Mientras en Europa los partidos de la izquierda festejan nuevos éxitos en las elecciones, la izquierda alemana navega a la deriva. A algo más de un año de las próximas elecciones al Parlamento, La Izquierda (Die Linke) se presenta como un partido sin futuro, con disputas internas y sin un programa claro. Además, su mejor reclamo, Oskar Lafontaine, retiró su candidatura a la presidencia del partido.