En la Pastoral, escrita en 1808, más o menos simultánea a la Quinta Sinfonía, Beethoven introduce por primera vez música descriptiva en una obra, rompiendo así la tradición de la sinfonía como género puro. Los movimientos tienen títulos como “Escena junto al arroyo” y “Tempestad”, que asemejan a los capítulos de una historia. El compositor mismo, sin embargo, deja claro que esta obra es una evocación de sentimientos, no la descripción de una situación en particular. En una entrevista con DW-WORLD, Paavo Järvi asegura que una descripción más precisa de esta obra sería demasiado limitada:

“La Sinfonía Pastoral puede entenderse como una parte de la naturaleza, aunque también se puede percibir como algo completamente filosófico. La obra podría representar un año en el ciclo de la vida, o incluso una vida entera. Podría tratarse de un hombre o de un día. Existen muchísimas interpretaciones de esta obra. Y creo que no tiene sentido intentar describir la música con palabras.”

Sin embargo, se puede recomendar a los oyentes que se preparen para una tormenta, pues en “La tempestad”, el 4to. movimiento de la Sexta Sinfonía, graniza fuerte desde la pequeña orquesta.

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