Nadie sabe realmente cuánto dinero tienen Bashar al Asad y su familia. Según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2022, la riqueza personal de Al Asad y su esposa, Asma, probablemente rondaría los 1.000 o 2.000 millones de dólares. Además, la familia Al Asad poseerían bienes raíces en Dubái, Moscú y Londres, y tiene docenas de cuentas bancarias secretas.

Otras fuentes estiman que el clan tiene 200 toneladas de oro y activos por un valor de alrededor de 22 mil millones de dólares. Algunos analistas han llegado a sugerir que la red oculta de activos de Al Asad podría elevarse hasta a 122 mil millones de dólares, una vez sumados todos los activos.

¿Cómo obtuvieron los Al Asad su dinero?

"Los Al Asad están directa o indirectamente involucrados en casi todas las operaciones económicas a gran escala del país", de acuerdo al informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2022.

También están involucrados en el tráfico de drogas, el contrabando de armas y la extorsión, y manejan los ingresos de esas actividades a través de "estructuras corporativas aparentemente legítimas y entidades sin fines de lucro", se puede leer en el informe.

"Debido a su influencia indiscutible sobre el sector público como jefe de Estado, tiene un poder ilimitado para dirigir los negocios estatales hacia empresas que controla a través de sus fachadas comerciales", explicaron el economista político sirio Karam Shaar y el politólogo Steven Heydemann en un documento de 2024, elaborado para el Brookings Institute.

En los últimos años, Al Asad ha estado consolidando su control sobre las fuentes de ingresos, según los expertos Shaar y Heydemann, y el propio dictador aparentemente ha estado tratando de apropiarse de la riqueza de aliados y miembros de su familia. En 2020, tuvo un gran desencuentro con su primo multimillonario Rami Makhlouf. Makhlouf fue marginado, supuestamente puesto bajo arresto domiciliario, mientras Al Asad se hacía cargo de su imperio.

Más recientemente, también se dijo que el régimen de Al Asad estaría detrás del aumento de la producción y el comercio de la adictiva metanfetamina captagón.

¿Qué pasó con el dinero de los Al Asad?

Es evidente que Al Asad abandonó Siria a toda prisa, sin decir nada a sus familiares o a sus colaboradores más cercanos, según entrevistas de la agencia de noticias Reuters. Su esposa, que está recibiendo tratamiento contra el cáncer, ya estaba en Rusia con sus tres hijos. La familia dejó atrás muchas cosas, incluidos lujosos muebles, artículos de diseño y un garaje lleno de coches de lujo.

"Habrá una búsqueda internacional de los activos del régimen", dijo esta semana al Wall Street Journal Andrew Tabler, un exfuncionario de la Casa Blanca, que trabajó anteriormente para identificar las posesiones de la familia. "Tuvieron mucho tiempo antes de la revolución para lavar su dinero. Siempre tuvieron un plan B y ahora están bien equipados para el exilio".

Esta semana, el periódico británico Financial Times informó que entre 2018 y 2019 el Banco Central de Siria envió por avión 250 millones de dólares en efectivo al aeropuerto de Vnukovo, al suroeste de Moscú.

"Las inusuales transferencias desde Damasco ponen de relieve cómo Rusia, un aliado crucial de Al Asad, al que le prestó apoyo militar para prolongar su régimen, se convirtió en uno de los destinos más importantes de los efectivos de Siria cuando las sanciones occidentales lo expulsaron del sistema financiero", escribió el periódico.

El Financial Times también había informado con anterioridad que el clan Al Asad poseía al menos 18 apartamentos de lujo en Moscú, y que los familiares también compraron más propiedades en Rusia entre 2018 y 2019.

¿Y ahora qué?

Aunque los Al Asad sólo tuvieran una fracción de la riqueza que les atribuyen, las cifras siguen siendo impactantes en comparación con la situación económica de los sirios de a pie.

Desde el comienzo de la guerra civil, el PIB se ha desplomado a unos 9.000 millones de dólares y parece que va a contraerse aún más en 2024, según los últimos cálculos del Banco Mundial. "Desde 2022, la pobreza afecta al 69% de la población, lo que equivale a unos 14,5 millones de sirios", señalaron los investigadores del Banco Mundial.

Algunas organizaciones de derechos humanos sirias han pedido que se encuentre y devuelva al país la fortuna de los Al Asad. Por ejemplo, los 40 millones de libras esterlinas -que, gracias a los intereses, han aumentado a 55 millones de libras- en una cuenta congelada del HSBC en Londres.

(rmr/ems)