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Siria: drusos y kurdos critican exclusión de las elecciones

Jennifer Holleis | Kersten Knipp
31 de agosto de 2025

Las primeras votaciones desde la caída del régimen de Bashar al Asad excluirán a tres zonas controladas por minorías. ¿Será posible establecer confianza con la nueva administración sin los votos de drusos y kurdos?

Una mujer se fotografía feliz tras la caída de Al Asad
Las primeras elecciones tras el derrocamiento de Bashar al Asad excluyen a tres importantes regiones, pero podría servir para aumentar la confianza en la nueva administraciónImagen: Chris McGrath/Getty Images

Las próximas elecciones parlamentarias sirias excluirán a tres regiones controladas por minorías debido a problemas de seguridad y a la incapacidad del poder central para administrarlas, declaró recientemente Hassan al Daghim, portavoz de la comisión electoral, con sede en Damasco.

Al Daghim explicó que las elecciones en la provincia de Sweida, de mayoría drusa, así como en las regiones kurdas de Hassakeh y Raqqa, se pospondrán hasta "que las circunstancias permitan" llevar a cabo el proceso. Por el momento, las votaciones -programadas para realizarse entre el 15 y el 20 de septiembre- "solo podrán tener lugar en áreas bajo pleno control gubernamental", indicó.

Los escaños asignados a esas tres provincias, donde viven más de cinco millones de personas, quedarán vacantes hasta que se puedan celebrar las elecciones allí, añadió.

Jerome Drevon, analista de International Crisis Group, dijo a DW desde Damasco que "por ahora, los representantes de estas regiones prefieren estar fuera del Estado, y como no reconocen al gobierno, no ocupan los escaños que les corresponden".

Minorías drusas y kurdas no van a participar

La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), liderada por los kurdos y que ha estado envuelta en tensiones con Damasco respecto a la integración de las fuerzas militares kurdas en el Ejército Nacional, considera la exclusión como "antidemocrática".

En un comunicado, la AANES señaló que la "definición de nuestras regiones como inseguras" es una forma de "justificar la política de negación para más de cinco millones de sirios". La administración kurda advirtió que "cualquier decisión tomada mediante este enfoque de exclusión no nos concierne, y no la consideraremos vinculante para los pueblos y regiones del norte y este de Siria".

Hikmat Salman al Hijri (en el centro de la foto) es un líder druso opositor al actual gobierno sirioImagen: Ali Haj Suleiman/Getty Images

En tanto, en la región meridional de Sweida, el más polémico de los líderes drusos, el jeque Hikmat Salman al Hijri, respondió a la decisión de Damasco con nuevos llamados a favor de una gobernación drusa independiente. Al Hijri, quien considera al gobierno de Damasco "extremista", afirmó que ahora buscará unir a las facciones armadas tras la terrible semana de violencia sectaria sufrida en la región a mediados de julio.

Si bien el alto al fuego alcanzado en Sweida se mantiene, ha habido denuncias de que la llegada de ayuda humanitaria sigue siendo restringida por las fuerzas gubernamentales, una acusación que Damasco niega. Decenas de miles de personas siguen desplazadas tras los combates.

Geir Pedersen, el enviado de Naciones Unidas para Siria, dijo al Consejo de Seguridad que la violencia podría reanudarse en cualquier momento en Sweida. "Un mes de relativa calma militar contradice un clima político que empeora", declaró en una videoconferencia el pasado 21 de agosto.

"La amenaza de un nuevo conflicto está presente, al igual que las fuerzas políticas que amenazan la soberanía, la unidad, la independencia y la integridad territorial de Siria", dijo Pedersen, añadiendo que es urgente que las fuerzas de seguridad del gobierno de transición liderado por Ahmed al Sharaa demuestren que están actuando para proteger a todos los sirios.

Desde el derrocamiento del dictador Bashar al Asad en diciembre de 2024 y la asunción de Al Sharaa, el exlíder islamista ha rechazado sistemáticamente cualquier propuesta de formar un gobierno descentralizado. También ha prometido reiteradamente que respetará los derechos de las minorías y formará un gobierno inclusivo que refleje la diversa composición religiosa y étnica del país.

La mitad de la población sigue desplazada

Sin embargo, en marzo, Al Sharaa ratificó una declaración constitucional que le otorga el poder de nombrar a un tercio de los 210 miembros de la asamblea. Los dos tercios restantes serán seleccionados por organismos electorales supervisados por un Comité Supremo, también designado por Al Sharaa.

Tras 14 años de guerra civil, casi la mitad de la población siria se encuentra en la categoría de "desplazada"Imagen: Ghaith Alsayed/AP Photo/picture alliance

El Comité Supremo es responsable de formar subcomités en cada una de las 14 gobernaciones de Siria. Estos subcomités seleccionarán órganos electorales de entre 30 y 50 personas que votarán por los candidatos registrados. Como resultado, las primeras elecciones parlamentarias del país desde la caída de Al Asad serán absolutamente indirectas.

Birgit Schäbler, experta en Medio Oriente y profesora de la Universidad de Erfurt, en Alemania, dijo a DW que las elecciones directas serían poco realistas en este momento, dados los graves daños que sufrió la infraestructura y la logística tras 14 años de guerra civil.

Además, según un informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta 7,4 millones de personas siguen en condición de desplazados internos y cerca de 6,2 millones de sirios aún viven en el extranjero. La suma de esto da casi la mitad de toda la población siria.

Cuestionable legitimidad de las elecciones

"La legitimidad de las elecciones parlamentarias es bastante cuestionable y la retirada de grupos claves socava aún más la credibilidad de este proceso", explicó a DW Bente Scheller, jefe de la división de Medio Oriente y África del Norte de la fundación alemana Heinrich Böll.

"El anuncio de exclusión de tres regiones debilita a Al Sharaa y ensombrece aún más su presidencia", señala el experto, quien de cualquier modo estima que la sola celebración de las votaciones ya es una buena señal.

"Si bien la mayoría de la población siria sigue siendo crítica (de las elecciones venideras), este proceso podría ser decisivo para socavar o restaurar la confianza en la actual administración", estima el especialista.

(dzc/rr)

 

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