La situación en Alepo se calmó luego de una jornada con fuertes bombardeos entre el Gobierno sirio y los rebeldes, y después de que entrara en vigor un nuevo alto el fuego que podría ayudar a la evacuación de civiles .
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Se espera que este jueves inicien finalmente las evacuaciones de civiles y heridos de las zonas controladas por fuerzas rebeldes, las cuales se habían cancelado hoy más temprano, de acuerdo a portavoces de dos de los principales grupos opositores.
Sin embargo, la milicia libanesa Hizbolá, un componente clave de las fuerzas que apoyan al presidente sirio Bashar al Assad, advirtió que las conversaciones sobre la evacuación enfrentaban "complicaciones serias". Por su parte, un portavoz de una facción rebelde había dicho que el acuerdo no incluía la evacuación.
El martes se había pactado un cese del fuego, que fracasó rápidamente con la reanudación de los enfrentamientos. Ambos bandos se acusaron mutuamente de haber roto el acuerdo. Una flota de autobuses del Gobierno sirio que iba a llevar a cabo la evacuación de las zonas rebeldes abandonó la escena por la mañana luego de que reiniciaran los bombardeos, según informó una fuente progubernamental a dpa. "El retraso en la evacuación de los insurgentes, sus familias y otros civiles se debe a las diferencias entre los líderes insurgentes", añadió.
De acuerdo para hacer la guerra, en desacuerdo por la paz
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos informó más temprano sobre los ataques cruzados. Reportó bombardeos aéreos contra la zona opositora, sin especificar el número de víctimas, y el lanzamiento de disparos de artillería por parte de los rebeldes contra áreas bajo control gubernamental, provocando la muerte de ocho personas.
Además, informó sobre un ataque suicida con coche bomba, que mató al menos a otras diez personas e hirió a decenas. El temor a saqueos, alimentado por informaciones sobre los robos de las milicias progubernamentales en las viviendas vacías, hicieron que algunos quemaran sus automóviles y sus efectos personales.
Los activistas y trabajadores médicos manifestaron su temor a represalias por parte de las fuerzas gubernamentales y sus aliados, entre ellos las milicias chiitas. Por su parte, el presidente Al Assad apareció en una entrevista emitida por la televisión rusa. Dijo que el Gobierno iba a continuar atacando a sus opositores después de reconquistar totalmente Alepo. "No habrá alto el fuego", señaló. Y aclaró que sólo los "terroristas" que se entregaran o abandonaran la zona iban a poder recibir indulgencia.
Además, dijo que si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, decidía encarar la lucha contra el terrorismo en serio, sería un "aliado natural" de Siria. En este momento, aseguró, todos los grupos sirios a los que Estados Unidos considera opositores moderados en realidad son extremistas y terroristas.
JOV (dpa, n-tv)
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.