Este film, rodado antes y después de la caída del régimen, muestra por qué la dictadura se derrumbó tan rápido y qué esperanzas tienen hoy los sirios.

Baschar al-Assadllegó al poder en el año 2000 tras la muerte de su padre. Junto con su esposa Asma, en quien se percibía cierta afinidad con la cultura occidental, la pareja parecía simbolizar un nuevo comienzo para el país.

Pero las reformas no se cumplieron y cuando el pueblo salió a las calles durante a la primavera árabe, Bashar al-Assad abandonó su discurso progresista. Las protestas pacíficas fueron reprimidas con tremenda violencia y gases tóxicos. Hubo más de 500 mil muertos, 100 mil desaparecidos y al menos 6 millones de sirios debieron exiliarse.

Entre ellos, el activista Bassam Ezzedine. En 2013, documentó el ataque químico en la región de Guta. Inmediatamente después debió huir con su familia. Su hermana y su familia permanecieron en Siria y fueron torturados brutalmente. Ella fue arrestada y sus hijos secuestrados. Cuando se realiza la primera entrevista, Bassam aún ignora que el régimen está a punto de caer y que podrá volver a su hogar. Los sucesos de fueron precipitando durante la filmación.

La guerra desatada por Baschar al-Assad contra su pueblo destruyó la infraestructura económica. Unas semanas antes de la caída del régimen, el periodista sirio Faysal arriesgó su vida para filmar de manera encubierta la vida cotidiana en Siria: Niños hambrientos que buscaban comida entre la basura, y filas interminables en las panaderías. Tras 54 años del régimen de al-Assad el país estaba desangrado. Luego de varios meses de preparación, el 27 de noviembre de 2024, los rebeldes sirios lanzaron una nueva ofensiva. En solo once días, lograron poner fin a la dictadura sin gran resistencia.

El nuevo gobierno prometió una administración inclusiva. Sin embargo, como explica Marie Forestier, experta en Siria del Instituto Europeo por la Paz: "El gran desafío para el nuevo presidente es ampliar su base. Hasta ahora se apoyó en confidentes leales de la ciudad de Idlib, donde son muy conservadores”.

Aun después de triunfar sobre el régimen, el nuevo gobierno liderado por el presidente interino, Ahmed al Sharaa, no controla todo el territorio: En el sur, el ejército israelí extendió su ocupación a los altos de Golán, mientras en el norte, los turcos bombardean de manera masiva sitios dominados por los kurdos.

Siria sigue siendo inestable. Sin embargo, las expectativas y las esperanzas de la gente son enormes, después de más de 50 años de gobierno de Assad.

 

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