escala tras la ampliación de la Unión Europea hacia el este. En estas situaciones novedosas, lo mejor es observar detenidamente, pero por lo general no solo emigran las personas que menos ganan, sino también las que tienen cualificaciones más altas. Y éstas crean empleos adicionales. Visto en perspectiva, el fenómeno no causa mayores problemas.

¿Qué propuestas haría Usted en este momento?

Debemos reflexionar muy seriamente acerca de nuestra ley de inmigración. Ésta debe tratar de captar también a personas con cualificaciones medianas, que igualmente son requeridas de manera creciente por el mercado laboral alemán. Además, se deben crear vías legales para abrir el mercado laboral alemán. Y esto incluye a aquellos que no tienen un título académico.

El Dr. Ulf Rinne es experto en temas migratorios del Instituto de Bonn para el Futuro del Empleo.